MEMORIES

14

El sonido del traqueteo de la perilla siendo forzada constantemente llena la sala, tus piernas se mueven instintivamente hacia la cocina donde tomas el cuchillo más grande para defenderte. La puerta se abre de una patada pero no te mueves de la cocina. La misma sombra masculina aparece en el portal de la puerta que conecta la entrada, la sala y la cocina. Hechas en suelo, tu mano libre cubre tu boca y tus dedos aprietan tu nariz, buscando evitar emitir algún sonido.

Pero fue otro sonido lo que se escuchó, un golpe en seco, seguido de otro y otro entre jadeos, te arrastras en cuatro hasta poder ver a Vincent. El estaba sobre el intruso golpeándolo con violencia extrema, salpicando su sangre por todos lados jadeas y el te escuché mirando repentinamente hacia ti. Sientes miedo, verlo con su cabello largo y esa máscara parece más un monstruo que un humano quieres huir pero no lo haces aunque estés muerta del miedo, sabes que el es Vincent. Que el no te hará daño. El deja al sujeto, está no se mueve pero no te importa, Vincent se acerca a ti cauteloso, sabe que su aspecto te da miedo lo ve en tu mirada, duda por un momento antes de extender sus manos lastimada y ensangrentadas hacia ti queriendo levantarte del suelo.

Aceptas su ayuda, el te levanta pero tus piernas flaquean y el te carga en sus brazos al estilo nupcial, tan gentil, tan delicado como siempre es el. Te deja sobre la mesada de la cocina. Sientes que se aleja de ti pero no lo dejas aún te sientes temerosa ya no por el, si no por la situación. El se acerca a ti, quiere consolarte pero no sabe cómo, su mano se eleva y te acaricia tu mejilla inseguro de sí lo está haciando bien o no.

Pero eso no te importa su toque te reconforta, mientras tú mirada está clavada en el cuerpo del intruso en el suelo, tienes la vista borrosa pero claramente ves que el no respira. —El... El está...—  apenas puedes hablar y aún así no terminas la oración, el se voltea y luego vuelve a mirarte. Te hace una señal con la mano para que lo esperes en tu lugar y se vuelve a alejar.

Lo ves arrastrando el cuerpo por las piernas hacia el pasillo hasta perderlo de vista, en ese momento rompes en llanto cuando te quieres cubrir la cara con las manos te das cuenta de aún tienes en las manos el cuchillo rápidamente lo tiras lejos de ti y sigues llorando, escuchando los golpeteos, sabes que el se estaba llevando el cuerpo a su escondite, no sabes que hará con el, tampoco quieres saberlo.

El regresa, se limpia las manos con su pantalón y regresa a tu lado. Jadea cuando se da cuenta que dónde el te habia tocado habían quedado rastros de sangre se pone nervioso, jadeando busca a su alrededor algo para limpiarte. Lo ves actuar tan desesperado que de alguna manera verlo actuar con tanta normalidad te consuela y te bajas de la encimera —Esta bien, no te preocupes. Tomaré un baño.—  el te mira, verte de pie le alegra pero le angustia también. Te sigue, te acompaña hasta la puerta del baño con miedo de que pudieras tener algún ataque de pánico o por si tuvieras otra intención.

Te tomas baño largo quiere que el agua se lleve toda esa suciedad, el sudor y las lágrimas de tu cuerpo, de vez en cuando Vincent te toca la puerta para segurarse y tu todas esa veces le respondes "Sigo aquí" hasta que terminas de bañarte, y sales usando la ropa de tu novio. Vincent te quiere acompañar al tu cuarto pero no quieres y regresan a la sala y te sientas en el sofá. El no sabe que hacer hasta que palmeas el espacio a tu lado y el obedece y se sienta entonces te dejas caer de lado usando su regazo de almohada, subes tus pies y cierras tus ojos.

Te sientes en paz. Mientras que Vincent está muriendo de los nervios, su cuerpo se puso rígido al instante, no sabe que hacer. No entiende porqué haces esto pero no se atreve a apartarte después de todo sabe que lo necesitas.