Extra 2 ☆

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¡!: Este capítulo tiene contenido un poco subido de tono.

Alhaitham y yo paseábamos por el bosque Avidya tranquilamente, observábamos la vegetación y los animales con tranquilidad.
Después de unos minutos escuché un ruido, luego otro y después otro más, para luego oír un llanto de al parecer un bebé.

—¿Lo escuchas? —Me preguntó.
—Si, vamos a ver qué es.

Me acerqué hacia el ruido y Alhaitham hizo aparecer su arma justo detrás de mi.
Pude ver a una niña de alrededor de cuatro años de edad, sus ojos verdosos se clavaron en mí y vino corriendo para abrazar mis piernas.

—Oye, pequeño.

Me agaché para quedar a su altura y el chico se aferró a mi mientras sollozaba.

—¿Donde está tú mamá?
—Mi papá me dijo que se fue al cielo.

Me sentí terriblemente mal por el pequeño, le devolví el abrazo y volví a hablar.

—¿Y tú papá?
—Fui a casa después de jugar con mis amigos fuera de la ciudad, y cuando volví fui a despertarlo, pero no despertaba.

Sentí un vacío en mi pecho y algo dentro de mi sintió la necesidad de protegerlo.

—Oh...¿No tienes a donde ir?

Negó con la cabeza.
Miré a Alhaitham con los ojos muy abiertos y pude ver que había guardado su arma. Lo que me daba un buen presentimiento.

—¿Cómo te llamas?
—Khaled.
—Encantado, Khaled, yo soy Cyno, ¿me permites ir a hablar con mi amigo un momento?

Asintió y fui hacia a Alhaitham, que me agarró de la cintura y me miró con una mueca de desagrado.

—¿Amigo? Para tu información, amigo, hace dos meses que nos casamos.

Le di un beso y me disculpé.

—Es un niño que no tiene casa Alhaitham.
—¿Qué tienes en mente?
—¿Recuerdas que me dijiste qué querías ser padre?

Asintió.

—Mírale, sus ojos son igual que los tuyos, ¡es muy pequeño para estar solo aquí!
—Ni siquiera le has preguntado la edad.

Me giré hacia Khaled y me agaché para estar a su altura de nuevo.

—Khaled, ¿cuántos años tienes?

Me enseñó cuatro dedos de su pequeña mano y volví a mirar a Alhaitham, que suspiró y terminó asintiendo.

—Dime, Khaled, ¿tienes a tu abuela o a tu abuelo?

Negó y me agarró la mano.

—¿Quieres venir a mi casa y a la casa de Alhaitham?
—¿Vivís juntos?
—Así es, estamos casados.

Le sonreí y el pequeño también sonrió ampliamente.

—¡Quiero ir contigo!
—Entonces, ¡vámonos!

Le subí en mi espalda y escuchaba las risas del pequeño Khaled, y veía como Alhaitham nos sonreía a ambos.

...

—Vaya, habéis tenido un hijo sin sexo, quien lo diría.
—¿Quién te ha dicho que no hemos tenid-
—¡Alhaitham!

Dehya nos miró a ambos cruzada de brazos.

—Y...¿al menos tiene nombre?
—Khaled.

Dehya no dejaba de analizar al chico que jugaba con un par de niños que había a los alrededores.

Silent love || CynothamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora