☆dia 6☆

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Después de desayunar, la familia se preparó para salir de casa. Larry se vistió con un traje y una corbata, ya que tenía que ir a su trabajo como abogado. Sal se puso una camisa y unos pantalones, ya que tenía que quedarse en casa cuidando de los gemelos. Jonathan y Lisa se pusieron sus uniformes escolares, ya que tenían que ir a la escuela.

- Larry: Bueno, me voy. Que tengáis un buen día, familia.
- Sal: Igualmente, amor. Te esperamos para cenar.
- Larry: Vale. Os quiero mucho.
- Sal: Y nosotros a ti.
- Larry: Adiós, hijos. Portaos bien y estudia mucho.
- Jonathan: Adiós, papá. Que te vaya bien el trabajo.
- Lisa: Adiós, papá. Te echaremos de menos.
- Noah: Adiós, papi.
- Emma: Adiós, papi.
- Larry: Adiós, mis pequeños. Os quiero mucho.

Larry les dio un beso a cada uno y salió de la casa. Se subió a su coche y condujo hasta su oficina.

- Sal: Bueno, ahora somos solo nosotros cuatro. ¿Qué os apetece hacer hoy, gemelos?
- Noah: Quiero jugar con mis coches.
- Emma: Quiero pintar con mis lápices.
- Sal: Vale, pues cada uno puede hacer lo que quiera. Yo os voy a ayudar y a vigilar.
- Noah: Yay!
- Emma: Yay!

Sal llevó a los gemelos al salón, donde había una alfombra con juguetes y materiales para dibujar. Les ayudó a sacar lo que querían y se sentó con ellos en el suelo.

- Sal: Venga, vamos a divertirnos. Noah, ¿qué coche te gusta más?
- Noah: Este rojo. Es muy rápido y hace ruido.
- Sal: Ah, sí. Es muy bonito. ¿Y tú, Emma? ¿Qué vas a pintar?
- Emma: Voy a pintar una flor. Es muy bonita y huele bien.
- Sal: Ah, sí. Es muy bonita. Me gusta mucho.

Sal les sonrió y les dio un beso en la frente. Luego se puso a jugar con Noah y a pintar con Emma.

Mientras tanto, Jonathan y Lisa salieron de la casa y caminaron hasta la parada del autobús escolar.

- Jonathan: ¿Qué tal te va en la escuela, Lisa?
- Lisa: Pues bien. Me gustan las clases de matemáticas y de inglés. ¿Y a ti?
- Jonathan: A mí también me gustan esas clases. Pero lo que más me gusta es el recreo.
- Lisa: ¿Por qué?
- Jonathan: Porque puedo jugar con mis amigos al fútbol o al baloncesto.
- Lisa: Ah, ya veo. A mí me gusta más jugar con mis amigas al escondite o al pilla-pilla.
- Jonathan: Bueno, cada uno tiene sus gustos.
- Lisa: Sí.

Los hermanos llegaron a la parada del autobús y esperaron a que llegara. Cuando llegó, se subieron y se sentaron juntos.

Los hermanos siguieron hablando hasta que llegaron a la escuela. Allí se bajaron del autobús y entraron al edificio.

La mañana pasó rápido para la familia Johnson-Fisher. Larry trabajó duro en su oficina, defendiendo a sus clientes y negociando con los jueces. Sal se divirtió con los gemelos, jugando, pintando, leyendo y cantando. Jonathan y Lisa aprendieron cosas nuevas en la escuela, participaron en las actividades y se relacionaron con sus compañeros.

A la hora del almuerzo, Larry salió de su oficina y fue a un restaurante cercano. Allí se encontró con un amigo suyo, que también era abogado.

- Amigo: Hola, Larry. ¿Qué tal el trabajo?
- Larry: Hola, amigo. Pues el trabajo va bien. Hoy he ganado un caso importante.
- Amigo: ¡Enhorabuena! ¿De qué se trataba?
- Larry: De una demanda por despido injustificado. Mi cliente era una mujer que trabajaba como secretaria en una empresa. La despidieron sin motivo y sin indemnización. Así que la ayudé a reclamar sus derechos.
- Amigo: ¿Y qué pasó?
- Larry: Pues que conseguí que le pagaran una buena suma de dinero y que le pidieran disculpas. La mujer estaba muy contenta y me agradeció mucho.
- Amigo: Me alegro por ti y por ella. Has hecho un buen trabajo.
- Larry: Gracias, amigo. ¿Y tú? ¿Qué tal te va?
- Amigo: Pues a mí me va regular. Hoy he perdido un caso difícil.
- Larry: ¿De qué se trataba?
- Amigo: De una acusación por robo. Mi cliente era un hombre que había robado una joyería. Lo pillaron con las manos en la masa y había pruebas de sobra. Así que no pude hacer mucho por él.
- Larry: Vaya, lo siento. ¿Qué pena le han puesto?
- Amigo: Pues le han puesto cinco años de cárcel y una multa de diez mil dólares. El hombre estaba muy enfadado y me echó la culpa a mí.
- Larry: No te preocupes, amigo. No es tu culpa. Tú hiciste lo que pudiste.
- Amigo: Gracias, Larry. Eres muy amable.

Los amigos siguieron hablando de sus casos y de otras cosas mientras comían.

Mientras tanto, Sal preparó el almuerzo para los gemelos en casa. Les hizo unos sándwiches de jamón y queso, unas patatas fritas y unos vasos de leche.

- Sal: Venga, chicos. A comer.
- Noah: ¡Sí!
- Emma: ¡Sí!

Los gemelos dejaron sus juguetes y se sentaron a la mesa.

- Sal: Aquí tenéis vuestros sándwiches. Están muy ricos.
- Noah: Gracias, mami.
- Emma: Gracias, mami.
- Sal: De nada, mis amores.

Sal les dio un bocado a cada uno y luego se sentó con ellos.

- Sal: ¿Qué tal os lo habéis pasado esta mañana?
- Noah: Muy bien. He jugado con mis coches y he hecho carreras.
- Emma: Muy bien. He pintado una flor y un arco iris.
- Sal: Qué bien. Me alegro de que os hayáis divertido.
- Noah: ¿Y tú, mami? ¿Qué has hecho?
- Emma: ¿Y tú, mami? ¿Qué has hecho?
- Sal: Yo he estado con vosotros todo el tiempo. Os he ayudado y os he vigilado.
- Noah: Ah, sí. Es verdad.
- Emma: Ah, sí. Es verdad.
- Sal: Y también he hecho algunas cosas de la casa. He lavado la ropa, he fregado los platos y he ordenado el salón.
- Noah: Eres muy trabajador, mami.
- Emma: Eres muy trabajador, mami.
- Sal: Gracias, mis pequeños.

Sal les sonrió y les dio otro bocado.

Mientras tanto, Jonathan y Lisa salieron de la escuela y fueron al parque con sus amigos.

- Jonathan: Hola, chicos. ¿Qué tal el día?
- Carlos: Hola, Jonathan. El día ha estado bien. Hemos aprendido cosas interesantes.
- Sofía: Hola, Jonathan. El día ha estado bien. Hemos hecho actividades divertidas.
- Jonathan: Me alegro de que os haya gustado el día.
- Mateo: Hola, Lisa. ¿Qué tal el día?
- Lucía: Hola, Lisa. El día ha estado bien. Hemos conocido a gente nueva.
- Lisa: Me alegro de que os haya gustado el día.

Los amigos se saludaron y se pusieron a jugar en el parque. Había un tobogán, un columpio, un balancín y una casita de madera.

- Jonathan: ¿Qué queréis hacer?
- Carlos: Yo quiero ir al tobogán.
- Sofía: Yo también quiero ir al tobogán.
- Jonathan: Vale, pues vamos al tobogán.
- Lisa: ¿Qué queréis hacer?
- Mateo: Yo quiero ir al columpio.
- Lucía: Yo también quiero ir al columpio.
- Lisa: Vale, pues vamos al columpio.

Los amigos se dividieron en dos grupos y se fueron a sus respectivos juegos.

La tarde fue tranquila para la familia Johnson-Fisher. Larry terminó su trabajo y se despidió de su amigo Todd, que también era abogado y trabajaba con él. Sal llevó a los gemelos a dar un paseo

Dia a Día De La familia Johnson FisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora