Baño ligero.

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Llegaron a las puertas de la finca y inmediatamente fueron recibidos por los pocos kakushis que recidian ahí, los cuales no eran pocos, también fueron recibidos por los cazadores que se emocionaron al escuchar la llegada del pilar del viento.

Muchos se sorprendieron al ver como el hombre tenía a una niña de dos años, cargándola con la ayuda de una tela.
También estaban sorprendidos por el hecho de ver a una mujer embarazada y un niño en la carreta que él hombre llevaba.

Claramente, inmediatamente supusieron que fueron víctimas que rescató, perjudicadas por el demonio del cuál Sanemi se tuvo que encargar.

"¿Son refugiados? ¿Estan heridos? ¿Desea que los llevemos a la finca mariposa para su tratamiento?" Preguntó él kakushi de más 'confianza' que tenía Sanemi, solamente sabía hacer bien su trabajo y no es tan molestó según el albino.

"No, pero envíale un cuervo al pilar del insecto, dile que venga aquí para revisar a un paciente... Y ellos ahora son residentes permanentes de esta finca, estan bajó mi protección... Preparé una habitación para ellos al lado de mi cuarto, y que no les falte de nada, prepararles el desayuno todos los días y todo lo que ellos os pidan se lo dais..." Dijo Sanemi al kakushi en un tono normal pero exigente al decir lo último. "Diles a todos que los respeten... Y que nadie se atreva a ponerse gallito con ellos o yo mismo los matare." Sanemi dijo ésto último con un tono de enojo.

"... Si señor." Entendió el kakushi un poco asustado por lo último. "¿Quieres que llevemos ya sus pertenencias al cuarto?" Preguntó él kakushi.

"... Si, preparar bien el cuarto, tenéis dos días para ponerlo bonito, decorarlo y para traer una cuna, lleva tres futones extra al mío. Y preparar una buena comida para ellos, también llevar sandía y ohaguis como postre... Ahora volver a vuestro trabajo." Ordenó Sanemi y él Kakushi se fue juntó a sus compañeros para darles instrucciones.

Sanemi simplemente suspiro y se giró para después ver a Nobuyuki tratando de bajar la carreta y a Genya tratando de ayudar a su hijo.
Él se acercó y bajo al niño con sus brazos al suelo, Nobuyuki se rió al haber sido cargado por unos segundos.

Entonces con educación extendió su mano a su hermana, la cuál aceptó felizmente el acto caballeroso de su hermano y con cuidado pudo bajar de la carreta.

Los kakushis no tardaron y empezaron a recoger las bolsas con equipaje para después ser dirigidos por el encargado a la habitación del pilar del viento.

Genya vio como se llevaban sus cosas y parecía desconfiada, pero su mano entrelazada con la de su hermano mayor la llegó a tranquilizar.

"Voy a mostraros él lugar primero." Informó Sanemi a sus dos familiares.

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Kiki se despertó nada mas entrar a la finca y se emocionó mucho al ver el gran lugar.

La niña quería recorrer todo ella sola, Nobuyuki también, pero Genya evitaba que su hija energética saliera huyendo sosteniendo su pequeña mano mientras seguían a Sanemi.

Sanemi notaba las miradas sobre ellos.

Notaba las miradas sobré su hermana.

Y Genya también sentía las miradas.

Ella ya estaba acostumbrada a eso, aunque no quita el hecho de que se sienta horrible.

Pero no es peor que ser tocada, mientras no se acercarán todo estaría bien, podría mantener su felicidad mientras no la tocaran.

Aunque ya se sentía manoseada por las miradas, no pudo evitar acariciar con su mano libre su abdomen de cinco meses de embarazo.

Pensar en su bebé la calmaba, ver a sus bebés la calmaba...

Sanemi...

Ya no la calmaba tanto.

Ya no era su pilar de estabilidad.

Ahora eran sus pequeños.

"Mami, mami, ¿Cuando bebé?" Preguntó Kiki sin molestarse de completar la frase, Genya la entendía.

"... Mmmm, aún falta para que él bebé salga cariño, y es mejor así, hay que respetar él tiempo que se está tomando tu hermanito." Dijo Genya mientras sostenía con su otra mano la manita de su pequeña.

"¡O hermanita!" Kiki rápidamente dijo.

"O hermanita." Genya se rió, Kiki parecía desear una hermanita.

La familia siguió su paseo por el lugar, pasaron por la cocina, los cuartos de los cazadores, él lugar de entrenamiento que Sanemi usaba exclusivamente y donde entrenaban él restó de cazadores, los baños y por último el cuarto de Sanemi, donde dormiran temporalmente.

Los futones para los tres integrantes ya estaban ahí, los kakushis eran rápidos.

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Comieron hasta reventar, Genya obligó a Sanemi comer algo de la comida a parte de sus preciados ohaguis, y los dos adultos tuvieron que evitar que los niños se comieran el postre antes que la comida.

Y por fin llegó la hora del baño.

Genya, Kiki y Nobuyuki estaba metidos en una bañera de madera, fue llenada con agua a buena temperatura, caliente, pero sin pasarce.

Madre e hijos se estaban bañando juntos, es costumbre, la mujer no puede dejar que sus pequeños se bañen solos, son muy pequeños.

Fácilmente se podrían ahogar, sobre todo Kiki al tener dos años.

Ella estaba lavando y masajeando la cabeza de su hija mas pequeña, mientras que Nobuyuki estaba mirando por fuera de la bañera, viendo como él agua que sobraba meterse por el desagüe.

"... Mamá." Nobuyuki se giró a ver a su madre.

"¿Si pequeño?" Genya indicó a su hijo que le dijera lo que necesitaba decir.

"¿Volveremos a casa?" Preguntó Nobuyuki.

Genya se quedó en silencio, no se esperaba esa segunda, pero en el fondo sabía que algún día tendría que darles una respuesta.

"... No... no estoy segura si soy sincera... Ni yo lo se cariño... ¿Extrañás a papá?" Preguntó Genya.

"... No... La verdad es que no..." Admitió Nobuyuki.

Eso le dolía a Genya, pero entendía a su hijo, ella estuvo una vez en su posición y sentía un gran desprecio hacia su padre desde una edad temprana...

Aunque ahora ve a su padre como un santo comparado con otros hombres, él no llegaba a encajar en la palabra 'monstruo', no después de que viera lo que eran verdaderas bestias...

Ama a Ichijō, él una vez fue una buena persona...

Él la sacó del mismo infierno, le debe mucho a su esposo.

... Pero sus hijos no le deben nada y no tuvieron la oportunidad de conocer al buen Ichijō, así que no los culpa.

"... ¿Veremos a Abue Abue y Aba Aba?" Preguntó Kiki con una sonrisa llena de ilusión.

"... Si, veremos a tus abuelos, no te preocupes." Confirmo Genya con una sonrisa.

El ciclo se repite, hasta que el lo rompió.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora