Pelón pelo rico ; Vernon

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Jun llevaba 10 minutos viéndose fijamente en el espejo de la sala, donde su padre siempre se tomaba fotos los días que se arreglaba.

Movía la cabeza a los lados, se acercaba al espejo viéndose más de cerca e incluso tocaba el espejo con curiosidad. Después de otros 4 minutos más, se dirigió hacia el pasillo donde estaba la oficina de su padre y donde creaba música para gente bonita.

Caminó hacia ahí y se estiró lo más que pudo para abrir la puerta, se acercó a la silla de su padre y escaló para sentarse en sus piernas.

—Papi, me voy a hacer un cambio de look —Jun se acomodó de manera que se veían fijamente los dos.

Hansol no le respondió y Jun no dijo nada más, solo se volvió a bajar con ayuda de su padre y corrió fuera de la habitación dejando la puerta abierta. Hansol suspiró negando con su cabeza y dejando la puerta así por si escuchaba llanto.

Jun se dirigió al baño, donde habían máquinas de afeitar y rastrillos en el cajón de hasta arriba que ya podía alcanzar con ayuda del banquito que usaba para alcanzar y lavarse los dientes.

Sacó primero el rastrillo, siendo su primera opción. Después, agarró la nieve blanca en lata que usaba su papá en la cara y empezó a ponerla sobre su cabeza, el rastrillo lo pasó con cuidado por su cabeza siendo cuidadoso en el proceso. Estaba empezando a aprender a ser como su padre.

Al ver que su cabello no caía bien, decidió agarrar las tijeras cortando sus cabellos castaños claros, empezaba a tener una línea sin cabello en medio de su cabeza y parecía gracioso.

Guardó de nuevo las cosas y corrió hacia la oficina donde estaba el teléfono de su padre, tenía los audífonos así que no lo iba a escuchar, lo agarró e intentó tomarse una foto solo pero salió borrosa y ni salía su cabeza, solo salía su cuello y labios.

Volvió a tomarse varias hasta que una salió bien y lo dejó en donde mismo, tocó la pierna de su padre sonriendo al verlo voltearse y verlo con horror.

—¡¿Jun?! —Hansol dejó los audífonos sobre el escritorio y se levantó asustado—¡¿Cómo- Por qué?!

Hansol se agachó viendo su cabeza, era increíble como tenía una línea pelona en medio de su cabeza.

—Dios, Jun, ¿Ahora que hago? —suspiró cargandolo y dirigiéndose hacia el baño donde estaba antes Jun.

—Raparte tu también, así estamos juntos en este cambio —Hansol miró mal a su hijo mientras lo sentaba en el lavamanos.

—No.

Jun no sabía si su padre estaba enojado, pero el estaba feliz con su cambio, ahora era otra persona en otra era.

Hansol sacó la máquina para afeitar, la conectó y cerró sus ojos contando hasta 10 en voz alta.

—Cuidaba demasiado tu cabello, Jun... —suspiró pasando lentamente la máquina por el cabello de su hijo, quién reía emocionado al ver el cabello caer.

Al final Jun terminó sin cabello, solo con pequeñas raíces castañas y una gran sonrisa.

—Súbeme a tus redes, papi, para que vean el cambio que tuvo tu precioso hijo —posó de una forma extraña, su pie arriba de la taza de baño, su mano en la cintura, la otra mano señalando la máquina, sacando la lengua y haciendo bizcos— Rápido, me voy a quedar chueco.

Hansol no tuvo más remedio que tomarle la foto y subirla a su instagram porque Jun lo amenazó con dulces.

Pequeños grandes bebés 𖥔 SeventeenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora