Mi recuerdo mas amargo.

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El moreno soltó una risa sarcástica al escucharlo , ya esperaba un saludo como ese.

-Yo que tanto deseaba verte y tu me tratas así.-Dijo dandole una mirada seductora, la cual fue correspondida por esa mirada encendida en furia, lo cual provocó que el volviera a reír.-De acuerdo, ya dejo de joder. Eres un amargado.

-¿Que demonios haces aquí Aomine? Tu lugar está en Japón, no aquí.

-Yo puedo ir a donde se me de la gana.

-No. Específicamente pedí que te dejaran alejado de mi.-El pelirrojo seguía con el ceño fruncido, pero ahora un aura totalmente diferente a la que tenía al llegar, lo rodeaba. Se podía sentir casi el enojo y odio que sentía a su alrededor.

-¿Tanto así me odias?-Su mirada parecía a simple vista de tristeza, pero Kagami lo conocía tan bien que sabia que se estaba mofando.

-Esa es una pregunta que no necesita respuesta cuando me he encargado de demostrártelo a lo largo de nuestra existencia. Me hartas.

-Puede que te harte. Pero no me odias. Puedo apostar lo que sea a que me sigues amando.-El candelabro que se encontraba justo encima de el pelirrojo tembló debido a la liberación de energía que había hecho. Aquel comentario lo había hecho explotar.

-Por que mejor no vamos a fuera a resolver esto, no deseo hacerle daño a ella.-Dijo mientras se quitaba la chaqueta y todo su armamento dejando solamente una camiseta de resaca negra que dejaba ver un poco su espalda en la cual se podía apreciar un tatuaje de unas alas negras.

-No lo negaste así que eso me hace pensar que tengo razón.

La prepotente sonrisa del moreno se borro en cuanto acabo aquella frase debido al fuerte puñetazo que el pelirrojo le había dado, el cual lo mando a volar varios metros del espacioso jardín.

El aspecto de Kagami era totalmente diferente, seguramente si Alex lo miraba en ese momento se desmayaría debido al miedo o simplemente lo vería como alguien divino. Lo cual no era herrado. Ahora el pelirrojo estaba rodeado por un aura roja un tanto siniestra y, sumándole a que ahora su cuerpo era un poco mas grande y musculoso, su rostro se miraba mas maduró y reflejaba una creciente molestia, pero también satisfacción de al fin poder golpear a ese insolente.

El peli azul se levantaba lentamente del suelo mientras escupía saliva mezclada con un poco de sangre. Una sonrisa se dejo ver en su rostro. Aunque no lo admitiera, él amaba pelear contra ese pelirrojo. Era el único que podía hacerle frente. Que podría matarlo si así él lo quisiera. Pero, el pelirrojo no lo quería así y él lo sabia.

-Sigues golpeando igual de duro, creo que hasta mas. ¿Sigues yendo a entrenar haya arriba?-Se acerco lentamente hasta quedar enfrente de el otro.

-De vez en cuando, ya sabes que ni a ti, ni a mi, nos quieres haya arriba. No desde aquella vez.-Kagami no pudo evitar sonreír de manera amarga y triste al recordar aquello.

-¿Me vas a decir que extrañas tu antigua vida?-Simplemente el no podía dejar de joderlo y provocarlo.

-¡Por supuesto que si imbecil! ¡Tú me arruinaste la existencia!

El pelirrojo se lanzó sobre el lanzando un puñetazo que fue bloqueado por la mano del moreno.

-Jamás te quejaste cuando estuviste conmigo.-Esa maldita sonrisa prepotente simplemente le estaba crispando los nervios. Levanto el otro puño y le dio de lleno en el estomago provocando que el moreno se doblara y comenzará a toser.

-Mi error fue confiar en ti. Lo supe demasiado tarde, y ahora lo pago con creces.-Levanto su pierna y le dio en un costado mandándolo lejos haciéndolo rodar por el suelo. Inmediatamente se acercó a él para seguir golpeándolo, pero, el moreno se levanto en el trayecto y corrió hacia él golpeándolo también en el estomago y luego en el rostro.

Mis sueños, mi vida, mi pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora