~Amor Completo~

~El 'cómo soy'~

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¡Que día tan bonito! Creo que jamás había tamborileado los dedos por mera felicidad; a pesar de los altibajos que pasé estuve de muy buen humor y no entré en pánico. Básicamente porque no le hablé directamente pero el tenerlo en el asiento al lado del mío era suficiente. Pero todavía necesitaba un momento perfecto para decirle lo que sentía, lastimosamente a medio día nos cortaron las clases para regresar a los dormitorios e instalarnos así que no lo pude ver más que de camino, escucharlo conversar con los otros chicos y eso. Digamos que todo ese tiempo se me olvidó porque estaba ansiosa de ver mis instrumentos, quería tocar mi bajo y mi guitarra, recordar cómo le había enseñado a tocar con esa misma cuando aún no pensaba en él como lo hacía en ese momento... quizás no se me olvidó del todo.

Después de instalarnos, a eso de las 2 de la tarde Aizawa sensei entró con el reglamento y lo leyó para todos y bueno, salió el típico momento incómodo en el que el maestro hizo hincapié en que no se podía ir al lado del sexo opuesto bajo ninguna circunstancia, también dejó en claro que éramos responsables de nuestros actos y que entendía que éramos adolescentes y estábamos en 'esa edad'. La vergüenza general era palpable y aunque Mineta se quejó bastante, usando un pobre argumento como que no le tenían confianza a los chicos, yo no aguanté y me reí.

- ¡Pppffttt! – "Si claro, porque nosotras somos unas santas" Pensé porque era evidente que no, venga, seamos coherentes, vivíamos con un montón de chicos buenorros de 17/18 años, claro, no todos entraban en esa categoría, pero habían algunos que bueno... se pasaban de la raya; el heroísmo los forjó como monumentos y una no es de piedra. Ese era el principal problema del dormitorio, que si Aizawa sensei creía que sólo éramos héroes, debía poner reglas más estrictas.

- No es asunto de risa. – Me regañó rápidamente.

- Lo siento sensei. – Me aguanté pero algunos otros me hicieron segunda, pero los cuchicheos me dieron vergüenza.

- Jirou chan, ¿en qué andas pensando? –

- En nada. – Era una vil mentira pero me aguanté y Uraraka soltó la risita también.

- ¡Jijijiji! –

- Chicas por favor. – Pidió Yaomomo pero le vi la cara bien roja. "¡Ajá! Ni siquiera Yaomomo se salvaba" Pero Sero soltó un comentario completamente diferente.

- Mineta cállate que hasta las chicas se burlan de ti. – Me salvó completamente porque yo había pensado otra cosa... claro preferiría morir a que alguien lo supiera así que me tragué la risa y esperé que el sensei se fuera para regresar a mi habitación; tenía muchas ganas de tocar, así que apenas subí cuando el maestro se fue, tomé mi bajo y me senté en la cama en posición de loto.

- Mmm... si supieran que las chicas también tenemos esos pensamientos... - Me dije porque a solas ya lo podía soltar.

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Arrúllame, ahógame, aplástame

Desármame, cómeme, fúmame

Amor inquieto

Amor drogado

Amor completo

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Bueno no... completo no porque él aún no lo sabía y ese era mi fin... decírselo pero no sabía cómo... No quería que pensara que estaba loca y tampoco quería caer en la niña tímida y boba de antes, pero no sabía cómo tomaría él mi cambio, o sea... si le parecía bien que yo fuera más abierta con estas cosas o a él le gustaban las chicas retraídas. Debía averiguar eso pero no sabía cómo... "¡Demonios! Es que con él no se sabe" Pero justo al día siguiente el destino quiso sonreírme de alguna manera, no sé qué fue, pero no dudé en aprovecharlo...