M U E R T E Kooktae/ KookV

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*Advertencia de contenido*

"Muchas felicidades. Estoy seguro de que Jin se alegraría", dijo Taehyung con una sonrisa afectuosa mientras palmeaba el huesudo hombro de Bob Willer.

"Gracias, Taehyung . Si no fuera por los consejos de Jin no habría podido salir en libertad condicional. ¿Le darás las gracias de mi parte?"

Willer sacó una foto del bolsillo del pecho y se la mostró alegremente a Taehyung. En la foto estaban la regordeta esposa de Willer y sus dos hijos de mirada traviesa. Taehyung estaba ya tan familiarizado con la foto que sentía que podría reconocerlos si los viera venir por la calle. Sin pensárselo, probablemente les diría: "Hola, ¿qué tal?".

"Este es Jesse, y este es Steven."

"Lo sé. Y tu mujer, Anna, ¿verdad?"

"Sí, ella es Anna. Por fin puedo ir a casa con mi familia. No puedo esperar a probar la cocina de mi mujer otra vez."

"Bueno, no tienes que esperar mucho. Estaré en mi camino, entonces. Le pasaré el papeleo a Jin".

"Gracias, Taehyung. La próxima vez saludaré a Jin como es debido".

Taehyung sonrió al salir de la celda de Willer, pero en cuanto puso un pie en la pasarela, su rostro se endureció y un pesado suspiro escapó de sus labios.

Bob Willer tampoco era Corvus. Era un tipo normal que se podía encontrar en cualquier parte. Se había dejado la piel por su familia hasta que un día lo despidieron repentinamente de su trabajo en una fábrica de piezas de automóviles. Había acudido al director de la fábrica para pedirle que reconsiderara su decisión, pero fue cruelmente rechazado. Dejándose llevar por la ira, Willer cogió a ciegas una llave inglesa cercana y golpeó a su jefe hasta matarlo. Aunque era culpable de su crimen, no era un hombre malvado.

Willer, uno de los nombres de la lista de sospechosos, había acudido a Jin pidiéndole consejo sobre qué decir a la junta de libertad condicional cuando le llamaran para la entrevista. Taehyung aprovechó su puesto de ayudante de Jin para acercarse a Willer varias veces. Desde el principio tuvo la sensación de que Willer probablemente no era Corvus. Y al final, su duro trabajo se había echado a perder.

Los días pasaban sin ninguna pista significativa en su búsqueda de Corvus. Taehyung sentía que el pánico se apoderaba de él, pero siguió investigando diligentemente a los sospechosos. Aunque utilizaba todos los trucos a su alcance para acercarse a ellos, con la esperanza de vislumbrar su verdadera identidad, le resultaba difícil emitir un juicio basándose en lo que podía deducir de una conversación casual. Aunque los sentidos de Taehyung eran lo suficientemente agudos como para olfatear a un traficante de drogas con algo de observación pero un líder terrorista... eso no era tan fácil. Corvus era el tipo de hombre astuto que ni siquiera se había revelado a su propio grupo. Nadie podía siquiera nombrar qué ideología o postura sustentaba la incitación de Corvus a cometer actos de terrorismo.

Pero Taehyung sabía que tenía que empezar por algún sitio, y eso era reducir la lista de sospechosos. Con su instinto como única arma, Taehyung fue eliminando pacientemente a uno, y luego a otro, de la lista. Doce sospechosos se redujeron a cinco. Henry Galen era uno de ellos. Taehyung estaba cada día más convencido de que Galen era probablemente la persona que estaba buscando.

Aunque sabía que a la gente le parecería extraño, Taehyung pensó que no había otro remedio que preguntar directamente a Tonya si Galen tenía una cicatriz de quemadura en la espalda. Pero Tonya solía estar rodeada de una pandilla de hermanas, y era difícil pillarla a solas. En las raras ocasiones en que lo estaba, siempre la acompañaba un chicano de aspecto fornido que actuaba como una especie de guardaespaldas.