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Era una mañana de otoño cuando Minjeong lo había obligado, casi arrastrándolo fuera de su departamento para observar las primeras hojas de la estación ser arrastradas por la suave brisa hasta caer al  suelo, eran tan frágiles que caían fácilmente una tras otra pintando el césped de tonos naranjas y marrones. La más joven corrió emocionada y se tiró encima de las hojas como si se tratara de nieve en invierno, abriendo y cerrando sus extremidades, creyendo que así quedaría su silueta marcada al rededor de las hojas, cosa que funcionó a medias. Yeonjun sólo se dedico a mirarla y a falta de energías por las nulas horas de sueño por las altas horas de la noche en donde se había mantenido en vela estudiando para los finales en la universidad, optó por limitarse a sacar su preciada cámara y atesorar lo preciosa que era la mujer de quien estaba enamorado.

Era sencillo captar el ángulo perfecto, después de todo los finos rasgos de la joven y sus increíbles dones fotogénicos le permitían quedar como un fotógrafo experto al captarla en cualquier escena y teniendo como resultado una foto perfecta digna de ser enmarcada.

— Yeonjunie oppa, por favor ven y tírate conmigo. Es divertido —. Minjeong rogó con su dulce voz que tanto estremecía a Yeonjun y lo impulsaba a estar a los pies de la adorable chica, no tendiendo de otra más que ceder a la primera súplica  caminando con calma hasta dejarse caer de rodillas sobre las hojas a un costado de su novia.

— El otoño es mi estación del año favorita, lo
cuál es irónico teniendo en cuenta de que mi apodo es Winter. Pero los colores de las ojos al caer me fascinan ¿A ti no Junie? —.

Yeonjun asintió de acuerdo optando por mantenerse en silencio mientras escuchaba las pequeñas confesiones de su novia a las que tanto le encantaba atender, dejando la cámara a un costado para poder estirarse y mantenerse lo más cómodo que unas hojas marchitas le pudieran permitir. Casi enseguida Minjeong se incorporó lo suficiente como para recostar su cabeza sobre las piernas de Yeonjun, quién inmediatamente cepillo las hebras de los pequeños mechones de cabello que estaban por debajo del gorrito de lana que vestía hoy la castaña. Siendo la nueva posición lo suficientemente cómoda como para sumirlos en una larga conversación que era más cercana a un monólogo por parte de Minjeong, aunque a Yeonjun no le molestaba en lo absoluto que fuera ella quien tomara las riendas de la conversación sobre todo teniendo en cuenta de que eran los momentos en donde ella se sentía lo suficientemente cómoda como para conversar sin parar. Generalmente su novia solía ser demasiado tímida, callada y prefería mantenerse en el anonimato y era sólo estando con el mayor o con su mejor amiga Jimin, en donde lograba tener la suficiente confianza como para hablar de todo lo que le venía en mente y de alguna forma eso le hacía sentir especial, convirtiéndolo en una razón más para mantenerse como un espectador pasivo a la escucha de todo lo que tuviera que decir la increíble Kim Minjeong.

— La fiesta de disfraces será en una semana iremos ¿verdad? Estoy ansiosa por buscar un disfraz a juego — Después de un rato, el cambio radical lo descarto un poco pero no tanto como la pregunta. Minjeong no era para nada alguien de fiestas, de hecho lo evitaba de ser posible porque le agobiaban los lugares concurridos o en donde se viera obligada a socializar. Así que el cambio repentino a los planes de su novia para Halloween habían despertado su curiosidad. —Pensé que odiabas las fiestas ¿Por qué quieres ir esta vez? — preguntó con genuina curiosidad, provocando que una avergonzada chica con ahora mejillas sonrojadas escondiera su rostro entre sus adorables y pequeñas manos que apenas y alcanzaban a cubrirla.

— En realidad creo que me hace ilusión disfrazarme, ya no soy una niña y la única excusa para hacerlo es una fiesta universitaria — a pesar de su explicación Yeonjun no se la creyó ni un segundo — además Rina me amenazo, así que por favor ven conmigo.

Una carcajada escapo inevitablemente por parte de Yeonjun al escuchar la verdadera razón que era mucho más coherente con lo que era su novia — Esta bien, hay que ir ¿Qué planes tienes para nuestros disfraces? — aceptó con un poco de pena por su novia, sabía que aquella fiesta sería todo un reto para la castaña y él como buen novio sería el héroe que salvaría a Kim Minjeong de la horrible idea de tener que socializar.

collision १ yeonbin/soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora