Creamos nuestra luz | Bakugou Katsuki

Creamos nuestra luz 💥27💥

Despertó en una camilla del hospital, no tenía ninguna herida pero aún así seguían haciéndole estudios, normalmente dejarían salir a cualquiera que ya se siente bien pero ese no era su caso, _______ se sentía vacía emocionalmente, aquella visión le aclaro las cosas totalmente, porque aunque pudiera ser cualquier imaginación de la mente no era el caso, ella sintió que era parte de ella y como lo vivió.

La habitación del hospital estaba sola, y verdaderamente no necesitaba que nadie la atosigara de preguntas. Quería saber cómo estaba Katsuki pero seguía enojado con el, tanto así que el interés por cómo estaba no era su mayor preocupación.

Quería hablar con sus padres, y enfrentarlos a la cara con su teoría que tenía un total sentido, además de querer si en caso de que fuera cierto todo encararles lo que hicieron y conseguir respuestas al tema.

Dos adultos entraron a la habitación, su hija estaba de espaldas viendo en la ventana a la multitud de personas que se encontraban protestando con carteles fuera de las rejas del hospital.

—______. — se escuchó pronunciar a la mayor.

—Estoy harta de ustedes. — contestó al saber que estaban en el mismo lugar que ella.

—¿Te sientes bien? ¿Porque dices eso? — preocupó la madre acercándose a ella, sus manos se posaron en sus hombros con delicadeza pero ______ las movió bruscamente.

Su padre estaba en medio de la habitación, más lejos de la menor, quieto, observando la situación en la que su esposa e hija se encontraban.

—Se todo. Estoy harta de sus mentiras. — respondió volteando la cabeza, viéndolos con odio.

Afuera de la habitación había un rubio junto a Sero y Sato, quienes estaban oyendo la conversación privada de ______ y su familia.

La pareja mayor se quedó expectante de lo que escuchaban salir de los labios de la niña que siempre cuidaron.

—¿Cuando se atreverían a decirme? —

—Cuando maduraras, y no pasara esto. — respondió la voz masculina de su padre, que ahora estaba serio y sin su sonrisa alentadora.

—Como se atreven a ocultarme mi origen, y hacerse pasar por mis progenitores. — respondió ignorando la respuesta de a quien toda su vida llamó padre — Les debería dar vergüenza.

—Queríamos hacerlo cuando estes estable, no queríamos que sucediera así. — contribuyó su madre, sentada a un lado de la camilla con su hija  sentada en la otra orilla de espaldas a ellos.

—¿Donde están mis padres? — cuestionó la joven, deseando que por lo menos eso le dijeran y con la verdad.

—Nosotros somos tus padres. — corrijo la mamá, tocando el hombro de su pequeña.

—¿Y donde está la conexión de sangre? ¿Eh? Puedo llamarlos padres pero realmente no son más que personas que me cuidaron y además me mintieron de mi realidad.—

—Era por tu seguridad. — argumentó el señor que seguía de pie y con los brazos cruzados.

—Seguridad de que. —

—Tu Don y por lo mismo de donde vienes. —

—Quiero que en este instante me digan todo lo que sepan. — protestó.

—Tu eras una niña muy pequeña... — comenzó a contar la mujer.

Naciste en un hospital reconocido, que era el más moderno en medicina en aquellos tiempos, se esperaba que la pequeña criatura que naciera de la mujer iba a ser una heroína por legado. Tu madre, un símbolo en la vida de muchas personas tenía un puesto alto salvando a personas como cualquier héroe lo hace. Su Don era magnífico, podía modificar el rumbo de la Luz solar a donde ella quisiera con sus manos, se había casado con un joven de una familia adinerada en un matrimonio arreglado, los dos estuvieron de acuerdo al sentirse bien juntos, nunca se supo que habilidad poseía él.