El crepúsculo descendía sobre el castillo de Hogwarts, pintando el cielo con matices de naranja y púrpura mientras la silueta imponente de la escuela de magia se recortaba en el horizonte. En su despacho, la Profesora y actual Directora Minerva McGonagall, observaba la caída de la noche con una mezcla de preocupación. Había llegado el momento de tomar medidas drásticas.
El Ministerio de Magia estaba agitado por una nueva controversia que amenazaba con dividir aún más al mundo mágico. La figura de Severus Snape, el antiguo profesor de Pociones de Hogwarts y un espía valiente en la lucha contra Voldemort, se encontraba bajo un escrutinio implacable. El Ministerio había decidido llevar a Snape ante el tribunal del Wizengamot, acusándolo de crímenes cometidos durante su tiempo como mortífago, y ella había sido informada, dado que era la directora de la escuela y tenía que ir buscando, como dijo el Ministro "un profesor de DCAO más decente".
Minerva no podía permitir que esto sucediera. Sabía que Snape había cambiado, que había redimido sus acciones pasadas, y que Hogwarts y el mundo mágico le debían más de lo que jamás podrían reconocer. Había jurado defenderlo a capa y espada, incluso si eso significaba desafiar al Ministerio.
Mientras sus pensamientos se enredaban en una maraña de estrategias y preocupaciones, un suave golpeteo en la ventana de su despacho la sacó de su ensimismamiento. Al levantar la mirada, vio a una lechuza mensajera agitando las alas en el alféizar de la ventana. Sin duda, era un mensaje importante.
Minerva se apresuró a abrir la ventana y dejó que la lechuza pasara. El ave llevaba un pergamino atado a su pata, no perdió tiempo en desatarlo y leer su contenido.
El mensaje estaba escrito con una caligrafía firme y familiar:
"Minerva,
He oído hablar de la difícil situación de Severus. No puedo creer que le vayan a hacer esto, no tiene sentido y es injusto lo mire por donde lo mire. Estoy dispuesto a ayudar de cualquier manera que pueda. Dime lo que necesitas y estaré allí.
H.P"
Un suspiro de alivio escapó de los labios de Minerva. Harry Potter, el Niño que Sobrevivió, seguía siendo un faro de esperanza en los momentos más oscuros. Ella sabía que Harry era uno de los pocos que podría ayudar a Snape a demostrar su inocencia.
Con premura, Minerva comenzó a escribir su respuesta, sabiendo que la misión que se avecinaba sería peligrosa. Pero también sabía que era la única oportunidad de salvar a Severus Snape y descubrir la verdad detrás de los oscuros secretos que amenazaban con destruirlo.
. . . Al día siguiente...
Severus estaba concentrado en explicar una complicada fórmula de poción a un joven alumno de Slytherin, el cual había castigado por casi destruir media aula al remover de más la fórmula de la poción, cuando un pequeño pergamino con el sello distintivo de Minerva llegó volando por la ventana abierta de su despacho. El pergamino aterrizó sobre la mesa, llamando su atención.
El alumno, viendo que Severus se distraía, lo miró con nerviosismo.
-Profesor Snape... ¿Es-está todo bien?-
Severus asintió con impaciencia.
-Continúa trabajando en la tarea. Tendrás la respuesta en breve.-
Con un gesto de su varita, conjuró una copia del libro de texto necesario y lo entregó al alumno antes de volverse hacia el pergamino.
Abrió el mensaje con rapidez y leyó las palabras escritas con la elegante caligrafía de Minerva:
ESTÁS LEYENDO
Bajo la Sombra de los Errores. (Snarry)
FanfictionTras la caída de Lord Voldemort y la conclusión de la guerra mágica, la paz en el mundo mágico es efímera. Severus Snape, uno de los héroes no reconocidos de la batalla, se encuentra en una situación precaria cuando el Ministerio de Magia decide juz...