𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 7
Sentí unos empujones que no me permitieron seguir durmiendo, abriendo los ojos solo para cerrarlos de nuevo al instante por la punzada de la resaca.
—¡Mierda! —solté mientras me sujetaba la cabeza, tratando de calmar el dolor palpitante.
—Toma esto —Lorenzo me extendió una pastilla y un vaso de agua.
Agarré la pastilla y el vaso con manos temblorosas. La resaca era intensa, como si una tormenta retumbara dentro de mi cráneo. Tragué la pastilla y bebí el agua con desesperación, esperando que el alivio llegará pronto.
Lorenzo se sentó a mi lado en la cama, con el ceño fruncido.
—Hoffmann, ¿cuándo piensas llamarla? —se levantó, caminando por la habitación—. Llevas dos semanas sin volver a tu casa. Si no quieres ir, al menos contesta sus llamadas.
Me dejé caer en la cama, cubriéndome los ojos con las manos, como si así pudiera bloquear la realidad que me aplastada. Desde aquella noche en la que me planté frente a la puerta de la casa de Layla y luego huí como un cobarde, había pasado mis días en bares, intentando ahogar su recuerdo con alcohol, solo para terminar siempre en el departamento de Lorenzo.
Mientras tanto, Janet no había dejado de insistir en que regresara a casa o, al menos, respondiera sus llamadas. Entendía su preocupación, pero la realidad era que no había dado ninguna explicación de mi ausencia.
—Déjala, se cansará —murmuré, sin darle demasiada importancia.
—Hermano, sé que el regreso de Fischler te afectó, pero ya habíamos cerrado ese capítulo. No puedes ignorar a Janet, que ahora es tu novia y tu futura esposa.
Guardé silencio por un momento, peleando con la maraña de emociones y mis pensamientos que me consumían. Lorenzo tenía razón, los sabía. Pero enfrentarme a Janet significaba revivir una parte de mi vida que prefería dejar atrás.
—Tienes razón. Debería hablar con ella... en algún momento. Pero no hoy, ¿de acuerdo?
—¿Hoy es la fiesta, cierto? —me miró con seriedad—. Te recomiendo que lo hagas antes de cometer una estupidez.
«Mierda, la fiesta. ¿Cómo pude haberlo olvidado?» Me repetía mentalmente, sintiendo el peso de mi propia indecisión.
—Hoy, más que nunca, no puedo hacerle pasar por esto.
Lorenzo asintió, comprendiendo mi dilema. Sabía que Janet era importante para mí, pero hoy no podía arruinarle el evento más esperado, nuestra fiesta de compromiso, que ella había estado planeando con tanto esmero durante más de un año. Después de todo, había pasado meses evitándolo y posponiendo cualquier conversación sobre la boda.
—Entiendo, pero no podrás evitar el tema por siempre. Janet merece saber la verdad, y la fiesta puede ser una oportunidad para hablar y aclarar las cosas. Debes enfrentar la situación antes de que las cosas sigan empeorando.
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ʟᴀ ᴘʀᴏᴍᴇsᴀ
Teen FictionTras tres años de ausencia, Layla Fischler vuelve a su ciudad natal por recomendación médica, luego de haber puesto su vida en riesgo. Su regreso, sin embargo, desatará una tormenta de secretos que amenaza con derrumbar todo lo que conoce. Pero ese...