Deseo

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La alarma de su teléfono fue la razón por la que el oso despertó esa mañana, a pesar de haber dormido se sentía exhausto y considerando lo que paso ayer era bastante normal sentirse así. Spreen dejo que la alarma sonara, se quedo mirando al techo por bastante tiempo, incluso en algún momento su cerebro dejo de escuchar la alarma a pesar de que esta seguía sonando, realmente no le importaba. Se sentía vació sabiendo que Juan ya no estaba con ellos, especialmente cuando él y todos los habitantes de Tortillaland tuvieron que ver con eso, es culpa de todos ellos que Juan perdiera la cabeza, que pensara que su única utilidad era el morir por ellos ya que nunca se molestaron en demostrarle lo mucho que realmente les importaba … no es algo que pudieran arreglar, ya era demasiado tarde, lo unico que Spreen podía hacer era revolcarse en  su culpa.

Eventualmente Spreen apago su alarma levantándose, realmente no quería hacer nada ese día, su corazón dolía. Pero, hoy era el funeral del hechicero, ya le fallo suficiente en vida, lo mínimo que puede hacer es no fallarle ahora que esta muerto. Cuando Spreen se vio en un espejo noto que se veía como un desastre, lo cual tiene sentido considerando que estuvo frente a una explosión y que paso la noche llorando hasta quedarse dormido. Se arreglo lo mejor que pudo, queriendo verse mínimamente decente para el funeral de su amigo, le debía al menos eso en su opinión. Una vez listo salió de casa dirigiéndose al pueblo central donde supuestamente seria el punto de reunión antes de dirigirse al área del funeral, una precaución para que nadie que quisiera asistir terminara perdido o llegara tarde.

Spreen caminaba con la cabeza baja, no estaba de humor para nada, al menos ese fue el caso hasta que escucho una voz. “Amigos tranquilos por favor, déjenme hablar con el Profeta, puedo solucionar las cosas.” El híbrido levanto la mirada quedándose en shock por un par de segundos, Juan estaba justo ahí hablándoles a todos. ¿Por qué todos estaban quejándose? ¡Juan estaba vivo! Su cuerpo reacciono antes que su mente, corriendo en dirección al hechicero. “¡GAFOTAS!” Juan volteo cuando escucho aquel apodo, tragando saliva al ver al híbrido correr hacía él claramente pensando que iba a atacarlo. “Spreen tranquilo, puedo-” Juan se quedo con la palabra en la boca cuando el híbrido lo abrazo, ignorando completamente las miradas o comentarios de los demás por ello, Juan estaba vivo, quizá esto era un sueño y de ser así tampoco le importaba mucho, simplemente estaba demasiado feliz de ver a su amigo con vida.

“¡Estas bien!” Juan estaba tan confundido como los demás por la actitud del oso, esto no era normal, no es que odiara al oso ni nada ese tipo de rivalidad ya había quedado atrás, aun así estaba bastante seguro de que jamás había visto a Spreen abrazar a alguien. “Yo, si estoy bien. ¿Por qué no lo estaría?” Pregunto el castaño, este no estaba abrazando a Spreen devuelta, su mente aun intentando procesar que es lo que estaba pasando en ese momento. “!¿COMÓ QUE PORQUE?! ¡ESTABAS MUERTO! … Te vi morir.” Spreen sonaba genuinamente dolido, eso era obvio, aun así la situación no tenía ningún sentido para el hechicero o ninguno de los espectadores. “Spreen, ¿Te sientes bien? ¿Tuviste una pesadilla?” Juan hizo una pequeña pausa antes de continuar con una pequeña sonrisa en su rostro. “¿Tanto te importo?~” Spreen finalmente dejo de abrazar a Juan para poder verlo a la cara, era el mismo Juan de siempre pero no parecía saber nada sobre su muerte.

Spreen sabe que lo que él vio fue real, la explosión fue real, el dolor fue real, su llanto por la perdida fue real, pero Juan no lo recordaba y al voltear a ver a todos los habitantes de Tortillaland ellos tampoco parecían recordar lo que había pasado. “¡No fue una pesadilla! Tu estabas peleando con el Profeta despues de que aplasto a Drako con la cabeza de la sirena.” Spreen volteo a ver la estatua para demostrar su punto, para su sorpresa la estatua estaba completamente intacta, no entendía que es lo que estaba pasando … ¿Realmente todo había sido un mal sueño? Pero se sintio demasiado real como para ser solo una pesadilla, el oso no podía entender que es lo que estaba pasando, nada de lo que estaba pasando tenía ningún tipo de sentido.

Imposible • SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora