3er. Recuerdo.

381 35 7
                                    

-Buenas tardes mi Lord.-Dije con mi voz ronca, en cuanto mis pies tocaron la tierra. Él levanto sus ojos hacia mi y una hermosa sonrisa adorno su bello rostro, alegrando todo mi ser.

-Buenas tardes, mi Señor.-Sonreí ante sus palabras, me agradaba ser llamado de esa manera, solo por él.

Mis alas desaparecieron lentamente después de dar un último aleteo, troné los huesos de mi espalda y cuello para inmediatamente caminar hacia él con paso firme.

Me agache hasta quedar a la altura de sus labios, y cuando estaba a punto de besarlo, él aparto el rostro, dejando así que mi beso se situará en su mejilla.

-Me permite preguntar, ¿qué sucede?-Mi ceño se frunció ante su rechazo, odiaba eso y mucho mas si era él.

-Ya se lo dije, no vamos a iniciar esto de manera tan rápida.-Mi ceja tembló ante aquello. ¿Por qué tenía que hacer las cosas tan difíciles? Él debía aceptar que...

-Eres mío.-Dije mientras lo tomaba posesivamente de la cintura. Tome su mentón con una de mis manos y lo voltee bruscamente para estampar mis labios en los suyos, para darle un demandante beso. Dejando en claro quien era el que mandaba ahí.

-Si...-Dijo en un suspiro, totalmente sumiso y viéndome a los ojos con los suyos brillantes por el contacto. Sonreí altivamente. Me llenaba de un placer inimaginable el que él lo aceptara.-Pero tu también eres mío, no lo olvides. Por lo tanto, debes escucharme.

Su mirada era prepotente y desafiante. Siendo quien era, y teniendo el pasado que tenía, no podía dejarse manipular tan fácilmente. Eso lo sabia y me molestaba en exceso. Pero también me llenaba de felicidad y excitación. Yo no deseaba a alguien que me obedeciera al ciento por ciento.

Necesitaba esa rebelión y desafío en el que fuera mi pareja. Me era inconcebible pensar en alguien que estuviera a mis pies todo el tiempo. Yo necesitaba esa emoción y la pizca de adrenalina que me hiciera sentir otra persona. Alguien fuerte, alegre y desafiante. Y él era todo eso y mucho mas.

-Lo soy...-Le di un pequeño beso en la frente y tome su mano para guiarlo hasta el árbol que se encontraba en medio del prado. Me senté recargando mi espalda en el tronco y lo coloque en medio de mis piernas para que se sentara recargando su espalda en mi pecho. Pude sentir como temblaba levemente ante mi cercanía.

Aquello solo me hizo sonreír alegremente. Me encantaba la idea de que él se pusiera nervioso ante mi presencia, mi cercanía, mi toque, de absolutamente todo.

-Y dígame mi Lord, ¿Algún acontecimiento emocionante a pasado en esta semana que sea digno de mencionar?-Puse mis manos al rededor de su cintura comenzando a acariciar aquella zona.

-Mm... Nada en realidad, todo a estado tan... Aburrido.-Recargo su cabeza en mi hombro, aceptando mis caricias en su cuerpo, dejándose llevar y suspirando levemente. Si esto seguía así, yo no iba a ser capaz de contenerme.-¿Algo interesante le a pasado a usted, mi señor?

-Absolutamente nada.-Dije en voz baja y ronca, acercándome a su cuello, dejando un suave y húmedo beso en el, apretando su cadera y juntándolo mas a mi. Lo deseaba tanto... Era imposible para mi tenerlo tan cerca y no desear tocarlo y besarlo.

Todo su ser llamaba al mío. Era la tentación pura que me carcomía la piel y el alma. Él era mi perdición y mi salvación, lo sabia y estaba bastante seguro que algún día lo usaría en mi contra, al igual que yo con él.

-Kagami...-Mi nombre salió en un suspiro de sus labios, lleno de deseo. Pidiéndome indirectamente que lo tocara aún más. Lo sabia, él me deseaba al igual que yo a él.

Estaba a punto de subir mas mis manos, para seguir tocando toda su piel, cuando una presencia me hizo detenerme al instante y levantar los ojos, y apretar su cuerpo aún más a mí.

Mis sueños, mi vida, mi pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora