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Un año después...
Esa pelinegra se encontraba en el área de comunicación que había en su zona. Había recibido un mensaje de su hermana menor diciendo que necesitaba una videollamada con ella. Nunca se lo niega a menos de que esté muy ocupada, así que se puso frente al ordenador y se enlazó con la menor
T.N: ¿Ya me dirás por qué tanto desespero en hablar conmigo?
Ariana: Calla que es urgente. En dos días es mi cumpleaños, necesitas estar aquí
T.N: Dios, Ariana sabes que eso no está en mi. Aquí no me mandó sola
Ariana: Lo sé, pero lo prometiste
T.N: -Suspira al recordar esa promesa. Es ahora cuando se empieza a odiar por hacer tantas promesas con su hermana que nunca olvida nada- Sé que lo prometí, pero no todas las promesas se cumplen, ¿entiendes?
Ariana: Tú nunca has roto ninguna de tus promesas, al menos no las que me has prometido. Es mi cumpleaños número trece, no quisiera que te lo pierdas
T.N: Tampoco quiero perderme ese cumpleaños, sabes que haría lo que fuera por estar allí contigo. Simplemente hay mucho que hacer estando aquí, me es complicado cumplir esa promesa
Ariana: Si harías lo que fuera, pues hazlo
T.N: -Suspira al oír el llamado de uno de los militares que están al mando. Le sonríe a su hermana con cierta pena y ella, al lograr oír también ese llamado, solo asiente- Sabes que iría, lo sabes perfectamente. Pero de verdad, prometo ir en cuanto pueda y haremos lo que tu quieras ¿de acuerdo?
Ariana: ¿Lo que quiera? -Pregunta con esa sonrisa pillina que solo ella tiene-
T.N: No, entiende que no te enseñaré a usar un arma -Ríe al ver su sonrisa desvanecer por haberse ilusionado- Anda. Te hablo después ¿esta bien?
Ariana: Esta bien. Cuídate mucho. Te quiero
T.N: También te quiero
Con una linda sonrisa en sus rostros, finalizan la llamada. La mayor corrió lo más rápido que pudo hasta la base, obedeciendo las ordenes que el jefe al mando les pidió a ella y demás compañeros. Fue tan repentino, de un momento a otro, todos dejaron de hacer eso que debían al oír que comenzaban a atacarlos. La chica de veintidós años tomó su arma y sin pensarlo, salió a enfrentar a el ejército enemigo. Teniendo a su hermana y madre en mente lo dio todo, protegió a su equipo lo mejor que pudo y hasta donde pudo. En cuestión de segundos, todo se volvió oscuro. Sólo se oían disparos por todas partes
"Johnson está herida"
"Cuiden de ella. Traten de mantenerla a salvo"
"Llevensela, ¡ya!"
"No tenemos mucho tiempo, hay que hacerlo"Sin darse cuenta, ya no se escucho absolutamente nada. No más disparos, no más voces. De manera inconsciente, todo se encendió; abrió sus ojos y sólo veía luces encendidas avanzar rápidamente. No oía nada, pero sus ojos veían demasiada luz, giro un poco su cabeza, una enfermera corría a su lado, se gira al otro lado y un doctor corría a su lado. No sabía que pasaba, pero una vez más, todo se torna oscuro. No fue hasta que escucho esa voz, se oía lejana, pero en realidad estaba a su lado. Quería abrir los ojos, ver ya con claridad, pero no podía
"T.N por favor despierta"
Se oía como la voz de esa chica, la que nunca se fue de su lado en ningún momento. Una vez más, nada de se escucho. La castaña que tenía tomada su mano mientras lloraba y rogaba que la contraria despertara se va, sale de la habitación de ese hospital. El tiempo, odiosamente paso de forma lenta. Cuatro días después y una vez más se escucho esa suave voz
"T.N vamos, ya es hora de que despiertes, por favor; te necesito aquí conmigo"
La pelinegra quería despertar, ya quería abrir sus ojos y decirle a la chica que ya estaba con ella, abrazarla y poder tenerla cerca, sintiendo su aroma tan cerca de sus fosas nasales. Al fin paso. Solo paso un segundo cuando eso oscuro se alumbró e hizo todo blanco. No se daba cuenta, pero sus ojos se cerraban y luchaban por tratar de mantenerse abiertos. Escucho un gran escándalo, muchas voces llamarla, pero ninguna era ella
"T.N ¿estás bien?"
"Soy el doctor Richard, ¿me escuchas?"Cuando por fin la escucho, abrió sus ojos a tope y la vio, su rostro tenía una sonrisa pero sus ojos irradiaban temor. No tenía idea de que pasaba, pero ella ahí estaba; solo eso le importaba
April: ¡Despertaste! -No se lo penso y de inmediato corrio a donde T.N para poder abrazarla. Tomo su rostro con delicadeza, sus heridas aun estaban frescas, debía tener cuidado. Pero lo hizo, la abrazo- Me alegro tanto que al fin despiertes Cielo
D. Richard: April ten cuidado, déjala respirar. Recién despierta, dale espacio
April: Si, si, lo siento -Besa su frente y se aleja de ella, el contacto entre sus cuerpos desapareció pero el de sus manos no, seguían entrelazadas-
D. Richard: ¿Estás bien T.N?
T.N: No sé -Respondió de forma confusa. Fue mucho en un solo instante, ¿que pasó?- No siento las piernas -Murmuro temerosa al percatarse de eso. Quería sentarse pero sus piernas no respondieron- ¿Por qué mierda no siento las piernas? -Volvió a murmurar, estando segura de que la escuchaban. Estaba asustada-
D. Richard: Tranquilízate T.N, tenemos que revisarte para saber que es lo que tienes exactamente -Trato de calmarla pero unas simples palabras no lo solucionarían así nada más-
T.N: ¿Que pasó? ¿¡Por qué estoy así!?
April: Ey, calma -Tomo sus dos manos e hizo que la mirara a los ojos. Quería transmitirle paz, pero la pelinegra solo demostraba su terror con aquella mirada tan penetrante- ¿No recuerdas nada? -Con el miedo recorriendo todo su cuerpo, negó. April suspira; explicarlo seria complicado- Es muy pronto aun. Primero tranquilízate y después hablamos ¿te parece?
D. Richard: Será mejor que haga lo necesario ahora. Debes esperar en la base April
April: -Al oír eso, suspira. Mira a la asustada pelinegra y besa la comisura de sus labios- Te estaré esperando ¿okey? Te amo
Sin más, ella salió de la habitación. La chica en camilla se sentía desesperada, quería saber todo pero tenía que esperar. ¿Que pasó con exactitud? ¿Por qué no siente sus piernas? ¿Cuándo pasó? ¿Dónde están su mamá y hermana? ¿Por qué no están con ella? Seguro le avisaron de inmediato lo sucedido, ¿Dónde están? Muchas preguntas, ninguna respuesta

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Soldier
RomansaQue la vida te cambie tan de pronto no significa que tengas que quedarte estancado en el mismo sitio. Es difícil tratar de sanar, de ser feliz, de vivir. Tú existes, pero ¿realmente estás sanando de eso que viviste? ¿realmente estás siendo feliz? ¿r...