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Esa flor que nadie ve

Rosas, Margaritas, Lirios, orquídeas, Girasoles, Tulipanes, esas son las clases de flores que eliges, son las clases de flores en las que piensas cuando piensas en una flor.

...

Nunca he sido la persona que escogen.

Era la chica que se quedaba de última cuando formaban un equipo, la que escogían porque no había otro remedio, porque era la opción menos mala.

Uno supondría que el tiempo cambia las cosas, pero no.

Sigo siendo la persona que nadie escoge. Esa de la que jamás oirás decir "A mí me gustaría ir con ella" "fulana no puede faltar" "¿Por qué ella no vino?" "Tienes que venir, por favor" o "Te extrañamos mucho" etc.

Y no se confundan, tengo amor, tengo personas en mi vida que me aman, y es mi familia. También hay personas en mi vida que sé que vendrían si de una emergencia se tratara.

Sin embargo, este sentimiento, es diferente, no se trata de saber que cuentas o no con alguien ante una situación hipotética, no es ese tipo de amistad.

Esa amistad que sería hermosa de tener y no tengo, es esa en la que puedes hablar en cualquier momento, de cualquier ocurrencia de tu día, sin que parezca extraño.
Esa a la que puedes escribir cuando simplemente tuviste un día duro y te ayudará a despejarte.
Esa con la que tener esos segundos fuera de tu realidad, para hablar de cualquier cosa.
Esa con quien hablar de las cosas que amas o de las cosas que odias, sin ser juzgado, solo siendo tú misma.

Siendo mujer, siempre necesitaremos ese tipo de amiga.

¿Por qué es tan difícil encontrarla?

¿Soy tan mala?

Esa es la pregunta que siempre ronda mi mente. Porque yo anhelo esa relación, y cuando tengo una amistad, me gusta dejarle una parte de mi corazón, me gusta darle un lugar único en mi vida, destacado.

Pero es tan doloroso, que nadie haga lo mismo por ti.

Y sé que existe esa posibilidad, porque lo he vivido por cortos momentos; sin embargo, cada una de esas personas, después de llenar mi vida de luz, me abandonaron, dejando un vacío más oscuro que él que estaba cuando llegaron.

Quisiera saber que es eso tan malo que hay en mí, que es eso que puedo mejorar, porque juro que lo haría.

Y a la vez me pregunto: ¿Tiene sentido dejar de ser quien eres por obtener un amigo? ¿No sería falso?

Mi madre ha sido siempre una persona solitaria, y después de toda una vida finalmente tiene amigas.

¿Ese es mi destino?
¿Es cuestión de tiempo?
¿De esperar?
Es posible.

Vivo en un limbo, dónde soy muy vieja para las jóvenes, muy inoportuna para las de mi edad, y muy joven para las mayores.

Supongo que debo atravesar esta etapa, que en realidad existe desde que puedo recordar. Y quizá algún día la conseguiré.

Sin duda, no tengo otro remedio por el momento, y sé que las cosas pasan, y que muchas vinieron lo mismo, pero eso no reduce el dolor, eso no calma la sensación de vacío.

Supongo que simplemente debo aceptar que soy esa flor que nace entre el monte, en las calles, esa que es bonita, pero nadie nota, más bien la arrancan con la maleza, y jamás conocen su nombre.

Soy esa flor que nadie ve.