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Capítulo 07

Lalisa Manobal.

Antes de dirigirme al mercado de agricultores, paso por mi apartamento y me pongo algo más comodo. Todavía estoy temblando de furia, ¡Como se atrevía de repente a entrometerse tanto en mi vida! He trabajado duro para mantener ciertas cosas para mí. Y ahora, siento como si estuviera hurgando en algo que necesita permanecer cerrado. Si abre las partes de mi pasado que mantengo contenidas, perderé la cabeza.

No quiero recordar los años que pasé con Ji-yong.

No quiero recordar cómo pasó de novio posesivo a monstruo, a mi peor pesadilla. No quiero pensar en las cosas que me hizo hacer, cosas que todavía me avergüenzan y me horrorizan, cosas que destrozarían todo lo que he trabajado tan duro para lograr si alguna vez salieran a la luz.

Lagrimas calientes y furiosas brotan de mis ojos. Los deslizo apresuradamente cuando salgo a hacer mis compras semanales. Jungkook, mi estúpido jefe, se ha apoderado de mi vida ahora normal y le ha dado una fuerte sacudida. No me gusta que haya sacudido algunos recuerdos dentro de mí que prefiero mantener ocultos.

En un esfuerzo por bloquear de mi mente su molesto y hermoso rostro, pienso en mi nuevo trabajo. Tengo muchas ganas de aprender algo diferente. De camino al mercado, paso por la oficina de correos donde se encuentra mi apartado de correos. Lo reviso pero no encuentro ninguna correspondencia, eso me duele y me alivia. Las últimas tarjetas que envié, tontamente incluí mi dirección de apartado de correos. Saco el sobre sellado que contiene diez billetes crujientes de cien dólares dentro de una tarjeta divertida de mi bolso y lo deslizo en la caja saliente.

Sólo una vez me gustaría recibir una carta de vuelta, ser reconocida. Pero eso invitaría a los problemas. Problemas que no necesito, por mucho que me duela el corazón.

El camino al mercado es frío. Dudo que tengamos nieve, pero parece que una lluvia fría es inminente. Tendre que darme prisa con mis compras hoy.

Normalmente, paso varias horas en el mercado mientras me tomo mi tiempo y disfruto el día. Pero hoy, estoy demasiado nerviosa. Mi tensión es como la fría lluvia invernal que muy probablemente caerá antes de que regrese a mi casa. Azotando a mi alrededor y estresándome, gruño todo el camino de regreso a mi edificio con mi botín.

Es en momentos como estos cuando desearía tener amigos reales. Personas con las que podía chatear y hablar sobre mi día. Un novio con el que quejarme de mi molesto jefe, mi terrible noche de borrachera con mi futuro jefe, el temor de que mi ex psicópata me persiga y todas las otras cosas horribles en mi vida.

Desafortunadamente, no los tengo.

En el momento en que siento la primera gota de lluvia fría en mi frente, un escalofrío de derrota me recorre. En este gran mundo malo, estoy completamente sola. Por naturaleza, normalmente no soy una llorona. Pero hoy, lo dejo pasar. Sollozo mientras corro tres largas cuadras bajo la lluvia torrencial con los brazos llenos de comestibles, Me castañetean los dientes cuando llego a mi edificio. En el frente se encuentra un Range Rover blanco brillante que parece brillar bajo la lluvia torrencial. De repente deseo tener un auto. De repente deseo vivir en un lugar con garaje, calefacción confiable e inquilinos que no sean traficantes de drogas.

Pisoteo a través de los charcos y busco refugio en el edificio en ruinas. Jungkook tenía razón, vivo en un basurero. Este lugar es todo lo que puedo permitirme cuando envió la mayor parte de mi salario, es triste. Toda mi vida es simplemente patética.

Eventualmente, llego al tercer piso pero estoy exhausta y empapada hasta los huesos. Entonces, cuando veo una cara familiar, estoy demasiado cansada para luchar. De alguna manera estúpida, siento una sensación de alivio.