Capítulo 16: Engaños

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Lo sé, lo sé. No debí haberme encontrado con Elsa, pero no iba a desperdiciar una oportunidad tan valiosa como esa. Ella era muy específica y talentosa en su arte, además de decidida. Siempre quise conocerla, y platicar sobre valiosas obras maestras era algo que no podía hacer con Mérida. O al menos... nunca lo había intentado.

La mañana de la entrevista, mientras Mérida ensayaba, yo llevé al parque a Toothless y me encontré con mi buena amiga. Ambos ya nos sentíamos completamente cómodos con la presencia del otro, aunque a veces ella se sonrojase ligeramente debido a una inexplicable cercanía que se había producido entre nosotros.

-Así que... hoy es el gran día de Mérida.- Comentó, de repente. Aquello me sobresaltó, nunca habíamos platicado sobre Mérida; y hacerlo era extraño.

-Bueno, ha estado muy nerviosa toda la semana pero estoy cien por ciento seguro de que todos la adorarán.- Afirmé, notando que mis palabras entusiasmadas al hablar de ella hacían que Elsa se decayera levemente.

-¿Tú y ella...- Se cortó en medio de la pregunta. Supuse que lo que quería saber era obvio.

-En realidad no lo sé... No le hemos puesto etiquetas a lo nuestro.- Toothless, quien descansaba a nuestro lado junto con Olaf, levantó con preocupación sus orejas al oírme. A veces me espantaba ese perro, como si pudiese entender todo lo que decía.

-Entonces. ¿no están juntos?- Preguntó, intentando no sonar demasiado alegre.

-Sí... Bueno, no lo sé.- Dudé, rascándome la nuca.- Es un tema complicado. Mérida es un espíritu demasiado libre y yo soy más de los que prefieren tener una relación estable... sentar cabeza. ¿Sabes?- Solté un bufido.

-¿Y por qué es complicado? ¿Acaso dudas de lo que sientes por ella?- Quiso saber, notablemente confundida.

-Claro que no, sé que la amo, solo que...- Me corté para suspirar profundamente.- A veces pienso que yo no tengo la capacidad de amar a una mujer que haya sido prostituta.- Mis palabras sorprendieron a Elsa, a Toothless y a mí mismo.- Pero... Es que Mérida es... Es Mérida. A pesar de que sea totalmente mi opuesto parece tener todo lo que deseo. Es alegre, comprensiva, un poco terca... Pero una gran amiga y amante. La amo, es lo único que puedo afirmar. ¿Ser capaz de amarla como se merece? No lo sé, solo espero ser suficiente para ella.- Mi compañera volvió a asentir algo desilusionada.

-Pues entonces sí te gustaría formar una vida con ella. Si la amas de esa forma...- Comentó, encogiéndose de hombros.

-Por ahora estoy bien con lo que tenemos. Aún no sé que es lo que haremos o cómo avanzaremos. Me siento a gusto y, mientras ella esté a mi lado, todo estará perfectamente.- Me sinceré.

Elsa no quiso saber mucho más de mí luego de nuestra plática, así que solo nos quedamos unos pocos minutos más mientras Toothless y Olaf daban una última vuelta al parque y nos fuimos cada quien por su lado. Me desilusionaba un poco que nuestra mañana hubiese terminado de esa forma... Pero es que simplemente fui sincero. Desde que nos conocimos acepté que ella era sumamente hermosa, pero que solo podía verla como una buena amiga.

Ya tenía a la mujer perfecta y esa era Mérida Dunbroch, mi Chica Pelirroja.

El resto del día no pude ver a Meri en lo más mínimo, hasta que por fin llegó la hora de la entrevista y me tocó esperarla ya en el estudio de grabación.

El Doctor Hudson también estaba ahí y me sonrió ampliamente.

-Mérida estará muy agradecida por tu apoyo, Hiccup.- Mencionó, mientras tomábamos asiento detrás de las bambalinas, pero aún con capacidad de ver el show desde un costado.

[Mericcup] She WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora