1966 a.C
Con el reinado del rey Salomón en un dichoso momento de apogeo Israel se convirtió en un reino próspero, considerándose así a su mandato como "la edad de oro de Israel". Nunca recurrió a las armas, y tenía una asombrosa habilidad política y comercial que expandió a lo largo de la Mesopotamia ¿Un santo o un demente?
A cuatro años de su gobierno indico que se diera seguimiento a la construcción del templo de Jerusalén, siendo está una obra que no se concluyó en la época de su padre el rey David, dicha construcción fue construida en un lugar clave y estratégico, la colina del Monte Moriah. Este Templo pasó a ser el punto de comunión de todos los israelitas donde se concentró el poder político, económico y religioso, era grande, majestuoso, lleno de detalles bien pensados y cuidados y tardo en concluirse únicamente siete años.
Salomón podría considerarse como uno de los hombre bendecido por Dios, ya que fue el quien le dio la habilidad de convertir el poder vicioso de los demonios en un poder que trabajaba para el beneficio de los hombres.
Fue entonces que tomó preso a Beelzebub en contra de su voluntad y a otros cientos de demonios que le acompañaban para dar fin a la creación de su tan amado templo.
Usar su poder para construir cosas no era realmente algo placentero, él realmente no quería estar aquí y pudo seguir en el infierno si este desconcertante hombre no lo hubiera sacado de su nada agradable oficina como una rata para obligarlo a levantar paredes y tallar ángeles en casa esquina. Realmente no tenía idea de cuánto tiempo llevaba en el lugar la luz del sol se filtraba de vez en cuando por pequeñas fisuras pero eso tampoco le daba un tiempo certero de si habían pasado días o años enteros.
Tener de compañía a otros demonios tampoco era bueno, de vez en cuando se mataban entre si de las formas más violentas posibles o intentaban matarlo a él. La oscuridad en el sagrado y maldito templo de Salomón era en realidad muy parecido al infierno, pero sin ese asqueroso olor que desprendían las paredes, aún así sus deseos de querer escapar eran cada vez más feroces.
Había sido testigo de algunos otros demonios queriendo salir o derribar el lugar pero lo único que conseguían es que explotarán dolorosamente, no había forma de comprobar si esto los desaparecía de la faz del universo o simplemente los desincorporaba, sea cual sea el caso Beelzebub no quería comprobarlo.
Al pasar de los mese se dio cuenta que el uso de su poder de forma ilimitada la estaba debilitando, usarlo podría sonar como algo que hace comúnmente pero en realidad no necesitaba más que su rostro amenazante y su potente voz para hacer mover las cosas en el infierno como lord del mismo, así que toda esa energía saliendo de su cuerpo era agotadora, si no moría intentando salir seguro que moría quedándose, que mierda absoluta.
Sinceramente nunca esperó que la rescatarán, su bando es traicionero y sería preocupante si no lo fuera, además entrar al maldito templo significaría no poder salir para quedarse a dejar toda su vitalidad por un edificio mundano que en 6000 años sería destruido. Así que cuando una candente luz se hizo presente en medio de su cárcel realmente pensó que Dios había bajado para decir algo como "Ponerse rebelde no era la solución Bazathiel" y un montón de basura religiosa y sabia. Cuando la cosa dejo de brillar dejó ver a un hombre, más bien un arcángel y Beelzebub lo conocía bien.
—¿Gabriel?
—Hola. Esto es demasiado oscuro¿No crees? Que se haga la luz —Y todo se iluminó
—Agh, hace años que no veía algo tan brillante, es repulsivo
—¿Cuánto tiempo llevas aquí?
—No lo se —Contestó con brusquedad
—Bueno, vámonos
—¿Qué?
—¡Vámonos! —Habló Gabriel con más fuerza
—Te escuché idiota, pero no puedo salir de aquí, moriré
—No lo creo —Con un chasquido de sus dedos ambos estaban fuera contemplando la construcción que lo esclavizo tanto tiempo
—No es tan bonito —Asumió con desdén y fastidio dándose la vuelta
—No, le falta una puerta
—Somos demonios no arquitectos
Con otro chasquido angelical silencioso el templo quedó concluido en su totalidad, los detalles, las columnas y las grietas, todo reparado con gran precisión.
—Pudiste haber hecho tu mierda antes
—Me costó demasiado encontrarte, por un momento estabas en el infierno y al otro habías desaparecido sin rastro alguno
—Solo uno de los tuyos. Ese imbécil de Salomón, Dios le dio poder sobre nosotros, nos arrastra hasta sus malditos deseos y caprichos, en realidad no es tan bueno como cree Dios.
—Oh si lo recuerdo, Rey Salomón de Israel
—Entonces ¿Porqué me sacaste?
—Oh no creo que sea bueno que mi contraparte infernal burocrática muera, a veces tengo que hacer papeleo contigo y no me apareces tan terrible
Beelzebub soltó una risa sonora —Tú tampoco me pareces tan terrible idiota
—¿Quieres ver el atardecer en los montes de judea?
—Llévame
Durante ese atardecer Gabriel solo miró de reojo esa dulce y brillante aura que desprendía Beelzebub, era celestial irónicamente, era celestial a su ojos, así que solo suspiró con nostalgia, Beelzebub, un ángel caído que tal vez no debió caer, la observo un par de veces antes de la gran guerra, tan bella, tal vez debió hablarle antes tal vez... convivir un poco antes de verla con los ojos llorosos en el borde del cielo mientras maldecía a todos, pero ahora, seguía siendo bella, aún como un demonio, aún como lo que parecía ser su próximo error y nueva vida.
...
El testamento de Salomón es una obra pseudoepigráfica supuestamente atribuida al Rey Salomón en la que relata diversos momentos de su vida, entre ellos la esclavitud de Beelzebub y otros demonios para la construcción del templo de Jerusalén.
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Ineffable Bureaucracy week
FanficUna semana de oneshots sobre Beelzebub y Gabriel. Dinámica del grupo de Facebook