La muerte...El estar muerto en vida no era ajeno a Taehyung, quien fue un policía antidroga, ahora encarcelado por un crimen que no cometió...el de asesinar a su propio compañero de trabajo.
Sólo hay una manera para salir de esa prisión: colaborar c...
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*Aviso: como habréis leído y visto, este capítulo tiene dos partes porque es muy largo. Las dos partes las subo el mismo día porque me parece una verdadera maldad dejaros con la duda. No le hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a tijajaj.*
Taehyung y Yoongi decidieron cenar temprano en el restaurante del hotel.
Durante la comida, Yoongi le dijo que Jessica no sólo era una muy buena lobista, sino que además era sobrina del presidente.
Acercarse a ella facilitaría claramente la obtención de información interna sobre la empresa Smith-Backs. Ese era probablemente el objetivo de Jungkook. La empresa de desarrollo de sistemas para la que supuestamente trabajaba era probablemente una tapadera de la CIA.
El móvil de Yoongi sonó justo cuando habían terminado de comer y estaban a punto de volver a su habitación. Era una invitación de uno de sus amigos.
"¿Salir? ¿Ahora mismo?" Dijo Yoongi. "Oh, no sé..."
"¿Por qué no? Adelante", dijo Taehyung. "Estoy un poco cansado, así que voy a subir a descansar".
Yoongi asintió y lo miró disculpándose antes de hacerle saber a su amigo que se iba.
"Lo siento", dijo, una vez que colgó el teléfono. "Era de un antiguo compañero de trabajo. Estaba con el resto de la pandilla y quería saber si podía unirme".
"No digas más. Ve y diviértete".
Después de despedir a Yoongi, Taehyung volvió solo a su habitación. Salió de la ducha con una toalla enrollada alrededor de la cintura, y se dejó caer sobre la cama sin molestarse en vestirse.
Aunque por fin había vuelto a reunirse con Jungkook, no se sentía feliz en absoluto. De hecho, se sentía aún más deprimido que antes.
La fría mirada de Jungkook había destrozado el corazón de Taehyung. Sabía que era inevitable, ya que ambos se reunían con identidades falsas. Pero deseaba al menos haber podido vislumbrar un atisbo de alegría en el rostro de Jungkook por su reencuentro. Aunque sólo fuera por un segundo, deseó que Jungkook lo mirara como solía hacerlo.
Taehyung rodó sobre su espalda y miró sin comprender el techo. Podía ver la cara de Jungkook delante de él, incluso con los ojos abiertos. Pero el rostro del hombre era frío como el hielo. Le estaba dando la espalda a Taehyung, era difícil verlo de otro modo.
Taehyung se revolvió agonizante, apretando los dientes ante la tormenta de emociones violentas que se arremolinaban en su interior.
-Lo echo de menos. Le echo tanto de menos. Tengo tantas ganas de ver a Jungkook.
Si estuvieran solos, sin nadie más, tal vez podrían hablar como en los viejos tiempos. Quizá podrían quitarse las máscaras y celebrar de verdad su reencuentro.
