Capítulo 4

62 12 0
                                    

Bajando los tres pisos por las escaleras, Wooyoung busco en su morral el celular, lo encontró rápidamente ya que solo contenía: su celular, su billetera, y las llaves de su departamento.

No sabía dónde se encontraba Hongjoong, por lo tanto, no sabía dónde dirigirse, tal vez si Hongjoong no le contestaba, ¿iba a quedar como un completo demente si directamente se dirigía a casa de Hongjoong, y lo espera en su puerta? Lo más probable es que si, o se viera más como un acosador, o tal vez como una persona desesperada. Como sea, no le importaba.

Buscando y deslizando el icono de llamada, Wooyoung se coloca el celular en su oreja y espera. Al cabo de unos cuantos tonos, la voz de Hongjoong se escucha a través del aparato.

_ ¿Wooyoung? ¿Qué ocurre? _ Pregunta con un toque de preocupación en su voz.

Wooyoung tuvo un déjá vu de aquella noche en la fiesta de Sangyeon, cuando le había pedido a Hongjoong que lo recogiera. Si, sabía que haber llamado un uber o un taxi, o incluso a Mingi, aunque bueno, este lo hubiese mandado a la mierda; pero cualquier opción hubiese sido la alternativa más factible, más lógica. Pero inconscientemente cuando había tomado su teléfono fue directo al contacto de Hongjoong, y cual terco siguió el impulso que lo domino en ese instante, y lo llamo.

Y él muy tonto había contestado, y él muy tonto lo había ido a buscar, a las... ¿Qué hora había sido; tres, cuatro de la madrugada? Conduciendo casi por dos horas, entre la ida y la vuelta.

¡Estúpido! ¿Por qué seguía haciendo esto? ¿Por qué no lo mandaba al infierno? ¡Estúpido Hongjoong!

_ Wooyoung, ¿qué pasa?

¿Era tan anormal que Wooyoung lo llamara, que lo único que Hongjoong dijera siempre fueran esas tres preguntas?

Carajo.

Obviamente, sí.

Y eso hizo apretar fuertemente el objeto entre sus dedos.

Carajo.

_ No ocurre nada, Hongjoong. ¿Dónde estás? _ Pregunta Wooyoung al mismo tiempo que llegaba a la puerta de entrada y salida del complejo de departamento de Mingi.

_ En casa... ¿Por qué? _ duda Hongjoong.

_ Voy para allá.

Y sin esperar respuesta alguna, corto, y fue directo a la app de uber para solicitar uno.

En un poco más de media hora estaba frente al portero tocando el botón del timbre del departamento de Hongjoong.

_ ¿Quién? _ se escucha un poco de distorsión en la voz.

_ Yo, Hongjoongie, ábreme.

Espero unos segundos antes de escuchar el sonido característico del permiso de entrada, mientras un pico de ansiedad golpeaba su sistema, pero Wooyoung empujo la puerta y procedió a subir al departamento del otro chico. Y al llegar, procedió a golpear dos veces la puerta para que Hongjoong lo dejara pasar dentro.

Otros largos segundos de espera que le parecieron horas, logrando que otro golpe de ansiedad volviera a atacar su sistema, mientras pensaba que Hongjoong no iba a dejarlo entrar, que iba a ignorarlo y dejarlo ahí fuera parado en su puerta, como el idiota que sabía que era.

Pero también sabiendo lo terco que podía llegar a ser, volvió a golpear varias veces la madera con un poco más de fuerza.

_ Dios, Wooyoung-ah... _ dijo Hongjoong al abrir la puerta con el ceño fruncido. _ ¿No puedes esperar un segundo, verdad?

_ No, no puedo, _ dice mientras finalmente entra en la casa, da un par de pasos, y se queda parado dándole la espalda a Hongjoong.

_ No, eso es obvio _ murmura Hongjoong más para sí mismo que para los oídos de Wooyoung. _ ¿Qué ocurre? ¿Por qué no estás con los chicos viendo alguna película?

Derribando murosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora