¡𝐂𝐮𝐩𝐢𝐝𝐨 ¿𝐃ó𝐧𝐝𝐞 𝐯𝐢𝐯𝐞𝐬?!

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¿Ahora qué debía hacer? En lo último que se preocupó fue en su vivienda ¿Qué debería hacer? Observó a Félix que recogía sus cosas, listo para irse.

—Félix, tú, ¿sabés dónde puedo conseguir dónde vivir? 

El menor abrió sus ojos preocupado.

—¿No tienes donde vivir?

—Me quedé sólo por hoy en un motel de paso y realmente no quiero quedarme mucho tiempo, prefiero algo más estable, ¿sabés dónde podría?

—No se diga más, toma tus cosas y ven a esta dirección.

Dijo mientras escribía en un papel una dirección, Jeongin claramente no tenía ni idea de dónde estaba ese lugar, pero tampoco tenía idea de dónde conseguiría una maleta con ropa y pertenencías que claramente NO TIENE.

Ya vería cómo se las arreglaría.

Fué todo un descontrol, primero tuvo que transformarse en Cupido nuevamente y buscar a Changbin, quien lo regaño y le dijo que debía quedarse en el cielo por lo menos hasta que se hiciera de día ¡Sería más fácil! Pero no, quizá en un futuro Félix quiera ir a su casa ¡Y no lo podría llevar al cielo! Debía tener todo preparado para un futuro incierto, nunca se sabe.

Changbin frustado lo ayudó, al ser un ángel artesano (cuál su único trabajo es hacer nubes con formas, tremendo poder desperdiciado), hizo con nubes un celular, una maleta y conjuntos de ropa, productos de belleza, varios aparatos más, zapatos, dinero, una cartera con varias tarjetas extrañas y maquillaje, después de llenarlo con cariños que lo hicieron quejarse, bajó nuevamente a la tierra, siguiendo las indicaciones que su mejor amigo le dió, pidió un taxi, dictó la dirección, pagó y se bajó del auto, quedando fascinado al ver una gran reja, varias casas grandes, blancas y caras, se acercó al portero.

—Uh, disculpa, fuí citado por Lee Félix ¿Estuvó aquí?

—Oh, el señor Lee, enseguida lo llamo para que sepa de su llegada, su casa es la cinco, lo verá escrito en el buzón, pase.

Apretó un botón mientras hacía la llamada y una puerta igual a la gran reja se abrió, se inclinó en forma de agradecimiento y tomando la maleta se adentró, para seguidamente cerrarla a sus espaldas, caminó nervioso buscando la casa hasta dar con ella, era como el resto, pero tenía un jardín muy bien cuidado, bancas rosas pálido, flores de diferentes colores, esa era la casa número cinco, vió la casa número seis y a pesar de verse igual, tenía una pinta bastante monótona, no podía describirlo, sin darle mucha importancia se acercó y tocó la puerta, un radiante Félix lo saludó dejándolo pasar.

—Puedes vivir aquí el tiempo que quieras, si quieres hasta que consigas un lindo hogar, espero que no te moleste que mi hermano mayor viva acá.

—No, digo, espero que yo no lo moleste a él, realmente estoy agradecido, haré lo posible para conseguir un lugar donde vivir.   

—No te preocupes, deja los presento, sígueme.


¡ᴄᴜᴘɪᴅᴏ ᴇɴ ᴀᴘᴜʀᴏꜱ! 𝘏𝘺𝘶𝘯𝘭𝘪𝘹 𝘢𝘥𝘱𝘵.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora