Capítulo IX: El Enfado De Fernanda

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21 de Octubre, 1992

Los días próximos a confesarle lo ocurrido a Kathe no fueron como Emilio hubiera deseado. Por una parte se sentía más tranquilo de haberse desahogado, pero por otra parte se sentía muy presionado por la castaña, siempre le insistía en que le contara lo sucedido a los demás. El sabía que tenía razón, debía contárselo a los demás pero no se sentía capaz de acabar con su tranquilidad.

Después de comentar lo sucedido el ambiente se tensó mucho más de lo que ya se encontraba.

Kathe parecía especialmente afectada por Matías, Emilio sabía que no era por lo sucedido en la biblioteca, ella seguía molesta por lo que había ocurrido en la clase de ciencias.

Después de varios reproches más de parte de Kathe, Emilio había tomado la decisión de contarles a todos lo que había pasado, por dentro se sentía culpable por terminar con la "tranquilidad" de sus amigos, si es que aún existía. Utilizaría la cena para contarles lo sucedido.

Cuando dieron las siete, todos los estudiantes que habían decidido pasar la noche en el colegio bajaron al comedor y tomaron asiento, listos para satisfacer su hambre.

Emilio como de costumbre se sentó con su círculo de amigos de siempre y comenzó a prepararse para contar lo sucedido. Matías y Milo parecían más contentos que de costumbre aquella noche, cosa que lo mortificaba más.

—¿Qué les pasa a ustedes dos? ¿Por qué tan contentos? —cuestionó Zoé al ver los ánimos de ambos.

—No es nada —respondió Matías con una voz más formal de lo normal.

Kathe resopló y se acercó al oído de Emilio.

—Siempre que usa esa voz significa que algo sucedió con una chica —susurró Kathe. Emilio podía notar que estaba molesta.

—¿Por qué te molesta tanto que hable con chicas? —cuestionó Emilio en susurro, en verdad tenía curiosidad.

—Ya te dije que me molesta que no haga nada cuando trabaja con nosotros y con ellas se haga el gran estudiante. Me gustaría que fuera así de servicial cuando esté con nosotros —explicó molesta.

—¿Qué tanto susurran ustedes dos? —preguntó Zoé divertida. Ambos la miraron y notaron que todos los miraban.

—Nada... Cosas de las clases —se excusó Emilio. Nadie pareció dudar de su respuesta y volvieron a sus respectivas charlas. Kathe se volvió a acercar a el para susurrar algo más.

—¿Cuándo planeas decirles? —cuestionó Kathe.

—En eso estoy —mintió Emilio.

Regresó a su postura habitual y miró a sus amigos, se armó de fuerzas y decidió finalmente decirles. Su valentía se fue completamente al ser interrumpido por Zoé.

—¿Entonces nos van a decir por qué tan felices o qué? —cuestionó Zoé, entusiasmada.

Milo y Matías se miraron con complicidad y ambos asintieron.

—Si tanto insistes —aceptó Matías.

—Mañana tendre mi cita con Carolina, Matías con Roxanne y Emilio con Alexa. Lo mejor de todo es que Eric Arnold nos contó que ellas piensan invitarnos a la fiesta en casa de Jacob Skinner el treinta y uno —explicó Milo, entusiasmado —. Es la fiesta más grande de Halloween, todo el pueblo estará ahí. Escuché que irán chicas de Key West y de Orlando—concluyó Milo.

La sonrisa en el rostro de Zoé se desvaneció y dio paso a una mirada de reproche.

—¿Cómo está tan seguro Eric Arnold de que los invitaran? —cuestionó Zoé. Todo el entusiasmo que había mostrado hacia solo algunos minutos había desaparecido por completo.

En Un Mundo Sombrío: El Mar De Los AhogadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora