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La puerta de la casa fue abierta casi silenciosamente, pero aún así Park Daemin se alzó de inmediato del sofá donde estaba recostado esperando a su hermano mayor.

— ¡Hyung! — su grito le tomó por sorpresa pero aún así correspondió al abrazo cálido que le ofreció. — estaba preocupado, no llegabas y tuve que hablarle a Namjoon Hyung para ver si sabía algo de ti.

— Lo siento dae. — fue lo único que obtuvo por respuesta. El mayor se alejó de sus brazos y caminó hacia la cocina tras cerrar la puerta.

Daemin le siguió preocupado.

— ¿Pasó algo? No te ves bien.

— Nada. Todo está igual que siempre.

— No es así. — niega de inmediato ganándose una mirada de su hermano. — llevas semanas diferente. Más sonriente y lleno de vida, ahora te ves como el Hyung de siempre; triste y molesto con todos.

Jimin suspiró, sabía que no podía ocultarle las cosas al menor. El también había notado aquellos cambios en su actitud. Todo producto de su "relación" con Jungkook. Que en realidad resultó ser el hijo del enemigo de su jefe y por ende su enemigo también.

Se sentía tan imbécil. Había caído en la trampa como un jodido niño al que pueden engañar fácilmente. Y por la mierda que ese no es el. Park Jimin es alguien fuerte e inteligente que no se doblega ante nadie, que no siente cariño más que por su hermano menor.

Pero entonces, ¿Por qué su corazón dolía ahora? ¿Por qué se sentía utilizado tras saber la verdad de todo? Se sentía humillado por caer en las palabras de Jungkook, lo había envuelto con facilidad en sus mentiras.

Joder. Nada estaba bien.

Si alguien se enteraba estaría muerto.

— ¿Por qué lloras Hyung?

— ¿Qué?

Tocó su rostro sintiendo sus dedos húmedos de inmediato, las lágrimas habían comenzado a salir sin haberlo notado. No recordaba la última vez que había llorado, desde muy pequeño de vió obligado a madurar y ser fuerte y duro como una piedra, para que nadie se aprovechara de el.

Los brazos del menor le envolvieron nuevamente, reconfortando su corazón herido y uniendo las piezas de este con la fuerza que aplicaba en el abrazo.

— Está bien llorar Hyung. No te hace menos fuerte hacerlo. — le susurra el menor ocasionando que su llanto empeore. — hoy, está noche permíteme sostenerte. Yo seré fuerte por los dos, tu ya has hecho demasiado. También eres humano y tener sentimientos no te resta valentía.

— Yo...

— Está bien, todo estará bien. — le interrumpe, acariciaba su espalda con suavidad, queriendo transmitirle todo su amor y apoyo. — eres lo único que tengo Hyung, sé que siempre puedo contar contigo pero necesito que sepas que yo también estoy aquí para ti, siempre que lo necesites yo puedo ser el hombro en el que puedas recargarte y llorar.

no one else › kookmin au Donde viven las historias. Descúbrelo ahora