Capítulo 7 ~Parte 2

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Capítulo dedicado a @Persefoneee_13, @zaz21416, @Annyh93 y Mel (no encontré tu usuario PERDÓNNN). Las amo mucho, espero que les guste mis corazones hermosos ♥.


...


"¡Toooooooom! ¿En dónde demonios te metiste? ¡Estuvimos esperándote durante horas! ¡Vas a tener que cuidarme la resaca, ¿oíste?! ¿Por qué no contestas nuestras llamadas? Rick se ofreció a esperarte, debe estar por ahí metido, sé bueno y ve a buscarlo porque es capaz de irse a casa y dejarnos sin auto, ¿quieres? Nosotros estamos algo... ocupados, recuperando el tiempo que perdimos esperándote jajaja, ¿qué fue lo que pasó? ¿Por qué no nos-?"

Apago el móvil sin terminar de escuchar el mensaje de voz que me ha dejado Georg hace más de una hora y lo lanzo en alguna parte del auto, importándome poco o nada el golpe seco con el que se estampa mi móvil contra el suelo.

Encajo la llave sobre la ranura y enciendo el auto a toda prisa, listo para irme sin intención de esperar a nadie.

El asiento vibra debajo de mi cuerpo, firme y con fuerza, como si estuviera intentando detenerme. 

Me quedo estático sobre mi lugar, incapaz de moverme hacia lo que debo hacer.

Todavía no me siento completamente libre de la ebriedad de hace poco, aún tengo la cabeza ligeramente revuelta y el estómago apretado por la falta de sueño. Debí hacerle caso a Blent cuando dijo que dormir algunos minutos me haría bien y mejoraría el efecto de la medicina que me dio hace menos de dos horas.

La música del estéreo es suave, lenta y melancólica, típica de estas horas de la noche.

Inclino la cabeza hacia el espaldar del asiento, volviendo a sentir esa fuerte sensación de culpa y dolor oprimirme el pecho al pensar en aquel chico del que no sé nada desde hace varias horas atrás.

¿En dónde estás, pequeño Príncipe?

¿Qué es lo que está haciéndote ese grupo de hombres ahora mismo?

¿Puedes ver la luna? 

Ha dejado de ser tan grande y brillante como aquella noche juntos. Ha disminuido su tamaño a una milésima de ella. Es pequeña, débil y se entremezcla con las estrellas al punto de desaparecer entre su brillo sin poder hacer nada en su defensa.

Se parece mucho a ti.

Pequeña, frágil y solitaria.

Aparto los pies de los pedales, suelto el volante y las luces del auto se apagan junto a la incesante vibración bajo mi cuerpo cuando empujo las llaves hacia el lado contrario del seguro.

Todo se vuelve oscuro nuevamente.

Todos los autos vuelven a estar en fila por delante de mis ojos, iluminados únicamente por un listón de luces tenues y monótonas.

El silencio es abrumador y la soledad que siento desde hace mucho se fortalece a cada segundo que recorre el reloj en el tablero del auto, encerrado junto a esa música tan deprimente y lenta que me pone de lo nervios.

Y no puedo hacer nada en contra del sentimiento abrumante que me encierra el corazón entre respiros asfixiantes.

Nada.

Es eso lo que debería refugiar en mi pecho ahora mismo, nada.

Él no es nada para mí, él solo cumple con su trabajo, solo sigue las reglas.

Ángel || TollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora