Parte 10

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Sábado

Freen:

Para mí todos los días son iguales, siempre pasa lo mismo cada día del calendario, digo mirando a nam que está dándome la espalda mientras se arregla en el espejo- sarocha, tienes 50 años o 25, pregunta nam algo fastidiada de mi actitud - no, no por no sentir entusiasmos de que un sábado en la noche iré a bailar y maltratar mi organismo con alcohol me hace una viejita, digo sacando la lengua juguetona mente hacia nam.

~pues deberías revisar seriamente tu cronología, mínimo SOS la reencarnación de la madre Teresa y no te has dado cuenta~ dice nam riéndose de una forma burlesca.

Pues no, mira que no, digo haciéndome la ofendida mientras me miró al espejo para retocar mi cabello, doy la vuelta y observo en el bolso de nam unos preservativos-¡NAAAAAAAAAM! Que haces con esto aquí en tu bolso, digno muy sorprendida, mientras nam me ve como si fuera visto una idiota hablar ( si, yo soy la idiota a la cual vio). - será para jugar a la fiesta de los globos en el cuarto de un hotel? Me dice con sus cejas enarcadas- freen, amiga existe algo que se llama P-E-N-E, introduces a tu vaginas, disfrutas de el, pero si no te cuidas y abusas de tu suerte, viene un niño como recordatorio de tu estupidez, entiendes, dice con voz de obviedad.

Si entiendo, pero porque tú, por qué lo llevas tu imbécil, exclamó tirando de su pelo por haberme deletreado la palabra como si fuera una tarada( ya se, ya se lo que dirán pero ahorren los, gracias... y no, no lo soy). Ella se queja y vuelve al espejo a retocarse.

-En serio te quedarás a trabajar hoy sábado aquí en la oficina phi? Dice nam con cara de tristeza y algo de pena hacia mi. La miro y me acerco a ella- Si, si me quedara y no me mires así, que tú eres feliz bailando y perdiendo te en las discos, pues te digo algo, yo soy feliz viendo como mi esfuerzo saca cada día adelante mi empresa. Digo con algo de entusiasmo, tratando de conversar ( Y de Convencerme por su puesto).
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Ya llevo más de dos horas desde que nam se fue a su gran baile y yo me quedé sola en la oficina, bueno eso pensaba. Volví escuchar ese ruido insoportable que aquella vez daño mis oídos( digo que los daño, desde ahí siento que mis pobres tímpanos no volvieron hacer los mismos.)

Ya sabía que no había un fantasma, pero aún así me aterraba ver cómo alguien podía preferir esa clase de música, bueno digo, cada quien escucha lo que quiere pero eso no era una elección para mí.

Me asomo en la puerta de mi oficina y miro a alguien que hace el aseo de la oficina de al frente de la mía, no media más de 1.65 cm, usaba un horrible overol y podría darles más descripción pero es que ese horrible actuendo, no dejaba ver más nada.

¡Oye tú!, digo algo alterada, ¡Oyeeeeeeeee!, digo ya más desesperada, quiero que apaguen ese ruido cuánto antes. Mira que torpe soy, exclamó hacia mi, tratando de que me oiga y está sumergido o sumergida en esa estúpida canción. Digo algo, molesta.

Me retiro de mi oficina y me dispongo a caminar hacia el lugar donde se encontraba esa persona y su horrible música, al llegar, abro la puerta, cruzo mis brazos en señal de desaprobación y digo de manera autoritaria -¡Te ordenó que apagues esa abominación que consideras música!- pero no tengo éxito, sigue sin prestarme atención, eso hace que mi enojo aumente.

Así que, decido caminar hacia ese overol feo, siento que tendré que hacer terapia de ojos ( consiste en ver mis revistas por un día entero y verlo bien que quedaron para eliminar de mis recuerdos cualquier persona mal vestida que pueda cruzar mi camino)

¡Oyeeeeee!, digo tocando su hombro, cuando por fin se percata de que estoy tratando de hablarle, se quita los audífonos y se voltea hacia a mi.

Me quedo asombrada, no puede ser, es una chica. Es lo que pienso al ver su rostro. Ella me mira con algo de confusión. Es una chica muy linda pero con muy mal gusto a la hora de vestir y musical claro está.

Becky: Si, Puedo ayudarte en algo?

Freen: Si, bajando le a esa horrible cosa que llamas música.

Me mira algo desconcertada, pobrecita, creo que la música la tiene tonta, es lo primero que pienso al ver su expresión.

Becky: ¿Cómo por qué que tendría que bajarle a mi música y que derecho te da de llamarla horrible? Dice de manera desafiante, mirándome de manera desafiante.

Freen: Porque mis oídos no aguantan más y trato de terminar de trabajar, pero tú y tu cosa con sonidos no dejan concentrarme entiendes? Le digo yo también de manera desafiante, soy freen Sarocha amiguita, nadie me reta.

Se ríe, pero Dios, quería protestar pero si vieran esa risa, esos dos hoyuelos que se forman en su perfecto rostro y esos ojos que, Dios que estoy diciendo, y como porque estoy pensando eso de esta chica ( si, ya se, debe ser la música, es eso, la música? )

Becky: oye listita, es mi música y así trabajo, si no te gusta tápate los oídos okay? Me dice de manera cortante para luego volver a lo que estaba haciendo y dejarme con la palabra en la boca.

¡uuuuuy! Protestó para mí, salgo de manera indignada de ese lugar, que se cree esa mujer, no basta su mal gusto por vestir, musical y ahora su altanería y descortés. No, no es posible que pueda existir alguien así, ah, si, si existe y está en mi empresa y mis oficinas... espera, dije mi empresa. Oyeeee, estoy en mi empresa y ella en mis oficinas ( es mi momento humilde del día, no me doy cuenta de las cosas y cuando lo hago ya es tarde)

Regreso al lugar y ya se había ido, dónde se habrá metido, uyyyyy, protestó para salir de nuevo a mi oficina y volver a mi trabajo.

LA CHICA DE LA REVISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora