Reencuentro desagradable

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-Oye Alex, ¿se puede soñar con personas que no conoces?

-Claro que no Taiga.

-Mm...

-¿Porque lo preguntas?

-Soñé algo extraño con una persona y no recuerdo conocerla.

-Oh. A lo mejor es una persona que viste por la calle y se te quedo su imagen en tu subconsciente.

-¿De verdad?

-Si, por lo regular cuando sueñas con muchas personas o que estas en algún lugar donde hay mucha gente, tu cerebro crea esas personas, las cuales son las que viste alguna vez en la calle.

-Interesante... Pero definitivamente si me hubiera cruzado con él en la calle lo recordaría.-El chico se quedo con una cara pensativa viendo hacia ningún punto en particular, divagando. La chica rubia que se encontraba junto a él empezó a sonreír de manera maliciosa.

-Oh... ¿Así que era alguien guapo eh?-El tigre inmediatamente volteo a verla con los ojos mas abiertos de lo normal.

-¿Q-que c-cosas di-ces Alex?

-Te quedaste todo embobado recordando al muchacho.-Dijo mientras le daba un codazo.

-Déjame en paz Alex. Tu sabes que a mi no me gustan los hombres.-Dijo con enfado el tigre, aunque se encontraba un poco sonrojado.-¡Mejor ya vamos a ver si tienen algún trabajo para nosotros!

-De acuerdo, pero no tienes porque alterarte.-Dijo mientras sonreía y lo seguía hacia la oficina central.

Kagami Taiga, es el Dios de la destrucción. Aparentaba ser un chico de alrededor de 19 años. Era alto y musculoso. Cabello y ojos rojos obscuros, totalmente hipnotizantes y hermosos, con unas extrañas cejas que se partían a la mitad, según Alex él era el muchacho mas atractivo que alguna vez haya visto en su vida. Tenia una actitud explosiva y en algunas ocasiones un carácter de mierda. Aunque era muy amable, a pesar de ser un ser muy poderoso y estar encargado de una tarea en la cual se necesitaba tener carácter fuerte y un corazón frió, él era muy amable y cariñoso con las personas que se lo merecían o a las cuales estimaba, aunque era algo tsundere. Actualmente se encontraba trabajando para la CIA en EUA. Con las grandes habilidades que poseía no era de extrañar que rápidamente le dieran un buen puesto y que fuera un agente reconocido.

Ademas para él era el trabajo perfecto ya que seguía con su labor de ser el Dios de la destrucción, aunque de una manera diferente. Su personalidad noble lo llevo a buscar trabajo en ese lugar, ya que no le gustaba que las personas que merecían un castigo no lo recibieran. Y él, teniendo las habilidades que poseía podía ayudar a muchos y castigar a los que se lo merecían.

Alex por su parte, era una muchacha de 28 años, rubia con un unos hermosos ojos verdes. Era muy guapa y tenia un cuerpo increíble. Había conocido a Kagami cuando entro a trabajar en la CIA hace 5 años y se había convertido en su tutora y su amiga. Ella decía que si él fuera mayor definitivamente seria su novia. Eso había llevado a que ella siempre anduviera pegada a él y lo cuidara de las "víboras" como ella llamaba a las chicas que siempre se acercaban de mas al pelirrojo.

-¡Chicos! Que gusto que hayan llegado, tengo un trabajo para ustedes. Estamos buscando a un asesino serial. Necesitamos acabar con él. Es altamente peligroso y ya a acabado con muchas personas y siempre crea desastres.

-Seguro. ¿Tienen información de él? ¿Alguna idea de donde este?

-Tenemos toda la información.-La directora de su departamento le paso un folder con muchos papeles.-Tiene poco en EUA pero parece que solo vino a causar desastres. Necesitamos eliminarlo si o si.-El tigre abrió el folder para mirar la información y cuando lo hizo una gran vena salio a relucir en su frente y uno de sus ojos empezó a temblar en un tic nervioso. "Tiene que ser broma" fue lo único que pensó.

-¿Sucede algo Taiga?-Pregunto la rubia algo confundida viendo como la actitud del tigre había cambiado en un segundo.

-No, no sucede nada. Inmediatamente nos desaremos de él.-Dijo cerrando con fuerza el folder frunciendo el ceño sin que el tic de su ojo desapareciera.

-Eso espero. Quiero el informe completo cuando terminen, pueden retirarse.

Los chicos salieron de la oficina y se dirigieron a la suya para poder tomar el equipo necesario y hacer algún plan para capturar al asesino.

-Así que, ¿A qué hora salimos?

-De inmediato. Este sujeto no puede seguir rondando por las calles.

- ¿Seguro que estas bien Taiga?-El muchacho tenía el entrecejo totalmente fruncido y su cara denotaba una absoluta molestia e irritación.

-Si, ya vámonos. Es hora de que acabemos con este bastardo.-Dijo él para tomar una maleta bastante grande y salir dando un portazo. La rubia solo suspiro, ahí estaba de nuevo su carácter explosivo.

Tomaron la camioneta que esta designada para ellos, subieron todo su equipo y partieron a uno de los barrios más ricos de los Ángeles. El bastardo se daba el lujo de quedarse en una mansión.

Aparcaron en un lugar alejado, tomaron su armamento y todo el equipo de espionaje necesario y se dirigieron al lugar. Como ya les habían proporcionado un mapa del lugar, no tuvieron problema alguno para entrar. El interior de la mansión era exquisito, el gusto con el que estaba decorado era casi digno de un rey. Todo estaba en perfecto orden, limpio y brillante. Y un tétrico silencio que te hacia poner la piel de gallina.
Siguieron caminando dentro del lugar buscando al asesino, no sabían si se encontraba en la propiedad ya que él atacaba a cualquier hora.

Hasta que una risa algo siniestra y burlona se empezó a escuchar por todo el lugar. La muchacha inmediatamente palideció y el tigre (como le habían apodado por su increíble fuerza, carácter y agilidad. Y obviamente lo guapo) empezó a temblar de la rabia y múltiples tics salían a relucir en su cara, rechinaba los dientes buscándolo por todo el lugar.

-Pero que honor que el Tigre me venga a eliminar. No creí ser merecedor de alguien de tu calibre. ¿Acaso tanto daño e causado como para que manden a ti, a por mi?

-Por que mejor no sales y te enseño todo lo que te mereces imbecil.

-Taiga contrólate, recuerda que es un asesino serial.-La rubia estaba con un poco de miedo, ya que había leído el reporte sobre el asesino y obviamente no era el mas agradable. El provocaba que sus víctimas acabaran con sus vidas de una manera perturbadora y siempre creaba daños al inmueble.

-Hola...-Dijo una ronca voz en el oído de la rubia. Ella inmediatamente volteo para dar un golpe pero se encontró con unos ojos azul oscuro como el mismísimo mar, que parecían atravesar su alma. La chica inmediatamente callo desmayada.-Cuanto tiempo viejo amigo, ¿Me extrañaste?-Preguntó con una sonrisa sacarrona el muchacho mientras dejaba a la rubia acostada en uno de los finos sillones del lugar.

El tigre no le había quitado la vista de encima, su cuerpo parecía de piedra. Estaba sumamente enojado y parecía que en cualquier momento iba a explotar. El asesino acaricio la mejilla de la muchacha provocando que el tigre apretara los puños y su entrecejo se frunciera mas.

-Es muy bella. Y ni que decir de su delantera.-Él se relamió los labios.-Pero bueno, hola Kagami.-Volteo a verlo y le dedicó su sonrisa mas sarcástica y burlona.

-Que desagradable tener que volver a verte... Aomine.

Mis sueños, mi vida, mi pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora