—Cariño, si estás cansado ve a la cama a dormir. —No pude evitar sonreír con ternura al sentir como negaba y se aferraba mas fuerte a mi ropa. Suspire y bese su cabeza y su hombro, sonriendo aún más al oír el leve gemido de felicidad.—
—En la habitación hace mucho frío y tú eres muy cálido. Así que cállate y déjame dormir a tú lado.—En serio que este pequeño vampiro de sumiso no tiene nada. Como me encanta—Perfectamente podríamos estar durmiendo juntos en la cama, pero tú y tus interminables papeles no nos dejan ir. Así que, técnicamente es tu culpa que este así.
—Mira que conveniente...—Le mordí suavemente el cuello, provocando que se retorciera entre mis brazos, haciéndome reír—Te dije que tengo que contestar estas cartas. Los demonios y Los Altos mandos se ponen ansiosos con respecto a mi todo el tiempo, así que tengo que vivir bajo ciertas reglas...
Los dos gruñimos molestos y suspiramos. Acaricié su espalda y volví a sonreír cuando sentí su respiración hacerse más lenta y su cuerpo más pesado. Se había dormido. No pude evitar el llenarlo de besos de vez en cuando mientras terminaba los documentos, antes de irme con él en brazos hasta nuestra recámara. Teníamos ya 74 años viviendo juntos. Aún nos peleábamos y teníamos muchos problemas debido a que a los dos nos encantaba mandar, pero al final lo resolvíamos. Sosteniéndolo aún fuerte entre mis brazos me acoste en la cama junto con él. Amaba dormir a su lado, era cálido y suave, además tenía un olor que me enloquecía. Era una droga para todo mi sistema.
—A pesar de todo lo que hemos vivido, aún no puedo creer que seas un ángel.—Su voz me sorprende y me giro a verlo con una ceja alzada, encontrándome con esos enigmáticos ojos bicolor que tanto adoraba.—
—Bueno, técnicamente ahora soy un Dios.—Sonreí y bese su frente.—
—Si, lo eres. Y todo por enamorarte de un cabrón que no deja de acosarte. En serio, ¿cuando piensa dejar de aparecer? Lo quiero lejos de ti, lo odio. Voy a terminar matándolo. ¿Como puede ser tan cínico y venir a mostrarse ante ti?—Mi adorable vampiro gruñe su ira y bufa haciéndome reír—No entiendo porque no lo mataste cuando tuviste oportunidad. ¿Es importante para ti aún?
—¿Mi adorable alma está celosa?—Lo aprieto entre mis brazos en el momento en que siento que se quiere alejar, haciéndome reír—Precioso, tú sabes que matarlo sería un regalo para él. No pienso darle esa satisfacción.
—¿De verdad es por eso? ¿En serio no lo amas ya?—Su ceño se frunce y me hace sentir y pensar que no hay nadie más adorable en esta tierra que él.—
—En serio mi amor, no siento nada por él. Lo que tuvimos nosotros fue hace demasiado tiempo. Ni si quiera lo recuerdo, a menos que tú lo menciones. Yo te amo y te deseo solo a ti, ¿entendido?—Me mira a los ojos unos segundos, subiendo su rostro para besarme después, acomodándose mejor sobre mi, haciéndome gruñir cuando se coloca justo encima de mi pene—¿Ahora viene mi premio?
—Te quedas sin nada si sigues hablando de más.—Gruño más fuerte al momento en que me muerde, provocando que le apriete el culo y le de una palmada, haciéndolo reír. Él estaba igual o peor de loco que yo.—
Nos deseábamos cada día más que el anterior, nuestro lazo y amor creció como una avalancha sin detenerse. Él era todo lo que necesitaba y lo que deseaba. Cuanta razón tenían todos esos cuentos que me había dicho mi padre sobre las almas destinadas. Era exactamente eso, tú complemento, tú razón para vivir, tu felicidad y todo tu amor. Él era simplemente perfecto para mi y me tenía en sus manos. Gracias a él había recuperado cierta pureza en mi alma y corazón, mis alas habían regresado a su original color blanco y ya no se veían manchadas de negro por tantos pecados cometidos a lo largo de mi existencia. Yo seguía cumpliendo mi deber como Dios de la destrucción, pero de una manera más racional. Dejando que los humanos tomaran sus propias decisiones, eliminándolos solo cuando era necesario. Casi había recuperado mi aura anterior.
Y aunque nos había traído muchos problemas con altos mandos, hasta el momento nadie nos había interrumpido o tratado de separar, éramos felices en nuestra pequeña cabaña. No necesitábamos nada más. Solo él y yo.
———
—¿Por qué?—Kagami despertó agitado como cada noche, los sueños habían dado un salto enorme las últimas noches y cada mañana se despertaba sintiéndose vacío y con el corazón roto.—
Se limpió el rostro con agua fría y miró su demacrado rostro en el espejo. ¿En donde estaba ese rostro lleno de vida y felicidad ahora? De verdad que tenía que ser un sueño. No recordaba haber sido feliz nunca, mucho menos haber encontrado a su alma destinada. ¿Como podría haberla olvidado si lo hubiera hecho? ¿Como podría haberla abandonado si lo hubiera hecho? ¿Cómo, si se miraba tan feliz?
Un lastimero sollozo salió de su boca mientras se alistaba para irse a trabajar. Se sentía vacío y sin ganas de salir. Quería seguir soñando y perderse en su subconsciente con ese hermoso hombre. Se estaba enamorado de un sueño, de una persona que no sabía si quiera si existía. ¿Que demonios se supone que debía hacer ahora?
Te necesito.
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Perdón.
Los capítulos se van a poner un poco más melancólicos, pero luego serán más intensos. Recuerden que son cortos porque son sueños.
Además, les confieso que no falta mucho para llegar a lo intenso de todo esto. Es decir, ¿necesitamos una respuesta esos extraños sueños, no?
Gracias por su paciencia. Espero que les guste. Y espero sus comentarios y sugerencias que son perfectamente bienvenidas.
Que tengan un excelente día.
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Mis sueños, mi vida, mi pasado.
FanficKagami Taiga, Dios de la destrucción. Akashi Seijuuro, un vampiro de la realeza. Para la corte celestial, el amor que se profesan estos dos seres tan poderosos es completamente imposible y por lo tanto debe ser destruido y olvidado para siempre. Pe...