Capítulo 12: Plan del Desastre/Estudios/Mal Presente

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Quienes se entregan a la venganza y se toman la justicia por su mano rara vez saben dónde está el límite


-Richelle Mead

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Nos encontramos en una playa donde podemos apreciar a un chico de cabello negro que estaba tratando de golpear a un peli Negro de cabello corto y ojos iguales de negros, además de resaltar por el tatuaje de dragón en su cuello.

El adulto sonreía amablemente mientras esquivaba los golpes del chico que cada vez venían con más furia.

Mikey: Vamos Izuku-kun, muéstrame de lo que eres capaz apenas su empecé a calentar.

El chico solamente gruñó para intentar golpear su rostro pero el hombre paró su mano antes de que fuera a su rostro, mostrando así como la misma tenía las garras de fuera listas para atacarlo y matarlo de haber sido otra persona.
El peli negro suspiro para con su pierna darle una patada al chico sacándole completamente el aire de sus pulmones obligándolo a arrodillarse enfrente de él mientras lo veía con seriedad.

Mikey: Te dije que nada de golpes en el rostro, que de eso vivo *Suspira*... y además prometiste mantener el control, mira que de haber sido otra persona esas garras le hubiesen arrancado la cara.

El chico empezó a respirar agitado mientras alzaba la mirada completamente molesto, pero está vez sus ojos azules brillantes aparecieron viéndolos con una molestia grabada.

Mikey: No me veas con esos ojos jovencito -Le da un zape- a los perros se le debe dar un golpe cuando se portan mal y tú te portaste mal conmigo así que aguántate porque lo que hiciste en una pelea real solamente conseguirás que alguien te demande

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Mikey: No me veas con esos ojos jovencito -Le da un zape- a los perros se le debe dar un golpe cuando se portan mal y tú te portaste mal conmigo así que aguántate porque lo que hiciste en una pelea real solamente conseguirás que alguien te demande.

El peli negro ignoro eso para lanzarse contra el hombre que suspiro para esquivar la primera embestida del chico que cayó contra el suelo para rodar un poco y recomponerse para en cuatro patas empezar a correr contra el hombre que sin dificultad lo esquivaba.

A lo lejos una mujer de cabello rosado los miraba algo preocupada como el chico atacaba con ferocidad a su compañero.

Senju: Creo que ya fue suficiente Manjiro.

Mikey: ¿Qué? Pero si apenas se estaba poniendo bueno ¡Wow!

El hombre se agacha esquivando una garra de oso que le rozó la mejilla.

Mikey: Ahora sé lo que siente el salmón.

El chico gruñó para lanzarse contra él de nuevo por lo que el peli negro lo atrapa en medio de su ataque para darle un rodillazo haciendo que escupiera saliva y sus ojos se pusieran completamente en blanco quedando completamente inconsciente.
Así que Mikey lo carga sobre su hombro mientras se acerca a la mujer que lo veía con fastidio.

Una Bestia para Cinco PrincesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora