Capítulo 17

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Llevé también la comida que había comprado para Valeria y para mí, y ella no pudo evitar reírse durante todo el camino.

-No puedo creer que hayamos tenido la misma idea. ¿Qué pensabas hacer con toda esta comida? -Pregunta Valeria entre risas.

-Pues comérmela seguro que no.

-Es que jajajaja has comprado comida para dos empresas más contando con la nuestra.

-No eres la única que no quería cagarla. -Digo mientras giro el volante. Valeria se queda en silencio y suspira.

-Me siento muy cómoda contigo. -Y esa declaración me pilla por sorpresa y no me salen las palabras. El nerviosismo se apodera de mis manos y me cuesta cambiar de marcha. Valeria se echa a reír. -No hace falta que digas nada, sé que eres de pocas palabras. -Y esta otra declaración me duele. No quiero ser así con Valeria, no quiero que sienta que me faltan palabras con ella o que no me esfuerzo por corresponderle, pero es que Valeria, Valeria Hensen me deja sin palabras.


Cruzamos el aparcamiento con nuestras manos entrelazadas y Valeria se suelta al ver que un grupo de niños nos rodean. No puedo entender qué dicen porque hablan todos los a la vez y la sonrisa de Valeria vislumbrando la situación a un lado me llena de ternura. Nunca nadie me había mirado así y no sé si eso me da más miedo que agrado. Al fin y al cabo, Valeria ahora tiene un poder sobre mí, ahora me afecta todo lo que le ocurra y todo lo que nos ocurra. Aún no estoy segura de lo que siento por ella, pero su sonrisa es capaz de arrebatarme todos mis temores. En realidad, quizá tampoco sea tan malo entregarse a alguien, ¿no? No creo que una chica como Valeria tenga malas intenciones, tan solo hay que ver cómo se preocupa por su abuela y como defendió a Alicia el día que nos conocimos. Valeria es increíble y no quiero perder la oportunidad de conocerla.

Alicia, Laura y Margarita se acercan a nosotras. Laura, Alicia y Valeria ya se han sumergido en una conversación. Me gusta verla así, fuera de la presión del trabajo y de la función de super madre con su abuela. 

-¿Me estás escuchando? -Inquiere Margarita.

-Sí, sí. Dime.

-Mentira, ¿qué te estaba diciendo? -Acusa de nuevo Margarita.

-Me has pillado, no te estaba escuchando. ¿Puedes repetirlo?

-¿En qué estabas pensando?

-En nada. -Contesto.

-En ella ¿verdad? -Señala a Valeria.

-Margarita no señales.

-Pues, dime de una vez quién es.

-Mi aprendiz, me pidió si podía venir a ver a Andy y no podía decirle que no.

-¿Y no podías decirle que no? ¿Desde cuándo para ti eso es un problema? Te he visto rechazar a personas que incluso te suplicaban de rodillas. -Afirma Margarita.

-Pues ahora ya no. Vamos, si tardamos Andy volverá a dormirse y Valeria seguro que tiene ganas de hablar con él. -Digo tomando su brazo.

-¿Así se llama? ¿Valeria? Su nombre es bonito, igual que ella. ¿No crees? -Pregunta.

-Sé por dónde vas. -Contesto sonriendo. -Vamos, anda. -Margarita suspira de desesperación y se agarra a mi brazo para no perder el equilibrio. Nos acercamos a Laura, Alicia y Valeria, y no dirigimos a la habitación de Andy.

Andy permanece tumbado mirando al techo. Margarita llama a la puerta para indicarle que vamos a entrar y se incorpora para sentarse. Sus ojos son invadidos por la alegría cuando ve que Alicia, Laura y Margarita atraviesan la puerta, pero su rostro se pone serio cuando detrás de todas percibe mi figura. Valeria se da cuenta e intenta poner un poco de paz.

The eyes never lieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora