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¿𝕻𝖚𝖊𝖉𝖔 𝖛𝖔𝖑𝖛𝖊𝖗?
᠉┇❁┇ 𝓜𝓪𝓰𝓭𝓲𝓮𝓵 𝓛𝓸𝓾𝓰𝓱𝓽𝔂.
Cortaba finamente, las rodajas de zanahoria por inercia, mientras mis pensamientos dispersos andaban nadando alrededor de mi memoria.
Un ardor se apoderó de mi cerebro, remitiendo una señal a todo mi cuerpo, obteniendo rectificación de mis pensamientos, y alertando la pequeña cortada que mi dedo índice tenía. Corrí hacia el servilletero, corté una hoja y procedí a enrollarla sobre mi dedo, cortando el pequeño torrente de sangre.
Vi que mi sangre disminuía y continúe dentro de la acción que bloqueó el movimiento lúcido que di con el cuchillo, antes de cortarme. Han pasado quince días desde que salí del palacio de los Malfoy. Y lo raro de todo esto es que Draco no ha hecho nada en contra mía, ni siquiera ha venido a buscarme o ha tomado alguna represalia con alguien muy querido para mí.
La situación se me ha hecho bastante compleja, no hay señal de ese hombre, y me asusta. Tal vez quiera intentar algo en contra mía, y lo peor es que quiera hacerlo cuando yo me atenga y baje la guardia.
He pensado y sobre pensado todo. ¿Qué debería hacer? Necesito hacer justicia. Aiden y su familia necesitan justicia. Pero, no encuentro la forma correcta de hacerlo.
Debo ser más astuta que el señor Malfoy. Pero, si quiero que todo salga bien, necesito pensar como ellos.
La determinación obstruyente de mi subconsciente, me recomienda volver. Me encamina a acercarme nuevamente a él. Y hacer justamente lo mismo que temo. Tomarlo desprevenido y con la guardia baja.
Y mierda, odio admitir que esa idea no es tan mala. Puedo sacar mucho más beneficio y sobre la marcha iré fijando en que posición lo pondré.
Terminé el almuerzo ~y de pensar~ servimos y continué con mis labores dentro de la mansión.
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El reloj marcaba exactamente las 10:00 P.M. y mi madre entró a la pequeña habitación. Después de un día lleno de trabajo.
— Buenas noches, cariño —susurró al entrar a la habitación, dejando sus zapatos a un lado de la entrada.
— Hola, mamá. No te vi en todo el día —busqué su rostro.
— Ya sabes, acompañado a la señora Bennett en encargos.
— Entiendo... oye, ¿No estás muy cansada? ¿Podemos hablar?
— Claro, preciosa. ¿De qué quieres hablar?
— Tomé una decisión.
— ¿Y es...?
— Volveré con el señor Malfoy, y aceptaré cualquier propuesta que él tenga para mí.
— Magdiel, creí que ya no querías hacerlo —comentó asombrada.
