Capítulo 10: Sin Veersu.

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— ¿Quieres ir a comer algo? — Franklin estaba de pie junto a la puerta de la entrada de la oficina de Emerald.

— Mmm— Emerald aparto la vista de la computadora para observar al rubio— Si, me gustaria ¿Quieres ir a algun lado?

— ¿Quieres venir a casa? Aqua quiere verte— Emerald dejo de teclear.

— ¿De verdad?

— Ujum, Ujum ¿Mañana te parece bien? ¿Quieres ir con Violet?

— Si, si, si si — Emerald sonrio— Llevaremos algo rico para el postre, que bueno.

—Dijo que queria invitar a tu padre, es una lastima que aun este de viaje.

— Entiendo, muchas gracias, nos vemos mañana.

—Nos vemos mañana entonces— Franklin se despidio con la mano y camino al ascensor para ir al estacionamiento, al abrirse las puertas, encontro a Adrienna de pie dentro del mismo, Franklin entro y presiono el ultimo piso.

— ¿Como esta mi hija?

— Mucho mejor.

— Aun no ha trabajado.

— Si lo hizo.

— No es suficiente.

— Bueno, se lo diré.

— Sera bueno que lo digas, iniciamos una nueva politica, una cantidad de trabajo razonable sera asignado a cada departamento, si no cumplen con lo estipulado tendrán una multa, a las 4 se suspenderá al personal y se contratará equipo nuevo, si esas personas hacen un mejor trabajo entonces las anteriores serán despedida, de esta manera, los niveles de productividad serán mayores.

— ¿Veersu sabe de eso?

— No esta, pero estará de acuerdo cuando regrese en dos meses y vea los números. El anuncio oficial será en unos días, te lo digo porque eres parte de la familia— Las puertas del primer piso se abrieron, Adrienna camino fuera, quien se detuvo a observar al rubio quien seguía dentro del ascensor.

— Olvide mi billetera— Presiono el número del piso en el que trabajaba— Adrienna sonrió victoriosa mientras las puertas se cerraban.




Liliana abrió la puerta de la oficina del rubio, para encontrarlo trabajando, habían ojeras en su rostro y apenas se había peinado.

— Eso hora de almorzar Fran.

— Ujum. Dejalo junto a los otros— Hizo una pausa, observo por la ventana a su espalda y regreso a su escritorio.

— Me molesta particularmente mucho cuando los hombres fingen escucharme— Franklin no respondió, siguió leyendo los documentos frente a el, Liliana cerro la carpeta bruscamente, antes de lanzarle una mirada molesta— Es hora de almorzar.

— ¿Quieres almorzar algo?

— Pues, es hora de almorzar. La gente no trabaja durante la hora del almuerzo.

— Solo quiero terminar con un informe.

— Franklin, almuerzo— Franklin se puso de pie, Liliana sonrió victoriosa, pero su sonrisa se borró cuando el rubio tomó otra carpeta antes de seguirla— No tienes remedio.




Franklin cargaba datos en su computadora, le costaba mantener los ojos abiertos, Liliana entro a la oficina del rubio con una pila de carpetas en cada mano, tambien se notaba cansada y estresada.

Amor AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora