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Muchas veces Bo tiene que contenerse con todas sus fuerzas durante el día y parte de la noche cuando estás durmiendo para no saltar sobre ti y hacerte suya por horas cada vez que te ve desvestirte o cuando estás tranquilamente cocinando algo para el, se imagina como es tocar tu cuerpo, pasar sus manos por tus pechos, apretarlos y jugar con ellos, besar tu cuello y escuchar tus gemidos, así que no puedes culparlo luego de aquel día empezara ser más atrevido contigo.

Ahora estar tranquila ya no era una opción cuando Bo estaba en la casa. Casi siempre era divertido cuando te tomaba por sorpresa y te llevaba al cuarto para tener su sesión de besos y caricias pero había algunas ocasiones cuando estabas haciendo algo o alguno de sus hermanos estaba presenté donde era bastante vergonzoso cuando te daba una nalgada y se te escapa un gemido terminando por irte muy apenada a tu cuarto.

El día de hoy Bo había salido y estabas en casa con Vincent, tomaste está oportunidad única para poder tener una mejor relación con el hermano gemelo de tu novio, lo primero preparar galletas, habías encontrado un recetario de postres y comidas hace tiempo entre todas las recetas había una receta de galletas de chocolate que en el reverso estaba escrito "Favoritas de Vincent" y un corazón alado, supiste de inmediato que debías hacer estás galletas, le pediste a tu novio los ingredientes y este las dió pensando que las galletas serían para el, pobre de Bo.

Luego un arduo trabajo de sangre, sudor y por fin gloria y también muchos intentos fallidos, las galletas habían salido perfectas. Ahora debías averiguar si Vincent estaba por algún lado, siempre estaba escondido en algún rincon de la casa o en el sótano, tomaste el plato de galletas y te pusiste en medio de la sala. —¿Vincent, estás en casa?— preguntaste pero  como esperabas no respondió nadie, nisiquiera un mísero sonido y luego de casi un minuto esperando alguna respuesta o algún ruido susiraste decepcionada pero entonces escuchaste el crujir de las tablas de madera del suelo, —¿Vincent eres tu?— volviste a pregunta y nuevamente ni un solo sonido, pero no te importo y alsaste más la voz —¡Hice estás galletas y me gustaría que las probaras!— esperaste una respuesta por más de un minuto pero nada y te rendiste dejando el plato sobre la mesada de la cocina.

Tu no sabías pero Vincent siempre estuvo ahí, desde que un dulce aroma nostálgico le llamara la atención, el había estado observando como cocinas las galletas, cómo a veces te salían quemadas y te enojabas o cuando te salían crudas y te enojabas, el lo vio todo y te había escuchado perfectamente pero le aterraba la idea de aparecerse y que te asustes, siempre te asustas cada que los vez, claro el no tiene idea de que te asustas porque el siempre aparece de la nada, aún así ¿Cómo podría ser capaz de mostrate cuando para el es obvio que le temes? Aún así cuando ya no te vio salió de su escondite y fue directamente a la cocina, miro el plato de galletas y algo inseguro tomo una.

Subió un poco su máscara dejando expuesta su boca y le dió un mordisco a la galleta, la saboreo y el sabor dulce le hizo recordar cuando era un niño y observaba a su madre prepararlas para el, Vincent estaba tan feliz de volver a saborear sus galletas favoritas que casi llora pero entonces tú apareces de la nada saltando y gritaste —¡Vincent aquí estas!— con todas tus fuerzas asustando al pobre que casi se atraganta, te sientes terrible y lo ayudas palmeando su espalda —¡Lo siento no quise asustarte!—. El tose y se da cuenta de la situación e intenta huir pero antes de que pudieras hacerlo lo tomas del brazos deteniendolo.

¡Por favor no te vayas!— Vincent no sabe que hacer está congelado, si intenta huir otra vez teniéndote a ti sujeta de su brazo podría lastimarte y no se lo perdonaria, ni su hermano, pero si se quedaba ¿Que haría? Notaste que Vincent se veía muy angustiado y soltaste su brazo lentamente —Lo siento, yo solo quería verte probar las galletas que te hice porque me esforcé y quería ver qué te gustarán pero si no te sientes cómodo no te obligarete sientes como una persona demasiado ambiciosa y esperaste a qué Vincent se fuera pero no lo hizo en cambio se quedó y tomó otra galleta y otra y otra hasta dejar el plato vacío, lo miraste y espérate ver su reacción y el te levanto de el pulgar pero para ti era suficiente.

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