💀7💀

74 10 0
                                    

Odio salir, odio las citas, odio la bulla, odio a Dante.

Como raro.

Estábamos en la feria, me gusta claro, siento como mi niña interior sale al ver todos los juegos, pero hay demasiado ruido para mi gusto. Pol estaba a mi lado todo el tiempo comiendo un algodón de azúcar mientras esperábamos que los demás llegasen, no quería ver a Dante y mucho menos a su cita.

¿Esos son celos Emily?

— BUENAS, BUENAS — Adina llega de sonriente como siempre.

Todos están aquí, Adina con su acompañante que no está nada mal...okey si, para mi si, no son mis gustos, y Dante con su acompañante Ceci, ella es super bonita, tiene el cabello negro y largo como el mío, ojos color avellana y una sonrisa deslumbrante.

— Hola — saluda.

Le devuelvo el saludo con un tono de distinto que nunca había hecho, Dan se dio cuenta de eso y me miro curioso y con una sonrisa que quería salir, pero la disimulo muy bien, agarre a mi compañero del brazo viendo como la cara de Dante cambiaba por el gesto, ignoré el sentimiento que tenía y seguí a Adina.

Mientras hacíamos fila para entrar a la casa del terror, me quedé viendo más de lo normal a un personaje en especial que también sentí su mirada por mucho rato hasta que hablo.

— Entonces... ¿Cómo se conocieron? — nos preguntó a Pol y a mí.

— Estudiamos juntos — Responde el aludido a mi lado.

— ¿Al menos si se han besado? Digo... no creo que Mily haya hecho ni eso.

— ¿Y tú lo has hecho? Porque no creo que nadie te aguante, que salen corriendo a la primera que te ven.

— Nadie se resiste a mí, ni tu.

— Sigue soñando.

— En mis sueños también, cruella.

— Tanto deseas de mi ¿no?

— Ja, dios me libre.

Mire para un lado y los demás estaban muy atentos a nuestra discusión, hasta que la cita de Dan hablo.

— Okey, ¿Qué fue eso? — pregunta Ceci con disgusto.

Mi mirada se dirige a ella y amago una sonrisa falsa.

— Catalina, ¿verdad? Tu...

— En realidad, es Ceci — me devuelve la sonrisa.

— Bueno Ceci, ¿Qué tanto te da para que no salieses corriendo ya?

— Me da muchas cosas te lo aseguro.

Y me di cuenta que no quería saber eso, supe al instante a que se refería por sus expresiones y como de reojo miro a Dante con tanto deseo, mi sonrisa flaqueo por alguna razón, pero no cayo, Dante por otro lado me miraba muy atento a mi reacción, claro no demostré nada fuera de lo común. Ni que me dieran celos.

Si claro.

Es la verdad.

Avanzamos un poco y un recuerdo a mi mente vino a mi cabeza.

— ¿Por qué estas con un miedocito? Te aseguro que apenas entremos a esa casa se estará cagando del miedo.

— No le tengo miedo a nada — responde Dante mientras más avanzamos en la fila.

— Recuerdo que cuando éramos pequeños no podíamos ni acercarnos a estas cosas sino se meaba en los pantalones, literalmente.

— Muy bien lo dijiste, cuando éramos pequeños, ¿no estarás diciendo esto para no entrar?

— ¿Por qué no querría entrara?

— Tal vez le tienes miedo

— No tengo miedo, uy, mira ya vamos a entrar — pasamos a través de la puerta que tenía una decoración espantosa — aun tienes tiempo para salir corriendo como la gallina que eres.

Alza sus brazos y da una vuelta recorriendo el lugar mostrándose de los más tranquilo, quería que se espantara y burlármele.

Caminamos todos juntos por los pasillos, unos personajes de terror aparecían de vez en cuando asustando a los demás haciéndolos gritar, los únicos que no lo hacíamos éramos Dante y yo. Detrás de nosotros venia otro grupo de amigos que estaban peor de asustados.

Llegamos a una parte que tenía tres pasillos — esto parecía un laberinto — nos miramos todos juntos y con la mirada decidimos irnos por la derecha. Una muy mala decisión, por una de las puertas salió un payaso, que verdaderamente daba un poco miedo, traía un hacha falsa arrastrándose por el piso, sus ojos brillaban y caía sangre falsa por sus manos y cada que pisaba, ¿y que paso? Nos empezó a perseguir, haciendo separarnos.

Unos se fueron por otros pasillos, otros se devolvieron, intente ir con ellos, pero termine perdiéndome, ahora tenía un poco de miedo por estar sola en medio de la oscuridad. Caminé un poco viendo por donde salir, pero no veía nada, estaba empezado a respirar más fuerte al ver que no tenía salida, el espacio se reducía en mi cabeza y decidí devolverme.

Escuche pasas acercándose a mí y camine más rápido hasta que me agarraron del brazo y me escondieron en una columna, iba a gritar cuando taparon mi boca con la mano e hice todo mi esfuerzo para ver de quien se trataba.

Dante estaba viendo por los lados cuando me di cuenta que el payaso estaba rondado por ahí, le quite la mano de un manotazo y lo mire enojada.

— Casi me matas, estúpido.

— Agradece que te estoy salvando.

— ¿De qué me salvas? ¿De un actor que solo hace su trabajo de asustar a la gente?

Apretó su mandíbula al darse cuenta que estaba escapando por algo tan estúpido, reí por su expresión haciéndolo enojar.

— Awww, ¿de verdad te asustaste? Sabía que seguías siendo una gallina

— No digas nada, que tu estabas peor.

— Sabes que no me gustan los espacios pequeños, por eso quería salir de aquí.

Me miro por un momento y agarro mi mano.

— Ven — hizo una seña con su cabeza — Salgamos de aquí.

Lo devolví a su lugar cuando retrocedió, no sé porque lo hice, pero el impulso de tenerlo cerca me gano.

— Cuidado, el payaso sigue por ahí,

Nuestros rostros estaban muy cerca, a solo centímetros y nuestras respiraciones empezaron a ser más rápidas. Por alguna razón quería acercármele ms, no pensaba solo actuaba y él no hacía nada, al contrario, una de sus manos agarro mi cintura atrayéndome a él, por insisto aparte un cabello que tenia en la frente inpidiendo que viera sus ojos.

— ¿Qué estamos haciendo? — Hable en un susurro.

— No lo sé...

Nuestras bocas estaban apunto de tocarse, pase mi lengua por sus labios y la tentación de probarlos creció cada vez más.

La voz de nuestros amigos retorno, nos estaban buscando y pronto se acercaban a nosotros, nos apartamos al mismo tiempo dejando de vernos a los ojos, los demás llegaron y nosotros dos ya estábamos alejados a mas no poder.

— Ay gracias a cielo los encontramos — Adina me da un pequeño abrazo — salgamos de aquí por favor.

— Cariñooooo — Ceci va directo donde se encontraba Dante.

Una ola de sentimientos que antes no tenia se apodero de mí, no sabía que acababa de pasar, pero aseguro que no va a volver a ocurrir.

Fue por el miedo, solo por eso.

Aja.

Salimos del lugar y suspire al sentir el aire fresco, la ansiedad me gano y mire a Dante por un segundo, por lo que me lo encontré también mirándome, cruzamos mirada que la apartamos al instante sintiendo una tensión demasiado grande entre nosotros.

Mi cliché favoritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora