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synopsis. no podías explicar la sensación, estar tan cerca de Sadie, cada sentido que tenías estaba funcionando mal. Nada realmente te preparó para conocer a la chica de enfrente, la chica que atrapó tu corazón en cuestión de segundos. info. fluff, sadie sink x fem¡!reader. words. 1777 palabras. warnings. nop.
Una cuerda invisible.
Eso decían los que creían que el destino unía a las personas que estaban destinadas a estar juntas, o cualquiera que creyera en el amor.
Es algo dulce, lo admites, pero no puedes evitar la sensación de que no es del todo cierto. Dado que has pasado gran parte de tu vida esperando a que esa persona atada a tu alma apareciera mágicamente ante ti, cada vez estás más cansada del amor. No es que hayas renunciado por completo a él; la esperanza estaba definitivamente ahí, pero simplemente sientes como si tu cuerda se hubiera soltado por la persona que estaba atada a eso.
La música de tus auriculares con cable sonaba a todo volumen en tus oídos mientras dabas tus paseos matutinos por el barrio. El aire era fresco y soplaba como una brisa marina. Desde que llegó el invierno, siempre salías a pasear más que de costumbre; era tu época favorita del año. La nieve empezaba a acumularse en las carreteras, e incluso nevaba mientras paseabas. Eran sólo las siete de la mañana, y ya te sentías ligeramente feliz.
Pequeño. todo el mundo en tu barrio se conocían todos y cada uno de sus secretos. Por eso deberías desvelarlo todo antes de que se convierta en la comidilla número 1 de la ciudad.
Cada día tomabas rutas diferentes y pronto te familiarizaste con todo y con todos. Una sonrisa se dibujaba en tus labios mientras dejabas que la nieve cayera sobre tu cuerpo y que la música se adueñara de tus pasos.
Pero algo cambió cuando una chica de enfrente se mudó hace un par de semanas. Todos le dieron la bienvenida menos tú. Era una norma tácita en tu zona saludar siempre a un recién llegado cuando pasabas por su casa. ¿Y tú? Tenías demasiado miedo.
Ella era impresionante, eso era un eufemismo, era realmente era bonita. Demasiado como para ser real. Es como un soplo de aire fresco después de una larga caminata, es como una estrella intocable para la gente que estudia astronomía, lo era todo para ti.
Sabías su nombre, sí, era Sadie. ¿Pero ella sabía el tuyo? Eso esperabas. Desde que ella llamó tu atención, sólo tomabas esa ruta en lugar de las otras. Tus paseos matutinos nunca volverían a ser los mismos ahora que tenías algo, más bien alguien, quien esperar. Incluso empezaste a levantarte antes de lo habitual para poder verla.
Querías hablar con ella, de verdad, viendo cómo se levantaba constantemente a las cinco y media de la mañana para sentarse en un banco, absorta en un libro, bebiendo un té verde. Diablos, incluso compraste el mismo libro que ella estaba leyendo hace un par de días para entender lo que le gusta.
