Capítulo 2

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  Desperté de nuevo en mi antigua habitación, miré a los rededores y me encontré totalmente sola. Me habían traído al pueblo, seguramente porque no encontraron un mejor sacrificio.

- Deberías dejar de pensar cosas tan malas sobre nosotros – Musitó Sunghoon entrando en la habitación.

- Deberías dejar de meterte en mi mente sin mi consentimiento, es molesto que me controlen hasta los pensamientos.

- Antes no pensabas así, saber lo que somos te ha hecho creer cosas de nosotros que sinceramente no son ciertas – Se sentó en la orilla de la cama.

- Por ejemplo, ¿que soy su sacrificio?

- Exactamente, ¿piensas que a un sacrificio lo trataríamos tan bien? – Se acercó más a mí.

- No lo sé, tu dime, Sunghoon. ¿Cuántas antes de mí?

- Ninguna, ya te lo he dicho, eres especial. Tu abuelo nos pidió que te cuidásemos y fue simple coincidencia que todos termináramos enamorados de ti, ¿quieres que te diga algo?

- ¿Ya qué? Dilo – Dije evitando su intensa mirada.

- Extrañé mucho tu olor en la casa, tu vibra y por supuesto lo calientita que eres – Quiso acariciar mi mejilla, sin embargo, no lo dejé – Por favor, _______, no seas así con nosotros. No te vamos a matar, la realidad es que te íbamos a hacer como nosotros, pero escapaste y...

- No le digas más, hagas lo que hagas, no será igual – Murmuró Jay con su cara más seria – Déjame solo con ella.

- De acuerdo - *No dejes que Jay se enoje más, si te dice para convertirte, por favor, acepta. Yo después te diré todo* me dijo mientras salía de mi habitación.

- ¿Qué te dijo?

- ¿De qué hablas? – Respondí casi al instante.

- No te hagas, sé que Sunghoon te dijo algo antes de salir, ¿qué te dijo?

- Me dijo que no discutiera más contigo – *Técnicamente es verdad, Jay* pensé.

- Bueno, _______. Como sabrás, estábamos por convertirte, pero lamentablemente escapaste – Me reí levemente – Claro, ríete. Cómo tu no estabas corriendo como una loca para que la persona que amas no se vaya, te ríes.

- Perdóname es que... - me comencé a reír más fuerte – Ya, ya soy seria, continúa.

- Prosigo, tu abuelo materno, al saber que tus padres adoptarían a una niña, nos pidió que la protegiéramos. Tu abuelo, no era vampiro, él era brujo, por eso también llevas el amuleto de protección en tu cuello, dicho amuleto, impide que las ninfas, brujas, lobos, vampiros y originales te hagan daño, ¿vamos bien? – Asentí – Bien, ¿estarías de acuerdo en quitártelo unos minutos para poder convertirte y luego te lo pones de nuevo?

- Suspiré – Promete que después me dirás todo detalladamente y sin ocultarme nada.

- Lo prometo – Asentí y me senté de espaldas a él agarrando mi cabello para que pudiera quitarme el collar, una vez lo hizo me dijo que me diera vuelta y lo vi sacar una jeringa de no sé dónde – Te inyectaré mis células ¿bien? Así nos ahorramos lo de las tres mordidas, de ante mano te aviso, la inyección no dolerá, pero el proceso sí – Suspiré de nuevo.

- Hazlo de una buena vez y deja de atemorizarme – Soltó una pequeña risa –

- Sunghoon tenía razón – Murmuró mientras me inyectaba, a la vez que yo hacía una mueca de dolor *Odio las agujas* - Tu vibra hacía falta en esta casa, todo estaba tan vacío y silencioso, fue un verdadero infierno el que vivimos mientras no estabas.

- Me halagas, pero eso no significa que no esté molesta porque me ocultaron la verdad y hablando de verdades, ¿alguno de mis padres es brujo?

- Ninguno, el último brujo de tu familia fue tu abuelo, o eso dijo.

- Gracias, ahora, tengo hambre. Dame comida, por favor – Sonrió y negó levemente con la cabeza.

- Te extrañé demasiado – Me abrazó – Por favor, abrázame como sólo tú lo sabes hacer – Sonreí levemente y correspondí a su abrazo acercándolo más a mí.

Vampiros [ENHYPEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora