La habitación estaba cubierta en una oscuridad que abarcaba cada esquina del lugar. El silencio era abrumador, a pesar de que así debía ser.
El ambiente se acoplaba a la perfección con los tortuosos sueños de quien habitaba el lugar.
Una mujer caía al vacío, sin parar de gritar. Debajo de ella, una enorme criatura que se afiguraba a una serpiente saltaba en dirección a ella y se la tragaba sin piedad alguna.
La escena cambió a un lugar oscuro, no había ruido que indicará señal de vida. Enfrente del dueño del sueño, había un artefacto de piedra, color verde esmeralda. Se movía de forma alocada, como si poseerá vida propia.
Entonces la escena cambió de nuevo. Esta vez era el quien caía al vacío, podía escuchar y sentir la respiración de la criatura detrás de él. Se giró y ahí apreció claramente como de la boca de la serpiente salían muchas manos cubiertas en llamas, que lo tomaban del cuerpo y lo arrastraban dentro de la criatura.Se despertó exaltado, tenía la respiración agitada y su frente sudaba frío. Aún estaba oscuro, lo que le indicó que aún no amanecía. A diferencia de otras personas, que esperan con ansias la hora de dormir. Para el chico era su momento despreferido del día. Todas las noches desde aquel día... Terribles pesadillas lo atormentaban sin parar.
Dudando si volver a dormir, se levantó de la cama y salió de la habitación. Al salir se encontró en un pasillo no muy largo, donde habían tres puertas más. Sin temor de hacer ruido, bajo por las escaleras, la sala de estar estaba igual de oscura que el resto de la vivienda.
Sus pasos tomaron dirección a la cocina, sabía cuál era su objetivo, lo cual evitó que se complicará con distracciones.
Al llegar a su destino, se dirigió a un gran aparato blanco, que no fue difícil de reconocer. Abrió la puerta del refrigerador y de este sacó una botella de agua. Volvió a cerrar la puerta, y siguió de nuevo el camino que había tomado para llegar a la cocina. Regresó a su habitación después de su pequeña aventura y se acercó a la mesita de noche que tenía alado de su cama. Abrió un pequeño cajón y sacó un frasco con numerosas pastillas.
Abrió el frasco y tomó dos pastillas, volvió a cerrarlo y lo dejó de nuevo en su lugar. Se hecho ambas pastillas a la boca y con ayuda del agua se las pasó.
Dejó la botella sobre la mesita de noche y se acercó al único lugar donde aún había rastro de luz. Abrió las cortinas azules y después la puerta que habia detrás de estas.
Cruzó la puerta, que lo llevó a un pequeño balcón. Al salir al aire libre, volvió a sentirse normal. Reposó sus codos sobre el barandal, y levantó la mirada a la hermosa luna que acompañaba a la noche.
Los ojos negros del chico brillaban por la luz de la luna. Su cabello era corto y rizado. Del mismo color que sus ojos.
Se quedó durante unos segundos más apreciando el cielo nocturno y después entró de vuelta a su habitación, intentaría pegar el ojo una vez más.
20 de Septiembre, 1992
El resto de la noche prosperó sin pesadilla alguna. Lo que provocó que despertará de un mejor humor. Los rayos de sol que se colaban entre las cortinas, le dieron un buen despertar. Se levantó somnoliento, su cabello estaba hecho un desastre, al igual que su habitación.
Se levantó de la cama de mala gana y bajó a la cocina. Desde que Emilio había cumplido catorce años. Susan Anderson, su madre, trabajaba hasta noche y regresaba de forma impredecible.
Cocino lo más simple que se le vino a la cabeza y se dispuso a comer. Antes de que pudiera pegar bocado, el sonido de la puerta lo sacó de su objetivo. Extrañado se levantó de su asiento y se dirigió a la entrada para abrir la puerta.
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En Un Mundo Sombrío: El Mar De Los Ahogados
Terror[+13] TERCERA ENTREGA DE LA SAGA INICIO: (08/07/23) FINAL: La Paz había vuelto a la vida de Emilio, Kathe y Matías. Las consecuencias de los hechos del bosque maldito causaron contaminaciones en el océano Atlántico, de la cual nace una criatura llam...