Capítulo 2

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Harry y Severus salieron por la puerta del Caldero Chorreante, adentrándose en las calles oscuras de Hogsmeade. El aire frío les envolvía mientras avanzaban en silencio.

Finalmente, Severus habló, con su característica voz enigmática. 

-¿A dónde nos dirigimos, Potter?-

Harry lo miró, sus ojos verdes reflejaban un poco de preocupación. 

-Vamos a... Irlanda, profesor. Tengo una casa allí, bueno...mía no es, era de Sirius, y está en un pueblo muggle. Es un lugar seguro, al menos por el momento.-

Severus asintió, aunque su expresión seguía siendo escéptica. 

-Comprendo la necesidad de alejarnos de aquí, pero ¿por qué Irlanda? ¿Por qué esa casa en particular?-

Harry suspiró, tratando de expresar sus sentimientos. 

-Es un lugar donde nadie nos buscaría. Está bastante lejos, y nadie en su sano juicio pensaría que Severus Snape está veraneando en un pueblecito alejado de la mano de Dios.-

Severus meditó sobre las palabras de Harry mientras sus pasos los alejaban de Hogsmeade y los conducían hacia un campo verde y sereno. El silencio se adueñó de ellos, y solo el susurro del viento les acompañaba mientras avanzaban.

Harry rompió el silencio, y una sonrisa con un toque de melancolía se apodero de él. 

-Profesor... estamos en una situación extraordinaria. Tendremos que adaptarnos a muchas cosas nuevas, entre ellas, el no poder utilizar nuestra varita, para nada. Un solo hechizo, y ya tendríamos a todos los aurores rodeándonos en menos que canta un fénix.-

Mientras Harry y Severus caminaban, la conversación se centró en la difícil realidad de no poder utilizar la magia.

Severus se pasó una mano por el cabello, luciendo visiblemente incómodo. 

-No puedo negar, Potter, que la idea de no poder utilizar la magia me resulta desconcertante.-

Harry asintió con empatía, comprendiendo la frustración de Severus. 

-Lo sé, profesor. Para mí también lo es. Pero tendremos que apañárnoslas... al menos yo tengo algo de experiencia en eso.- Una pequeña risa salió de los labios de Harry.

Severus suspiró, admitiendo la lógica en las palabras de Harry. 

-Eso no significa que me guste.-

Harry sonrió ligeramente. 

-Nadie dijo que tenía que gustarle, profesor.-

La curiosidad comenzó a carcomer a Severus. No podía evitar preguntarse por qué Potter, el joven que alguna vez había sido su alumno y el cual él mismo había atormentado tanto en su día, estaba tan decidido a ayudarlo.

Severus observó a Harry con una mirada escrutadora. 

-Potter, ¿por qué está haciendo esto?, ¿No sería más fácil continuar con su vida y dejar que yo me ocupe de la mía?-

Harry contempló a Severus. Paró unos segundos de caminar, en lo que Severus le imitó.

-Mire, sé que no siempre hemos estado de acuerdo, pero también sé que usted ha hecho muchas cosas para proteger a la gente, incluso a mí. No puedo darle la espalda ahora, especialmente cuando necesita ayuda.-

-"Típico de un Griffindor."- Pensó Severus mientras fruncía el ceño, sintiéndose incómodo con la sinceridad de Harry. 

-Eso no responde a mi pregunta. ¿Por qué te importa tanto?-

Bajo la Sombra de los Errores. (Snarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora