Alguna vez te han despreciado por parecerte a alguien? No? Pues en esta historias conocerás a alguien que si, conocerás la historia de Izuku Tatsuma, un chico que solamente buscaba el amor y la atención de su madre y que siempre sufrió bullying casi...
Nos encontramos en la casa Tatsuma, en una de las habitaciones podemos ver a una niña rubia encima de una silla que estaba acomodada al lado de una cuna donde se asomaba para ver a la personita que estaba adentro de ella.
Un bebé de algunos meses acostado en su cunita con los ojos abiertos mostrando unos ojos azules muy brillantes y llenos de inocencia en ellos, una corta cabellera negra y un lunar debajo del labio.
La niña de al parecer 4 años acercaba su dedo y picaba suavemente la mejilla del bebé que solo reía ante eso haciendo que a pesar de no mostrar una expresión aunque en sus ojos se veían el brillo de ternura que sentía al ver al pequeño hombrecito.
--Aiz, que no te había acostado ya?
La niña al escuchar la voz masculina se voltea con la misma expresión para ver como un hombre estaba detrás de ella, mostrando una cabellera negra y ojos tan azules como el mismo mar, pero lo que resaltaba eran su sonrisa y el lunar debajo de su labio.
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Aiz: Papá -Se voltea extendiendo sus brazos para que el hombre la cargara- cargáme.
Yoshio: *Sonríe* Ay no puedo enojarme contigo -Dijo cargándola- pero hablo enserio Aiz, te acosté y deje en mi trampa de sábanas para que no te salieras, cómo fue posible de que te libraras?
La niña ante eso se convirtió en un dragón chino blanco entre los brazos de su padre para luego regresar a su forma normal, sin embargo sus ojos amarillos ahora estaban brillando de forma más intensa.
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Yoshio: Si, por supuesto que usaste tu don *suspira para ver como aun mantenía sus ojos brillantes* ya deja eso Aiz, se te quedarán así los ojos si no apagas tu don.
Aiz: Me gustan así -Dijo sin perder su inexpresividad- brillan, pero me gustan más los tuyos, muestrámelos. -Dijo inclinando la cabeza de forma adorable-
