Ángel || Toll

Capítulo 2: Tom

Esta canción se la dedicaron al primer capítulo, ¡y me encanto! Me inspiró mucho para este capi  ❤❤❤

...

Esto es incómodo.

Vergonzoso.

¿Y si alguien que nos conoce está en este lugar y nos mira en esta situación?

Sería mi fin.

En todos los sentidos de la palabra.

¿Qué es lo que estuve pensando al venir aquí?

—¿Entonces esas tres horas de las que me comentas incluyen el yacuzzi con otras de tus amigas así de guapas también?

Me siento intimidado con facilidad, luchando contra esa corriente que llena de sofoco hasta el último rincón de mis pensamientos, haciéndome sentir incómodo mientras escucho la conversación muy poco sutil que están teniendo Georg y una mujer con un traje de color rojo intenso que deja libre parte de sus hombros, cintura y pierna derecha.

La mujer sonríe de lado, acercándose al oído de mi amigo para responderle en medio de susurros que me son imposibles de reconocer y que agradezco de inmediato, retribuyéndolo al sonido de la música y los efectos poco convencionales que me brinda el licor entre mis manos.

Observo que Georg ladea la cabeza un poco, mordiéndose el labio inferior con lascivia, sonriendo de lado sin dejar de susurrar mientras encierra la cintura de la mujer con uno de sus brazos y la atrae hacia su lugar plantándole un beso en los labios.

Aparto la mirada enseguida, fastidiado, intentando concentrarme en los chicos que bailan sobre las pequeñas mesas adecuadas con un tubo hasta el techo y que tiene espacio para tres, cuatro, cinco y seis personas dispuestas en media luna ante la tarima principal, la cual todavía permanece cerrada.

Intuyo que el show principal está a poco de empezar, lo sé porque la gente está empezando a galoparse por las mesas a su alrededor intentando guardar un sitio y otros están sentándose en las mesas aledañas con botellas llenas de licor. Y aunque la tarima es demasiado grande como para que todo el mundo pueda observarla, únicamente las personas de adelante pueden tener la mejor visión del show completo.

Vaya lujo.

Ahora entiendo por qué la membresía es muy costosa.

Me recargo un poco más sobre el asiento tan acogedor a mis espaldas, entre cansado y mareado. Engullo otro vaso de licor que está esperándome desde hace algunos minutos frente a mí y suspiro al dejarlo vacío, realmente es bueno.

—¿Y todavía puedo pensar con los cinco sentidos? —murmuro para mí mismo, sorprendiéndome de ver la botella a casi un cuarto de terminarse, ¿es que tomé un poco menos de la mitad yo solo? Porque Georg es muy bueno con esas cosas, pero se distrajo lo suficiente como para no darse cuenta de que estoy casi a punto de terminarme toda la botella y todavía pensar de manera correcta..., durante algunos segundos, claro.

—Eh, Tom —me es inevitable volver la mirada hacia la pareja que tengo a mi costado porque su llamado me ha tomado de sorpresa. La mujer al lado de Georg acaricia su cabello un poco, sonriéndole de manera coqueta, con los ojos casi cerrados y los labios brillantes, me descoloco por unos segundos al notar que Georg se deja hacer sin rechistar. Definitivamente odia que lo toquen de esa forma tan melosa..., verdaderamente está comprometido esta noche.

La mujer se abre paso con delicadeza, sin perder la postura ni la sonrisa y se encamina hacia un lado de nuestra mesa, caminando con prisa escaleras arriba por el pasillo por el que salió aquella persona que todavía no he vuelto a ver durante todo este tiempo aquí, perdiéndose entre las luces que contrastan con el color de su vestido hasta dejarnos completamente solo nuevamente.