Día de la Vida

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Scipio no había sido un planeta considerado confiable para la Nueva República por sus antecedentes en las guerras clon, sin embargo, ahora siendo invitados los dirigentes del planeta a la fiesta del día de la vida en Couruscant les daba una posible entrada a la política galáctica. Aunque eso no era algo que le interesara al joven primogénito de la gobernadora de Scipio. A sus diecisiete años solo quería disfrutar de la fiesta y comer todo lo que pudiera antes de que su madre comenzara a buscar lazos con los políticos de turno y que él se fuera a dormir para evitar el aburrimiento.

Tomó una copa de algún licor dispuesto a beberla siendo arrebatada por su madre en un segundo. Suspiró fastidiado y decidió mejor ver su holo aburrido de todo ese baile político. Saludó a muchos desconocidos e ignoró a muchos otros, eso hasta que apareció el Mand'alor, su mejor amigo había estado hablando mucho de él últimamente, sobre su ascenso al poder, sobre sus aparentes relaciones políticas y su muy farandulera relación con Luke Skywalker. Ciertamente era una vista majestuosa el ver a cinco mandalorianos enfundados en sus armaduras liderados por el Mand'alor que brillaba con su armadura de beskar gracias a las luces del salón, se veían imponentes, poderosos y letales. Razónes suficientes como para no acercarse a ellos, pero su madre pareció emocionada de acercarse a la comitiva de Mandalore.

— Vamos, cariño. El Mand'alor ha llegado y con su popularidad si nos ganamos su favor entonces podríamos tener un lugar en el senado de nuevo, sin la influencia del Clan Bancario podemos tener el favor de la Nueva República —el chico suspiró con fastidio, pero la siguió — ¡Mand'alor! Que alegría verlo en Couruscant ¿Qué le ha parecido hasta ahora su visita? —

El Mand'alor se mantuvo impasible y en silencio unos segundos largamente incómodos, incluso los otros mandalorianos se mantuvieron quietos y en silencio.

— Ruidoso —

Su madre rio falsamente haciendo que el chico no pudiera reprimir una mueca. Se estaba esforzando demasiado.

— ¡Definitivamente! Scipio siendo un planeta congelado es mucho menos ruidoso, a veces quizá demasiado —el mandaloriano no respondió de vuelta lo que evidentemente puso incómoda a su madre —mis disculpas por no presentarme, soy Alaria Rush y este es mi hijo Calis Rush —él hizo una ligera reverencia a los mandalorianos, el Mand'alor solo respondió asintiendo con la cabeza.

Calis decidió que la desesperación de su madre los estaba dejando en una posición aún peor frente a los mandalorianos con quieres tenían en común solamente que eran del borde exterior. Un toque en su pierna lo distrajo de tomar el brazo de su madre y sacarlos de ahí.

El chico miró a sus pies notando una adorable criatura de grandes ojos y orejas alargadas arrullando hacia él.

— ¡Por los dioses! —exclamó su madre sobresaltada. Calis se hincó para estar más a la altura de la pequeña criatura.

— Hola, amiguito —cuando se dispuso a darle un dedo al pequeño para que lo tomara entre sus garritas notó de reojo como todos los mandalorianos instantáneamente pusieron sus manos sobre sus blasters listos para atacar. Pero el pequeño tomó su dedo y le sonrió balbuceando.

Entonces sintió en su rostro florecer la primera sonrisa honesta de toda su noche.

— ¿Cómo te llamas? —preguntó el chico.

— Es Grogu —dijo una voz grave aterciopelada frente a él. Levantó la mirada identificando al héroe de la rebelión Luke Skywalker. Sus nervios saltaron al ver a su crush famoso frente a él —este pequeño alborotador disfruta escaparse de mí, y de todos — tomó la pequeña criatura en brazos dejando de lado la reprimenda para acariciar una de sus orejas. El pequeño arrulló con gusto.

Ante la más grande adversidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora