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Gojo estuvo en la gloria tomando fotos todo el día, enmarcando la sonrisa que Toji mantuvo vigente casi todo el día, feliz por el logro de su hijo durante su ceremonia de graduación, fue un día atareado pero magnífico.

— Si Toji sonriera más sería más atractivo. — Pensó en voz alta viendo las fotos, desde que lo conoció era muy serio, no por nada su primera impresión de él era la de un amargado o una persona con "pasado oscuro" antes de llevarse la sorpresa de saber que tenía un hijo.

Sus sonrisas genuinas que reflejaban alegría/felicidad en su mayoría eran muy sutiles, eso le gustaba. Al contrario de una conversación donde si bien sus labios se terminaban curvando en una sonrisa era él reflejando seguridad, ego, coquetería, o una emoción muy similar, siendo más pronunciadas y visibles.

Suponía que por eso le gustaban, eran más difíciles de ver, casi haciéndolo sentir como un fotógrafo profesional esperando el momento perfecto para sacar una foto de su objetivo.

Esa paciencia ofrecía frutos, pues Satoru tenía muchas fotos de su esposo sonriendo, organizando en su computadora todas las que sacó ese día. Sonriendo muy embobado con cada uno.

— Te veo muy entretenido. — Saliendo de tomarse un relajante baño, Toji miró la computadora donde su esposo organizaba las fotos que le tomó. — No sabía que tenías un álbum con las fotos que me tomabas sin darme cuenta. — La carpeta tenía el claro nombre "Toji Smile" en ella, con casi 54 archivos, sumando las nuevas serían unas 67.

— Lo considero material valioso en nuestros años de matrimonio. No puedes culparme. — Se escudo. La primera vez, si se la tomó dormido, después de su primera noche juntos, después siempre se las mostraba después de tomarlas. — Fue muy lindo verte sonriendo todo el día. Megumi sí que logró un milagro.

— No es para tanto, claramente, voy a estar feliz de llevar a mi hijo hasta este punto. Crié un buen hombre después de todo. — Moviendo la cabeza apuntó a la cama, diciéndole indirectamente a Satoru que lo quería allí con él.

— Y tuviste muchos problemas. — Recordaba que cuando empezaban a vivir juntos Toji le llegó a comentar que tenía miedo de no ser capaz de ser un padre. Aunque mucho de su pasado este se sentía más a gusto no compartiendolo podía intuir que fácil no fue.

Parándose, Toji lo tomó entre sus brazos, besando de forma lenta y sutil sus labios, disfrutando de a poco. Hasta caer en la cama, amplificando su beso.

— Amo verte con esta sonrisa, eres tan lindo con ella. ¿Te gusta como sonrió yo? ¿Considerás que es linda así como consideró la tuya?

— Vas muy rápido y profundo. Pero si quieres saber: eres tan meloso sonriendo que parece que le quieres hacer competencia al sol. — Declaró. Riendo por lo bajo.

— ¿Así te gusta?

— Bueno… Creo que una me gustaba más. Pero no creo que te interese escuchar de eso. — Moviendo su rostro besó el cuello del albino, bajando su mano por su camisa.

— No dime. — Deteniendo las manos de Toji, Satoru clavó sus azules ojos en él, rodeando su cuello con sus brazos. — ¿Es la madre de Megumi no? Si es así, hazlo, no me molesta saber de ella.

— Eres la única persona que veo dispuesta a hablar de la ex de su marido. — Irónizo.

— ¿Y por qué me molestaría? Yo no parí a Megumi. Sin ella no hubiera nacido tan extraordinario muchacho como lo es él, sé que es importante para ti y por lo mismo, me es raro que no la mencionas mucho. ¿Sus sonrisas eran lindas?

— Hermosas a decir verdad. — Sin pensarlo expresó, cuando se dió cuenta eso salió de sus labios. — Eran muy bonitas, recuerdo mucho su expresión al tener a Megumi en brazos por primera vez.

— Dime más.

— ¿En serio no te molesta o pone celoso que hable de mi ex? — Como respuesta, Satoru le beso dulcemente los labios por unos segundos. Alentandolo a seguir.

— No tengo por qué. Si ella te hace sonreír, aprovechemos que Megumi está en su fiesta de graduación, aparte que yo también he querido saber de ella.

— Okey. — Tranquilamente sé acomodaron en la cama para quedar acostados.

Gojo abrazo el pecho de su marido, esperando paciente que empezará a hablar.

— Pareces un niño al que le van a contar un cuento con esa cara. — Declaró. Sonriendo de esa forma que a Satoru tanto le encantaba.

— Si no estuviéramos en algo importante, me quitaría la camisa, me abrazaría más fuerte y nos tomaría una foto. Enmarcando esa linda expresión tuya. — Peligrosamente acercó su rostro al suyo, acariciando el pecho de Toji hasta que nuevamente, por unos segundos sus labios se besaron, jugando sutilmente con sus lenguas.

— Bien, entendí, entendí. — Y empezó a hablar. Contando más de la que fue la madre de su hijo, la mujer más importante en su vida, a su ahora esposó, el segundo hombre más importante en su vida.

flufftoker 2023 TojiGo Versión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora