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𝑪𝒂𝒊́ 𝒉𝒂𝒄𝒊𝒂 𝒆́𝒍 𝒔𝒊𝒏 𝒓𝒂𝒛𝒐́𝒏...
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Había logrado partir la roca, aquella sensación fue tan placentera que no lo podía creer, incluso puedo decir que me quede estática por mucho tiempo procesando que lo había logrado, hasta que llegó Sabito.
— Lo hiciste — Me sorprendió por detrás que voltee rápidamente. Su sonrisa me decía que estaba muy orgulloso de mi, camine a paso lento hacia él hasta que me deje caer sobre sus brazos.
— Lo logre.— Fue lo último que había dicho hasta caerme dormida, me cargo en sus brazos y así mismo me llevo a la cabaña del Señor Urokodaki.
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— ¿Estas lista? — Pregunto Sabito detrás de la puerta, la selección había llegado y ya teníamos que partir hacia allá. Estaba nerviosa y con los pelos en punta, tenía ansias de ganar y poder convertirme en una gran cazadora. 𝑇𝑒𝑛𝑖𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑔𝑟𝑎𝑛 𝑚𝑒𝑡𝑎.
— Sí, ya voy — Salí de la habitación y me acerque a Giyuu y Sabito que me esperaban en la puerta a punto de partir, me acomode entre ambos y así salimos de allí despidiendonos del señor Urokodaki. — Vamos chicos, nosotros podemos — Trate de alentarlos, Sabito asintió y Giyuu dejó de temblar. Yo sabía que ambos iban a vivir, después de todo necesitaba cumplir con la promesa que le hice a Giyuu.
Habian varios cazadores, pero sentia que a pesar de toda esa cantidad, era Sabito quien sobresalia, aparte de su aspecto deslumbrante era su grandiosa personalidad.
ibamos a estar ahí durante una semana entera. Parecia que aquello no afectaba a Sabito, pero incluso asi muchos cazadores comenzaron a temblar. Tenian mucho miedo.
Los días fueron agotadores, Sabito estaba muy dañado y se le veia lo cansado, nos habia defendido a toda costa. Incluso defendia a todos los cazadores que sé encontraba.
Tome de la mano a los dos para que no nos perdieramos y para que asi, pueda darles de mi apoyo.
— Giyuu, nosotros tenemos que protegerla — iba a negar y decirle que no se preocupara y que podia cuidarme. Pero Giyuu asintio dandole la razón.
— Hay que protegernos en todo momento — Asentimos, pero de inmediato se escucharon los gritos de un cazador. Sabito solto de mi mano y se fue corriendo hacia él. Sentí como se iba para siempre. — Vamos Giyuu, ayudemos a Sabito — Asintio, pero otro demonio nos interrumpio, antes de que pueda dañarlo mi Katana y sus garras chocaron. Puse a Giyuu detrás de mi y lo defendí.
Sin darme cuenta desgarro toda mi espalda. Giyuu estaba aterrado, no podia moverse y sus ojos estaban temblando.
— ¡Giyuu! — Me puse de pie cuando vi como lo dañaron en el ojo, en eso llego Sabito y otros cazadores mas. Seguro el los habia salvado.
— ¿Estas bien? — Asentí, su rostro estaba muy preocupado, noto la gran herida que llevaba en la espalda. — Quedense aquí — Sé Dio la vuelta para correr hacia el frente, debía seguirlo, se que tendría que estar a su lado.
Sin pensarlo me puse de pie, habia hecho una promesa y debia cumplirla. Quisieron detenerme pero no los deje.
Fui detrás de él.
𝐴 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑣𝑎𝑦𝑎 𝑦𝑜 ℎ𝑖𝑟𝑖𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑒́𝑙.
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