Capitulo XIII

1.1K 122 20
                                    

*Narra Emma*

Esta mañana me he levantado con toda la energía del mundo! Porque la necesitaba para el concurso de bandas de esta noche. Me arreglé y vestí para ir al instituto. Como todos los días agarré un paquete de galletas y salí por la puerta de mi casa para ir andando. Hoy iba especialmente feliz muy feliz.
Llegué 10 minutos antes de la hora de inicio, como siempre y me senté en mi pupitre. A primera hora tocaba literatura, y no había hecho el cuento, así que lo haría en esos minutos. Agarré una hoja de mi carpesano, cogí un boli de mi estuche y empecé a escribir, ya tenía una idea.

"Érase una vez, una niña muy bonita y alegre. Vivía con su madre en una aldea pequeñita cerca de un bosque.
-Hijita, ves a recoger frutos del bosque, lo necesito para la cena- le pidió la mamá.
-Vale mamita, ahora mismito voy- y la chiquilla agarró su gorro de paja y una cesta del mismo para dirigirse al bosque.
-La, la, la, la....- canturreba la niña mientras daba saltitos mientras buscaba frutos.
Cuando ya se estaba dando por vencida ya que no encontraba nada, se le aparecieron unas hadas del bosque.
-Hola niñita, buscas algo?- Preguntó una hada.
-Sí, busco frutos para llevarle a mi mamá para la cena- dijo ella.
-Oh! Nosotras sabemos dónde están, te llevaremos, pero no nos pierdas de vista.
-Claro que no! Y muchas gracias haditas!- dijo la chiquilla inocentemente.
Las hadas empezaron a volar y la niña las seguía, iba mirando para arriba así que no veía lo que había delante suya, solo caminaba. Seguía caminando detrás de las hadas cuando se choca con algo o alguien.
-AAAAH!- Gritó la niña aterrorizada. -Un lobo!- inmediatamente las hadas se dieron la vuelta para mirar a la niña.
-Niñita no te asustes, no te voy a hacer nada, solo te quiero ayudar, estás hadas quieren hacerte daño!- dijo el lobo.
-No! Tú eres el que quieres hacerme daño, eres un lobo horrendo, y ellas son hadas hermosas.- dijo la niña.
-No me digas que no te lo advertí...- dijo el lobo para después desaparecer entre los árboles.
-Qué estúpido lobo- dijo una hada y la niñita asintió.
Las siguió y siguió por mucho tiempo.
-Haditas, están muy lejos? Ya estoy cansada...- dijo arrastrando los pies.
-No queda nada! Ten paciencia...- dijo una hada.
Pocos minutos después, para la niña todo se volvió negro. Ella había caído en un pozo, por culpa de ver a las hadas que volaban alto, en verdad el lobo tenía razón y sí querían matarla.
No te dejes engañar por las apariencias."

Por fin había acabado el cuento, y justo antes de que llegaran Luna y Ginny.
-Hola chicas! Las saludé mientras se sentaban.
-Hola Emma! Dijo Luna.
-Hola Em! Saludó Ginny.
-Habéis hecho el cuento? Les pregunté.
-Sí, y tú? Preguntó Luna.
-Sí, y tú Ginny? Pregunté.
-Sí, también.

Pasamos unos minutos hablando cuando pasó la profesora.

-Hola alumnos! Quién empieza contando su historia? Preguntó la profesora sentándose en su escritorio.
-Yo profe! Dijo una voz. Me giré a la puerta y era Karl, agh.
-Adelante Karl.
-Gracias profe. Y se levantó para ponerse frente a la clase. "Érase una vez, una bonita pareja.... Maldito cabrón, ya sé por dónde va. Los dos se amaban, pero había un problema, el chico quería una cosa pero la chica otra. Él quería que tuvieran una cita romántica juntos, en cambio la chica no. Él lo intentaba y lo intentaba pero ella seguía sin ceder, él no lo entendía, solo era una cena, así que decidió idear un plan. Él no paraba de mirarme, y cada vez se iba acercando más. Preparó una cena sorpresa en su salón, una mesa redonda con dos sillas, rosas y velas como centro de mesa, y spaghettis de cena. Cuando la chica llegó, seguía sin querer, pero el chico la acabó obligando, y para beneficio del chico durante la cena la chica parecía disfrutar. Pero cuando terminaron. Se acercó más. Terminó con él, porqué?! Porque según ella, los spaghettis estaban malísimos! Destrozó el corazón de ese enamorado chico! Y se apoyó en mi mesa mirándome fijamente. Te ha gustado la historia, Emma?

-CABRÓN DE MIERDA! Me abalancé sobre él tirando mi mesa y casi tirando a los de delante. HIJO DE PUTA! UNA CENA?! NO ERA UNA PUTA CENA GILIPOLLAS! Y empecé a golpearlo. La ira me recorría por el cuerpo, me acababa de dar otro ataque de ira, llevaba días sin tomarme las pastillas porque había "mejorado".
-Señorita Müller! Sepárese ahora mismo del señorito! La profesora intentó acercarse para separanos pero estaba toda la clase alrededor nuestra y no dejaba paso.
-ARRUINASTE MI VIDA CAPULLO! MALDITO-  La profesora había podido abrirse entre la gente y ya nos había separado y me tenía agarrada. Miré mis puños y estaban llenos de sangre, estaba satisfecha.
-Ahora mismo te vas a un centro para gente con problemas señorita!
Y literalmente eso hicieron, a la segunda hora ya estaba en el raro pijama del lugar y esperando a mi psicólogo, el cuál tardó hasta la hora de la comida casi.
-Emma Muller verdad? Dijo entrando un señor con barba.
-Sí.... Y me senté en frente de su escritorio.
-Qué tiene señorita? Dijo mirándome por encima se sus gafas.
-Problemas de ira, pero estaba mejorando, hoy me lo provocaron. Le dije con voz fastidiada.
-Cuenteme qué pasó.
-Para clase había que inventarse un cuento. Y pues mi ex se "inventó" un cuento sobre una pareja y una cena. Y eso hacía referencia a la relación que tuvimos. No me supera, no acepta que lo dejé.
-Qué le hizo exactamente tu exnovio?
-Me violó, abusó de mí, todo sin mi consentimiento, y en el cuento lo expresó con una cena, él me provocó. Dije cruzandome de brazos y con los ojos llorosos.
-Dime, crees que deberías salir de aquí?
-No creo, esque debo, tengo una batalla de bandas esta tarde y es muy importante para mi banda y para mí, llevamos ensayando todos los días, no puedo echarlo a perder. Dije bajando la vista.
-Bueno señorita Müller, realmente no tiene nada, así que la daré de alta.
-Entonces me puedo ir ya?! Dije emocionada.
-No, deberías salir mañana, hasta que terminan el papeleo tardan.
-Pero tengo la batalla!
-Dije deberías. Y sacó unas llaves de su bolsillo. Corre, sígueme.
Lo seguí hasta una puerta trasera que daba al aparcamiento. Allí nos subimos a su coche y me llevó a mi casa.
-Gracias de verdad, señor....
-Trümper, Gordon Trümper. Seguro ganáis la batalla. Y se alejó con su coche.
Trümper, Trümper.... Claro! Los gemelos se apellidan Kaulitz Trümper! Era su padre!

☆Yandere Boy☆ [Bill Kaulitz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora