P. 16. LA DICHA MAYOR

5 0 0
                                    

Estaba pensando en lo que dice Jesús sobre el final de los tiempos, las guerras las tinieblas, el miedo de los hombres por los cambios de los tiempos, los movimientos de los astros, y lo que dicen sus palabras; "el cielo y la tierra pasarán, pero mi palabra no dejará de cumplirse".

Pensaba en todo ello cuando me dijo el Señor: ¡Campanilla!, estamos hablando del camino de la dicha, y tú lo que ves es el mal que hay a tú alrededor.

Has visto como el bien y el mal viven juntos. Y así tiene que ser hasta el día de la siega. Se que te extraña que llegue el día en que el bien y el mal sean separados.

Y te extraña, porque no conoces el amor en su inmensidad.

Tú solo conoces el amor de Dios en la pequeñez del hombre, y no puedes ver la violencia, porque te hace daño en cualquiera de sus formas, de gestos palabras y obras.

Ves como actúan las personas. Una misma persona la ves hacer el bien y otras veces la ves hacer el mal. Pero tambien sabes que cuando se ama de verdad, no se puede hacer el mal sin que duela el corazón, y si lo haces por tú debilidad, porque te han tendido una trampa y has caído en ella ¿qué ha pasado?

¿Por qué el bien y el mal tienen que vivir juntos hasta la siega?

Porque el mal campanilla es el que te ha traído hasta mi ¿no lo recuerdas?

El mal te ha traído hasta mi cuando lo has descubierto, mientras no lo habías descubierto lo hacías, hacías sus obras, sin que te dieras cuenta de lo que hacías, sabias que no estaba bien, pero el mal te engañaba para que no le dieras importancia.

¿Cuándo descubriste el mal?

Cuando descubriste el amor de Dios que estaba en ti, fue su amor el que te descubrió el mal, y tambien eran otras personas que denunciaban donde se escondía sin que tú lo supieras ni te dieras cuenta.

Si esas personas no lo hubieran denunciado ni hubieran descubierto donde se escondía, no te hubieras enterado, no te hubieras dado cuenta, no lo hubieras conocido. Y al no conocerlo, no te hacia daño, al contrario, hacia que disfrutaras y te sintieras feliz.

Al no conocer el amor, no eras del todo culpable, solo estabas engañada por el mal que tanto sabe.

¿Crees que los hombres saben lo que hacen?

¡No, no lo saben!

El que roba el que mata el que viola o tortura, el soberbio, el vanidoso, el poderoso, el orgulloso, el deshonesto, el adultero.

¿Saben lo que están haciendo?

¿Saben que lo hacen mal?

No campanilla, "¿algunos?," saben que hacen mal algunas cosas que afectan a los demás, pero no tienen conciencia que lo estén haciendo mal.

¿Crees que si lo supieran podrían hacer lo que hacen?

Cuando lo hacen, creen que lo hacen bien porque solo piensan en ellos y en su propio beneficio.

Y eso lo hacen porque no conocen a Dios ni su amor.

Tú que conoces un poco el amor, cuando sin querer, porque el amor cuando hace el mal, lo hace sin querer, sin darse cuenta, y si el amor que tiene en el corazón, engañado por el mal o querer llevar razón, no le dice que ha obrado mal, alguien que ha visto que lo ha hecho mal y no se ha dado cuenta, se lo tiene que decir, para que se pueda arrepentir y pueda volver a encontrar el camino de la dicha.

Porque en esta vida el bien y el mal tienen que vivir juntos sin poderse separar, por no dañar al bien, ya que es el mal el que lo trae hasta mí, arrepentido de haberse alejado del camino de la dicha.

¿No es así campanilla?

Cuándo sin querer has hecho daño a alguien, que eso es el mal, hacer daño a alguien o hacértelo a ti misma, ensuciando tú cuerpo de palabra pensamiento y obra ¿qué haces?

Cuando te dañas a ti, pides perdón a Dios a quien has ofendido en su amor.

Pero cuando al que dañas es a tu prójimo, es a él a quien tienes que pedir perdón, porque él ha sido el ofendido, y a veces, por no amar lo suficiente, no se le da importancia a la ofensa que lo puede dañar. Y si alguien se ha dado cuenta de la ofensa que puede dañar, no al que ha sido ofendido, sino al que ha ofendido, que es quien se tiene que arrepentir y pedir perdón.

Y si no se ha dado cuenta porque el amor no es lo suficientemente grande para verlo, ¿no tiene la obligación porque se lo dice el amor de denunciar el mal que ha visto hacer?

Campanilla, te extraña que el bien y el mal vivan juntos en la vida sin que Dios quiera separarlos. Y te extraña que al final de los tiempos cuando vuelva el Hijo del hombre con todo su poder para juzgar a la tierra. Te extraña que envíe a sus Ángeles para que separen a unos de otros, para que separe al bien del mal.

¿No te das cuenta campanilla que, si no denuncias el mal y lo separas del bien, los hombres no se darán cuenta de lo que han estado haciendo y no se puedan arrepentir de ello? Es el último aviso, en la tierra pueden vivir juntos, los hombres tienen tiempo de conocerlo, pero en el cielo no puede entrar el mal que fue arrojado de él, y tampoco pueden entrar sus seguidores si no se arrepienten de haber hecho el mal.

¿Recuerdas campanilla lo que dice mi Palabra? "Cuando el Hijo del hombre vuelva con sus Ángeles vestido de poder y majestad, todos los hombres de la tierra llorarán al verlo," ese llanto será señal de conversión, de arrepentimiento al darse cuenta de la verdad y ver que han vivido engañados por el mal.

Por eso a la hora de la verdad tienen que ser separados para que los hombres se puedan dar cuenta de lo que han hecho engañados por el mal, puedan arrepentirse y puedan llorar el mal, que sin darse cuenta han estado haciendo a los demás.

Y mientras en la tierra están juntos, son los hombres que el amor les ha hecho descubrir el mal, apartarse de él y andar por el camino de la dicha, los que lo tienen que descubrir. Si ve a su hermano caer sin que se haya dado cuenta, es quien tiene que denunciar el mal para que se pueda dar cuenta, se pueda arrepentir y pueda pedir perdón por el mal que ha hecho sin saber lo que estaba haciendo, porque el que hace el mal, es así mismo al que se hace daño, aunque en apariencia vea que se lo hace a los demás, el perjudicado es él.

Ese es el camino de la dicha campanilla que comienza aquí en la tierra

Cuando veas o sientas hablar de guerras, catástrofes, violencia, falta de misericordia porque los hombres no conocen el amor de Dios y por eso obran mal.

Cuando por mi causa, por denunciar el mal y anunciar el bien, hablen mal de vosotros, seáis mal vistos en la sociedad, incluso seáis desechados rechazados o perseguidos por ello, levantad vuestras cabezas, sed dichosos, vuestra liberación está cerca.

¿Por qué está cerca la liberación?

¿Cuál es el motivo de la dicha?

Porque el Señor está cerca, está a la puerta llamando, y es la dicha mayor para el que le abre la puerta, pone su morada en ella dentro de su corazón dándole todo su amor.

¿Puede haber dicha mayor mi querida campanilla?

Por eso en la pobreza, en el dolor, en el llanto, en la persecución, en el rechazo, en la paz, en la misericordia, en el hambre, puede ser dichoso si en él vive su Señor, que es el causante de su amor y el causante de su dicha mi querida campanilla.

Por eso en la pobreza, en el dolor, en el llanto, en la persecución, en el rechazo, en la paz, en la misericordia, en el hambre, puede ser dichoso si en él vive su Señor, que es el causante de su amor y el causante de su dicha mi querida campanilla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
EL CAMINO DE LA DICHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora