Imposible • Spruan

Sorry

Spreen despertó sintiéndose peor que nunca, su cuerpo se sentía pesado, cada musculo de su cuerpo dolía, sentía como si su cabeza fuera a explotar y estaba muy mareado, al punto de sentir que iba a vomitar si intentaba sentarse, todo el día de ayer se sentía borroso, lo último que recuerda era intentar proteger a Juan de que drenaran su magia y después de eso todo era dolor. Poco a poco comenzó a sentirse levemente mejor, estando más consciente de sus alrededores y de un peso desconocido sobre su pecho, estaba bastante seguro de que no era Pelusa, la gata era mucho más pesada y conociéndola ya hubiese maullado o ronroneado para llamar su atención.

El oso movió su mano hasta alcanzar aquel objeto desconocido, se sentía como un collar o algo parecido cosa que lo extrañó, lo más que él había usado era una corbata con su ropa de oficina. Con algo de esfuerzo se sentó en su cama, sujetando aquel colgante para quitárselo, finalmente dándose cuenta de que era el amuleto de Juan. ¿Porque tenía eso? El oso se quitó el colgante colocándolo a un lado suyo, en el segundo que dejo de tener contacto con aquel collar el glitch comenzó de nuevo, Spreen hizo su mayor esfuerzo para no contraerse por el dolor, intentando alcanzar el colgante nuevamente, una vez hizo contacto aquel glitch volvió a detenerse. Antes de si quiera procesar que es lo que paso comenzó a toser, se cubrió la boca por instinto sintiendo algo mojado salpicar su mano, al revisar que era el oso se puso pálido, había tosido sangre.

Pensó que tenía intentos infinitos, hasta ahora ese había sido el caso, pero esta era la señal más grande de que se estaba quedando sin tiempo.

Spreen se levantó de su cama recargándose contra la pared como soporte, su cuerpo estaba fatigado no solo por sus intentos anteriores, sino que también por el estrés que fue soportar un glitch por tanto tiempo como lo hizo él, quien sabe si sobreviviría un solo glitch más. Zorman se lo advirtió, le dijo que tuviera cuidado porque podría lastimarse a un punto en el que ni el científico podría ayudarlo y tal vez ya había alcanzado ese punto y de no haberlo hecho entonces estaba extremadamente cerca. “Puedo hacerlo, tengo que hacerlo.” Tiene que tener éxito o aceptar que, de ahora en adelante vivirá atascado en el mismo día por el resto de su vida, por un breve momento la idea de caer de muy alto sujetando un tótem cruzo por su cabeza, quizá eso podía ayudarlo, pero a la vez era demasiado arriesgado, realmente ya no podía permitirse tomar más riesgos.

Salvar a Drako funciona hasta cierto punto, pero eso no evita que el Profeta intente hacerlo de nuevo, además de que el viejo de mierda se cura usando la energía o la vida de los demás, Spreen no estaba muy seguro de cómo funciona eso ultimo. Matar al Profeta parece el siguiente paso más lógico, sin embargo, aun utilizando una de las armas más fuertes acabar con aquel devoto de la iglesia parecía imposible, al menos si intentaba hacerlo en un solo golpe. Su situación ahora mismo no era la ideal, pero tiene que trabajar con todo lo que sabe hasta ahora y rogar que no haya nada de lo que no esté enterado.

“Bien, todo está bien solo necesito pensar.” Se dijo a sí mismo, sabiendo perfectamente que se estaba mintiendo, nadie que estuviera bien se sentiría como se siente en este momento y claro alguien que este bien no estaría tosiendo sangre, el oso se vio forzado a sentarse de nuevo, mantenerse en pie estaba consumiendo más energía de la que esperaba, debería tomarse otro día de descanso, pero ahora ya no está seguro si descansar será suficiente para recuperarse.

El Profeta tiene que morir eso está más que claro, sin el Profeta no hay nadie que mate a Drako, Juan no tiene por qué sacrificarse y no hay razón para explotar el santuario, el problema es que un solo intento no es suficiente para darle caza, pero Spreen tiene una única ventaja en este momento, todo el daño que él genere pasa al siguiente día, cicatrizado sí, pero sigue siendo daño si logra lastimarlo con el pasar de los días es lógico que en algún momento logre matarlo, además, el hechizo por alguna razón cambia los recuerdos de los demás. Se adaptan para asimilar esas heridas como algo del pasado, era momento de una nueva grabación.