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Ya un par de días y T.N no dejaba de pensar en la susodicha pelirroja, el trato tan particular que le dio ese día lluvioso no lo olvida, mucho menos olvidara la gran ayuda que recibió. Al día siguiente fue igual de lluvioso, las gotas enormes no paraban de azotar en el suelo en cada rincón de la ciudad. A causa de eso, justo hoy le fue posible ir al hospital. El dolor ya le era insoportable que tuvo que pedirle a Noah que la llevara al establecimiento que era parte del ejército; a pesar de ya no ser militar, sigue recibiendo la atención médica del lugar al haber sido una de las mejores de su equipo.
Con ayuda del castaño, logró subir al auto y tomar camino al hospital que muy cerca no estaba. Tras largos minutos en el auto, aguantando sus quejas de dolor y constantes punzadas en pantorrilla, por fin llegaron al sitio. Su mejor amigo corrió por una silla de ruedas y le facilito el trabajo de llegar hasta donde su doctor ya la esperaba. Al ver al señor vestido con su bata blanca y ridícula corbata, T.N sintió un alivio; meses ha tenido en temor de que la cambien de doctor al saber que el suyo pronto se va a retirar
D. Richard: ¿No andamos bien, cierto?
T.N: El puto frío y yo no somos buenos amigos ¿sabe?
D. Richard: Ya entiendo. El clima frío, al llegar a tus huesos, los debilita y causa un constante dolor en ellos
Noah: ¿Que se empapara en la lluvia pudo causar mayor efecto de dolor en ella?
D. Richard: Lo más seguro es que si. El frío, agua helada y la ropa mojada pudieron empeorar un poco más
T.N: Bueno, Dios me odia que decidió mediante el destino tenerme bajo la lluvia
D. Richard: ¿Punzadas?
T.N: Pantorrilla
D. Richard: Bien, Noah ayúdame a ponerla sobre la camilla -Tras minutos y mas quejidos de parte de la pelinegra lograron acostarla donde debían- Revisaré un poco, me dices cuando sientas dolor
T.N: Siento dolor
D. Richard: Aun no presiono
T.N: Lo sé, pero dijo que cuando sintiera dolor se lo dijera. Justo ahora siento dolor
D. Richard: El dolor te pone de malas, siempre lo olvido. Calla y déjame ver
Noah prefirió salir a los pasillos, odiaba escuchar los quejidos o gritos de dolor por parte de su mejor amiga. Se sentó en un sitio con pocos pacientes en espera. A su lado estaba un chico con su brazo vendado y al frente una persona en silla de ruedas, no soporta tanto ver a las personas sufrir por culpa de su salud. Deseoso de que el tiempo pasara rapido verla en ese sitio obviamente le sorprendió que hizo que el tiempo desapareciera
Noah: ¿Sadie? -Cuestiono al ver a cierta pelirroja acercarse a ese hombre en silla de ruedas frente a él- ¿Enserió eres tú?
Sadie: Noah, por dios, que sorpresa verte aquí -Al verlo le dio tanta alegria, el chico le caía demasiado bien. Se acerco a él luego de que este se pusiera de pie y lo abrazo- Espera, ¿que haces aquí? Es un hospital del ejército, no sabia que tenias familia que fuera parte de la militarizada
Noah: Que va, yo no lo sabía de ti
Sadie: Bueno, mi padre fue cocinero del ejército hace algunos años. Por cierto, te presento a mi papá -Se gira un poco a el hombre que mira al castaño con una sonrisa amable que fue contestada con otra- Él es Casey
Noah: Es un gusto señor -Estrechan sus manos sin dejar desvancer esa sonrisa en sus rostros-
Casey: El gusto es mio
Sadie: ¿A quien has acompañado? ¿A tu padre?
Noah: Ah no, de echo no es familia mía. Acompaño a T.N
Sadie: Oh, ¿viene el padre de ella?
Noah: Que va, veo que no te a contado nada. Ella fue parte del ejército
Sadie: Espera ¿que? -Los ojos de la pelirroja casi se salen de la sorpresa. Quizá eso explica en parte el porque su pierna esta en ese estado-
Noah: Cuando te lo diga, actúa como reaccionaste hoy. Finge que no sabias
T.N: Muy tarde Schnapp -Le dijo acercándose al chico, esta vez, caminando con su bastón a pesar de no estar lo suficientemente bien aún- Hola Sadie Beth -Le sonrie solo como lo hace con ella-
Sadie: Hola -Embobada por su llegada también sonríe- ¿Cómo estás? Veo que recién vienes al hospital
T.N: Ayer siguió lloviendo, no podía tomar el autobús, recién hoy le llamé a Noah para que me hiciera el favor
Sadie: Pudiste decirme que te llevara, le pedía el auto a Rose y con gusto lo hacía
T.N: Que va, son solo molestias las que te causó
Sadie: Nada de eso, lo hago con gusto y más sabiendo que es por tu salud
T.N: Lo agradezco, pero igual no tenia como llamarte
Sadie: ¿Me has buscado en Instagram?
Noah: No usa esa aplicación, es de la vieja escuela
Sadie: Entonces te doy mi número y me llamas cuando necesites ayuda, dame tu móvil -La pelinegra saca el dispositivo, coloca su huella digital y se lo entrega sin problema- Aún no me dices cómo estás
T.N: Lo siento -Rie levemente, olvido responder eso- Mañana tendré que venir a terapia de nuevo, el dolor en mi pierna causa que mis huesos se debiliten un poco
Noah: Además deben de seguir ayudando a tu pierna sana
T.N: Si, quieren evitar que termine igual que esta otra que me causa desesperación -Menciona refiriéndose a su lastimada pierna-
Casey: ¿Puedo saber que te a pasado?
Sadie: Oh, él es mi papá -Le hizo saber al notar su confusión, seguro no tenia idea de porque un extraño le preguntaría eso. Aunque luego se giro a ver de forma reprochable a su padre. Ella no le preguntaba aquello por respeto y él lo hace aun sin presentarse-
Casey: Mí nombre es Casey
T.N: Un placer señor Sink -Sonrie un poco y el hombre regresa esa sonrisa. Al recordar su pregunta suspira un poco- Perdí fuerza en mis piernas tras un ataque del bando enemigo. Un par de balas me dañaron e hicieron quedar inconsciente por unos días. Estuve yendo a terapia para recuperar movilidad en mis piernas y solo la izquierda logró sanar más que la derecha
Casey: Lo siento mucho
T.N: No es problema. ¿Puedo saber que le paso a usted?
Casey: Oh, era cocinero, no salía de la cocina. Terminé así por un accidente de hace algunos años
T.N: Lo lamento -Ambos volvieron a sonreírse. Quiza pareciera ridículo, pero de alguna u otra forma se sintieron tan identificados en tan solo pocos minutos de hablar-
Sadie: Papá es tu turno -Le aviso al ver que ya lo llamaban. Aunque, sinceramente, saber lo que paso con T.N le sorprendió un poco. No esperaba saberlo y menos se esperaba que fuera eso lo que le paso- ¿Los veré luego chicos?
Noah: Esperamos que si
Sadie: Igual tienen mi número, hablen cuando quieran
Fue ahí cuando a Noah se le prendió el foco y pensó en una gran y genial idea, según él. No diría nada, obviamente. Sadie terminó despidiéndose de los chicos con un abrazo, aunque T.N se sintió más que especial al recibir un pequeño beso en su mejilla, cosa que la dejó embobada. Al irse al auto Noah no dejaba de sonrojar a la pelinegra por aquel diminuto beso; él sabía como hacerlo

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Soldier
RomansaQue la vida te cambie tan de pronto no significa que tengas que quedarte estancado en el mismo sitio. Es difícil tratar de sanar, de ser feliz, de vivir. Tú existes, pero ¿realmente estás sanando de eso que viviste? ¿realmente estás siendo feliz? ¿r...