Capítulo XII: Mason Perron

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¿Por qué Eozeoldo estaba tan tranquilo -a diferencia de ellos- al saber que había una serpiente de seis metros vagando por el mar? Desde que le habían revelado su descubrimiento, Emilio no lo había visto nervioso y mucho menos tenso en algún momento. ¿Conocería una forma de detenerla y por eso estaría tan tranquilo? Era poco probable.

Habían pasado la mayor parte de la mañana investigando, habían tenido buenos resultados pero Emilio sentía que la charla con Eozeoldo no los estaba teniendo.

—No entiendo por qué estás tan preocupado, Emilio —confesó Eozeoldo, tranquilo —. ¿Acaso no fuiste tú quien la venció el año pasado? —cuestionó inmutable.

—Eso pensaba, pero evidentemente no es así —respondió Emilio, afligido.

—No puedes saber si es la misma criatura. ¿Qué tal qué se reprodujo? —insinuó Kathe.

—En el caso de que no sea la misma y se haya reproducido, estuvo menos de dos horas viva, dudo mucho que se haya reproducido —explicó Emilio —. Y aún así no veo como podría beneficiarnos que sea otra criatura —confesó.

Kathe no respondió, Emilio la conocía bastante como para saber que estaba buscando una forma de demeritar sus palabras.

—Tal vez no resuelva por completo nuestros problemas, pero sin duda nos da algo de ventaja sobre la criatura —explicó Eozeoldo, encontrando la respuesta que Kathe buscaba.

Emilio resopló, parecía que ambos se habían puesto de acuerdo para contradecirlo.

—Padre ¿Logró descubrir algo sobre las marcas? —indagó Emilio, cambiando de tema.

—La verdad, no mucho —respondió Eozeoldo —. No hay mucha información sobre las Raksasa Taipan —explicó.

—Me pregunto porque —dijo Emilio, sarcástico. Kathe lo miró con reproche.

—Aun así, el libro decía algo que podría ayudarnos —agregó Eozeoldo, mordaz.

—¿Qué cosa padre? —preguntó Kathe, interesada.

—Descubrí que solo pueden ser invocadas por personas que estén relacionadas directamente con la brujería, para ser más específico en la nigromancia —explicó en voz baja.

—¿Qué significa eso? —preguntó Emilio, confundido.

—Significa que si hablan con una persona que esté relacionada con la nigromancia, podrían obtener información valiosa —explicó Eozeoldo, sonriente.

¿Cómo podía sonreír en una situación como esa?.

—¿Y dónde conseguiremos una persona que se dedique a eso? —cuestionó Emilio, desesperado, intentando mantenerse tranquilo.

—Claro... -murmuró Kathe —. Emilio, ¿Quién invocó a la serpiente? —cuestionó alarmada.

—Xholina Diamon —respondió Emilio con sorpresa.

—¿Entiendes lo que significa? —cuestionó inquieta. Emilio la miró con duda, no terminaba de entender a dónde iba el asunto. Kathe resopló con indignación —. Hay una persona con la que Xholina pudo haber hablado sobre la criatura, una persona cercana a ella que tú y yo conocemos bastante bien —explicó impulsiva.

—¿Te refieres a... Grasiel Diamon? —finalmente Emilio había entendido.

—Si... —confirmó Kathe con desilusión.

—¿En verdad crees que esa mujer va a querer ayudarnos? —cuestionó Emilio, incrédulo.

—Lo dudo —confesó Kathe.

En Un Mundo Sombrío: El Mar De Los AhogadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora