¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
synopsis. un amor prohibido empezo floreciendo entre los pasillos de la universidad. no pensabas que ser la mascota de la maestra traería algo de lo que no te arrepentirás jamás. info. fluff and a little of spicy, sadie sink x fem¡!reader. words. 1087 palabras. warnings. relación maestra x alumna, mención de contenido sexual y diferencia de edad. author's note. pero miren nada más quien se digno a actualizar 😘 si ya se que me tarde en actualizar pero ya, ya lo hice 😼 en fin. como están amigues? por fin el primer one shot de 2O24. siempre quise escribir algo como esto, así que espero que lo disfruten, tanto como yo lo hice escribiéndolo 😻
Nunca debió ocurrir así.
Al principio entrabas y eran clases inocentes.
¿Cómo ha llegado a ser más? ¿Cómo es que esa maestra que solías saludar inocentemente en los pasillos se volvió esa persona con la que tendrías un romance secreto?
Nunca pensaste que esto pasaría y te sentías culpable por ello.
Pero no te arrepentias en lo absoluto. No ibas a decírselo a nadie porque no sólo no querías delatar a Sadie sino que además disfrutabas de todo lo que ella hacías con ella esos días y esas noches.
La semana pasada mentiste a alguien diciendo que tenías que quedarte más tiempo para "estudiar más". En realidad estabas haciendo algo que no debías hacer.
No solo salias con tu maestra de Matemáticas. Te acostabas con ella.
Sadie Sink.
¿Estabas orgullosa de ello? No del todo, pero ¿se sintió bien tanto para ti como para Sadie? Claro que sí.
Y vergonzosamente estabas empezando a sentir algo más profundo por ella. Pero sabías que no podías expresarlo. Ella es mayor que tú.
Probablemente tratarías de ignorarlo. Pero aun así volverías. Por amor y por la forma vergonzosa en que gemirías debajo de ella y te retorcerías mientras te daba lo que querías.
Con eso bastaba. Por ahora.
A veces me pregunto ¿por que a las personas nos gusta lo prohibido?, ¿por que nos gusta hacer algo que no debemos?
Tal vez porque lo prohibido es como una atracción, un deseo. Es algo mucho mas inconsciente que responde a esa necesidad propia de conocer, explorar y crear nuevos límites.
Mi maestra de Matemáticas: Sadie Sink, es como una atracción, un deseo. Ella era eso que mi corazon anhelaba, pero que no podía tener.
O eso creía yo...
Ahora mismo, en lugar de estudiar donde solemos hacerlo, que es en su oficina o en la biblioteca. Sadie me ha dicho que vaya a su departamento.
Siento que mi corazón late de una manera tan veloz, mi rostro estaba rojo como un caluroso día de verano.
Una vez que golpeo se que no tiene sentido siquiera pretender que vine a tomar clases ──lo digo porque traje mis utiles escolares. Aún así tenia que hacerlo para que mi compañera de cuarto se lo creyera──. Abre la puerta con una cálida sonrisa que se transforma en una pequeña sonrisita divertida y burlona en cuanto me ve.
─Hola, chica exploradora. ¿Buscas a alguien?─ Bromea antes de reírse. No puedo evitar soltar una risita antes de que me haga sitio para entrar.
Echo un vistazo al acogedor departamento de Sadie en la que sólo has estado una vez. O dos veces. O tres veces, si puedo recordar.
Ha pasado unos meses desde que yo y ella empezamos a vernos, pero no he podido ir mucho a su casa.
─Hola Sades─. Hablo antes de bajar la vista con cierta mirada. Sadie no puede decir si es sólo una mirada suave o si la deseo en este momento.
Al final del día se que estoy aquí para hacer algo más que pasar el rato.
Ella toma asiento a mi lado ─hola, bonita ─ Giro mi cuerpo y miro a Sadie de arriba para abajo. En sus ojos noto una mirada perezosa y algo cansada.
Sadie ha estado muy ocupada últimamente por culpa de los trabajos que tiene. Tal vez necesite un alivio para el estrés que trae. Aunque no lo ha mencionado aún.
Ella me da un ligero beso en la mandíbula, luego en la mejilla y finalmente en los labios. Suelto un pequeño jadeo cuando mete la lengua en mi boca.
Yo, por supuesto, le devuelvo el beso inmediatamente. ¿Por qué no lo haría?
Después de todo, a ambas nos gusta esto. Paso mis dedos por el pelo de Sadie mientras ella pone sus manos en mi cintura para inmovilizarme. De inmediato siento mariposas en el estómago.
Justo antes de que pudiéramos llegar a más, ella se separa. ─por mucho que quisiera hacerlo ahora no tengo mucha energía, linda.
Frunzo mis labios unos momentos y luego le sonrió con dulzura. Mis manos acarician su nuca y cabello. ─no tienes porque hacer todo el trabajo tu. Siempre lo haces, ¿que tal si me dejas a mi esta vez complacerte y consentirte? Se lo cansada que estas por todo el trabajo y demás.
Sadie me sonríe y niega con la cabeza yo frunzo el ceño confundida. Su rostro se oculta en mi cuello donde deposita dulces besos. Me estremezco ante ello.
─lo aprecio pero no. No te he llamado para eso.
Me confundo aún más. Normalmente Sadie y yo nos vemos únicamente para tener relaciones sexuales. Así que me confunde que no me haya llamado para eso.
─¿Para que me llamaste entonces?
Sadie me mira y noto un adorable brillo en sus ojos. Una sonrisita se dibuja en sus labios.
─Simplemente quiero pasar el rato contigo, no teniendo sexo. No. Quiero estar acostada en mi cama contigo a mi lado abrazandome, besándome, dándome cariños o simplemente hablando conmigo.
Sadie me miró con adoración. ─Realmente me gustas, y aunque me fascine tenerte desnuda en mi cama, preferiría pasar el tiempo contigo conociéndote más y más. Yo am... quiero algo contigo─ dijo ella nerviosa para luego reír torpemente. ─¿Que me dices T / N? ¿Te gustaría... uhm... no se, intentar algo conmigo?
Mi corazón chilló ante sus palabras. ¿Realmente me estaba pidiendo aquello? siempre pensé que lo mío con Sadie no sería nada más que algo para satisfacernos a la otra. Que solamente nos veríamos para acostarnos y nada más.
Antes de que pueda decir algo Sadie decidió hablar rapidamente ─Obviamente si tu gustas iremos lento─ dijo nerviosa ella.
Sonreí.
Yo sonreí bobamente.
Y me acerque depositar un beso en sus labios. Uno lleno de amor, ternura y calidez.
─Claro que si. No tienes idea de cuanto he querido esto.
─Genial, porque ahora definitivamente no te dejare ir jamás.
