Capitulo VIII

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*Narra Emma*

Las 21:00 (9 de la noche). Nos encontrábamos Ginny Luna y yo cenando una pizza tranquilamente en mi casa. Decidí contarles lo ocurrido.

-Chicas, tengo que contaros algo que me ocurrió esta mañana en el instituto.

Les conté a todo detalle como empezó y cómo terminó, aunque no les dije lo de los besos en el cuello, me daba vergüenza contar que un asesino totalmente desconocido me hubiera besado el cuello.

-Emma... Deberías haberselo avisado a la policía. Dijo Ginny con cara de preocupación.
-Ya, si lo pensé! Pero sospecharían de mí, ya que el chico se fue y dijo que tapó todas las cámaras.
-Bueno, solo esperemos que no te pase nada y no sospechen de tí. Dijo Luna.
-Ya, pero es muy raro! El chico dijo que la mató por mí, porqué?
-Alomejor es alguien que conoces y solo quiere ocultartelo. Dijo Ginny.
-No sé... Lo dudo. Bueno, ahora vamos a pasarnoslo bien, que no habéis venido solo para hablar de eso! Dije y me levanté de la silla. -Os parece ver una peli? De terror... Dije tomándolas de la mano y llevándolas al salón.

Empezamos viendo una película, y cuando terminó decidimos ver "la última", pero se nos fue de las manos y al final eran las 3:00A.M.

-Chicas! Qué os parece, ya que son las 3:00A.M, la supuesta hora del diablo, que juguemos Charlie Charlie? Preguntó Ginny emocionada.
-Por mi vale, pero si se me mete algún demonio en la casa tú te haces responsable. Dije.
-Sí, sí. Dijo despreocupada.
-Voy a por la hoja y los lápices. Dijo Luna para desaparecer fuera del salón.
No tardó en volver con un folio y dos lápices. Preparamos todo, apagamos las luces, cerramos la puerta, escribimos en la hoja y colocamos los lapiceros. Era hora de empezar.
Tomamos nuestras manos.

-Charlie, Charlie, estás ahí? Pregunté.
Nada se movió, pasaron unos segundos y escuchamos un golpe en el ventanal. Entonces todas gritamos del susto. Nos giramos en dirección al ventanal y era... Tom?! Me acerqué y abrí la ventana. Con él estaban los demás de la banda y Bill.

-Qué hacéis aquí?!
-Nada, solo nos hemos auto-invitado a tu fiesta de pijamas.
-Cabrón, que casi me da un paro cardíaco y todo del susto. Y la pobre Ginny.... No me dejó terminar porque me interrumpió.
-Qué le pasa a Ginny?!
-Ay naaada, que con el susto pegó un grito que casi nos deja sordas a Luna y a mí. Al mencionar a Luna ví como Gustav miraba hacia adentro.
-Esperad os abro. Dije.
-No, no, da igual. Dijo Tom, el tío ya estaba entrando por la ventana.
-Bueno. Dije un poco confundida.
En cuanto pasaron Tom fue corriendo a abrazar a Ginny.
-Lo siento si te asusté Ginny.
-No pasa nada Tom. Dijo Ginny aguantandose la risa.

Yo miraba desde el ventanal el salón, estaban todos, o eso creía tenía el presentimiento de que faltaba alguien. Entonces escucho la respiración de alguien detrás mía. Me dí la vuelta y ví a alguien muy alto. Es verdad, Bill era el que faltaba.

-Hola Bill! Dije algo nerviosa ya que estaba muy cerca, y estaba mirándome con esos profundos ojos café.
-Hola Emma. E hizo una pequeña sonrisa, pero al instante volvió a su cara seria.

-Oye, me aburro, qué hacemos. Dice Georg.
-Os parece si hacemos un escondite a oscuras? Por TODA la casa. Dijo Ginny.
-Perfecto, quién liga? Dijo Gustav.
-Tú por hablar. Dije victoriosa.
-Aish vale. Cuento hasta 30, ni más ni menos. Dijo acercándose a la puerta para no ver nada. -1, 2, 3.... Empezó contando.

Rápidamente todos empezamos a correr  por la casa para escondernos. Yo ya tenía uno pensado, lógicamente, es mi casa y me sé todos sus escondites. En mi armario, detrás de todo el montón de ropa, había otra habitación secreta, nunca me encontraría, ni él ni nadie. Esa sala la tenía justamente para las fiestas de pijama, para dormir ahí. Pero como tenía pensado jugar al escondite decidí no decírselo de momento.
Era acogedora, tenía un televisor y el suelo estaba lleno de colchones. Había una estantería con juegos de mesa y videojuegos y otra estantería con bebidas y snacks. El paraíso.
Tenía hambre así que fuí a coger unas patatas de la estantería de comida, aunque me costó encontrarla ya que recuerdo que toda la casa estaba a oscuras. Cuando por fin la agarré, me heché para atrás para tumbarme cuando toco algo detrás mía. Pegué un mini salto del susto y me giré.
-Mierda! Qué coño haces aquí Bill?! Dije levantándome y poniéndome en frente suya.
-Esconderme.
-Ya hasta eso llego, me refiero, nadie sabe lo de esta sala.
-Ah eso, te seguí y ya está.
-Ah.... Unas patatas? Le pregunté enseñándole la bolsa que tenía en mi mano.
-No gracias.
-Gaseosa? Algo de comer?
-No gracias, no tengo hambre.
-Vale, ven a esta esquina, si llegan a pasar o asomarse no nos verán. Lo tomé de la mano para guiarle hacia la esquina y ahí nos sentamos juntos.
A los minutos escuchamos unos gritos.

☆Yandere Boy☆ [Bill Kaulitz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora